lunes, 21 de noviembre de 2011

EL 20-N COMPLETÓ EL TSUNAMI DEL VIEJO PSOE

LLEGARON LOS NUEVOS Y DIFÍCILES TIEMPOS
Los periódicos de este lunes, tras el esfuerzo de la noche del domingo, ofrecen toda una amplísima panorámica de lo acontecido en las últimas horas, como resultado de las elecciones y escrutinio del domingo. La gran sorpresa pudo haber sido que no hubo sorpresa, y que las encuestas no quedaron rectificadas por los resultados finales: la derrota que se venía venir se instaló sin paliativos sobre el PSOE del candidato Pérez Rubalcaba, y de parecida manera, la victoria se asentó en el liderazgo de Mariano Rajoy y de su PP, y se completaba casi en su totalidad. Si acaso, pudo haber sido de mayores dimensiones en Cataluña y Euskadi, donde el PP sigue siendo fuerza secundaria... Pero nadie duda de que el PP dispondrá, para la legislatura que da comienzo, de todos los resortes para gobernar la nación: el Gobierno del Estado, el Congreso, el Senado, el Estado autonómico de las Comunidades Autonómicas... Y todo con mayoría absoluta y muy cómoda. La crisis, en efecto, ha dado todo el poder a Rajoy. Con toda razón, insisten muchos de los grandes titulares de este lunes en el término “absoluto”: Victoria absoluta, confianza absoluta... Hay otro adjetivo muy empleado y repetido: histórico: Tanto la victoria del PP como la derrota del PSOE han sido históricas. Triunfo histórico, el del PP y derrota no menos histórica la del PSOE. Ambas fuerzas hacen historia con su mejor y peor resultado... Nadie duda de que el PP arrasó, y de que ahora, desde este mismo lunes, le corresponde ponerse a trabajar para sacar adelante las reformas imprescindibles, las conocidas o las imaginables. Los mandos “del mundo”, FMI, Banco Mundial, UE, BCE, están alerta y contemplan esos primeros pasos que debe dar Rajoy. Ni siquiera falta quien sostiene la tesis de que Rajoy ha pasado copia de su programa a Merkel y Sarkozy, y que sólo lo hará público una vez que “los jefes de Europa” le den su visto bueno, debidamente adecuado a las exigencias del recorte que ambos líderes europeos apadrinan...
Pero, aquí y ahora, las atenciones preferentes, en las próximas horas y jornadas, van a seguir estando en esas dos primeras siglas, PP y PSOE del bipartidismo reinante, pero por razones muy diferentes. El PP actuará de inmediato, sin la menor tardanza, a medida que el gobierno saliente abandone los cargos que ha ejercido. Deberá determinar los integrantes del Gobierno, posiblemente mucho más reducido en número de lo que fueron los anteriores en mucho tiempo. Tal vez doce o trece miembros, nada más. Y deberá coordinar con sus “barones” regionales los criterios de funcionamiento, en materia de gasto, o mejor dicho, de reducción del gasto público. Asimismo, una vez revisada “la herencia recibida” en materia de déficit, deberá insistir en sus propósitos de cumplir los objetivos previstos, y en función de ellos, de determinar las grandes cifras de los presupuestos generales para 2012. Esa es una urgencia indiscutible e inaplazable. Tampoco deberá esperar mucho tiempo la composición del nuevo Gabinete. Desde hace semanas e incluso meses, se vienen proporcionando nombres de “ministrables”, y no hay duda de que en muchos casos, esas quinielas acertarán: Sáenz de Santamaría, ¿Montoro?, Ruiz Gallardón, Soria, Arias Cañete, ¿Pons?...,
Y mientras tanto, el PSOE debe afrontar cómo plantea su propia crisis de supervivencia o de continuidad, tras el más abultado varapalo que ha tenido en su historia centenaria. El candidato Rubalcaba ya anunciaba en la noche del domingo que había solicitado al secretario general del Partido, Rodríguez Zapatero, la convocatoria de un Congreso ordinario, a la mayor urgencia . El PSOE ha perdido cuatro millones de votos, y parece obvio que Rubalcaba no ha sido el único “culpable” de la debacle. Pero tampoco parece que pueda continuar en la dirección de un partido que le reclamó un esfuerzo extraordinario para tratar de evitar lo que ya hace meses parecía inevitable: una derrota electoral de enormes dimensiones. No pocos piensan que Rubalcaba ha podido terminar su vida política, y que habría cumplido con las más estrictas exigencias... Pero ahora el problema es otro: ¿Quién se hace cargo de las viejas siglas, y quién les da impulso tan mermado de fuerzas?
Tras PP y PSOE, el nuevo tiempo político dispone en adelante de varias fuerzas de considerables dimensiones en el Congreso, CiU, IU, Amaiur, PNV, UPyD... Todas y cada una querrán tener su propio y reforzado protagonismo, tras la fecha electoral. Hasta trece siglas tienen asiento en el renovado Congreso de los Diputados. Y es obvio que no todas tienen propósitos idénticos...

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