sábado, 21 de junio de 2014

Los impuestos que vienen Definitivamente, el PP vuelve sus grandes números de recaudación de impuestos adonde estaban cuando llegaron al poder, y se dispone a bajarlos para afrontar el año electoral 2015. Es una de las promesas rotas, subir impuestos frente a la promesa de rebajarlos, por causa de la mala coyuntura de las cuentas nacionales. Ahora que empieza a vislumbrarse la mejoría, el PP no quiere tardar un minuto más de la cuenta para volver a donde estábamos, y si fuera posible, más abajo. La advertencia que les ha supuesto el resultado de las elecciones europeas fuerza a esa revisión urgente de los números de la renta y otras tasas impositivas. El PP ha perdido más posiciones que nadie, en esas elecciones, y culpa a sus penosas decisiones –penosas para el contribuyente- de las reacciones cosechadas en las urnas. Rajoy ha llegado a la conclusión de que si quiere repetir mandato, y es evidente que no quiere ser menos que Aznar o que Zapatero: ocho años mínimo-, no tiene más remedio que tener un comportamiento más mesurado con unos contribuyentes a quienes no ha dado respiro alguno. De manera que bajara los impuestos, como readvierte El País, incluso arriesgando el recorte del déficit. Han cambiado las prioridades. Ahora son impuestos más amables, y déficit “ya se verá”.Lo primero es lo primero: ganar las elecciones es la prioridad, y para ello, habrán de ser útiles los cálculos que realicen o habrán realizado ya Montoro y sus colaboradores. Pero las primeras cuentas ya se han hecho: la rebaja del IRPF y sociedades, en dos años, deberán sumar nueve mil millones. Y 1,6 millones de españoles dejarán de pagar por su renta. Todo eso que era inconcebible el año pasado, e incluso ahora mismo, lo fuerza a hacer posible el “anticipo electoral” que fueron las Europeas, y en las que el PP vio las orejas al lobo, por muy débil que esté su adversario principal, el PSOE. Calcular los grandes números de las cargas discales es una materia de extraordinaria delicadeza: El Estado no puede renunciar a tener unos ingresos mínimos, y al mismo tiempo, no es posible seguir maltratando y exprimiendo al ciudadano contribuyente. De ahí que se requiera afinar y afinar: Cumplir los compromisos de déficit, sí, claro, pero por encima de todo, lograr reanimar a un electorado exhausto de pagar impuestos sin verle rentabilidad alguna a su esfuerzo. Por lo demás, los impuestos se han situado en el primer nivel de las atenciones públicas y aún privadas. Quedaron atrás el relevo en la Jefatura del Estado, y más atrás aún los Mundiales de Fútbol de Brasil, que se creía que iban a ocupar las atenciones preferentes de los españoles durante todo lo que queda de mes. De la sucesión en la Corona de España, sólo queda un fleco por atender: la inviolabilidad o aforamiento del Rey para que nada pueda conturbar su tranquilidad de gran jubilado. Esa es la grave preocupación, se supone que del Estado, de don Juan Carlos e incluso de Felipe VI. Que nada ni nadie turbe la paz a la que finalmente ha accedido, tras abandonar sus tareas de casi cuatro décadas. No vaya a ser que algún bufete de abogados, o alguna fuerza política se propongan turbar esa paz con los viejos recuerdos de compañeros de viaje desaconsejables, aunque acaso muy rentables, tipo Javier de la Rosa o alguna cortesana también en la mente de todos. Garantizan los medios jurídicos ocupados en esta materia que el ya ex rey de España dispondrá en un plazo de un mes de esa plena protección legal que se dejará al exmonarca al margen de la crónica de tribunales y del escándalo nacional. Por lo demás, tampoco estaría de más que desde la Casa Real se informara al país del estado de salud de don Juan Carlos. Es evidente que ha estado lejos de la recuperación que se nos anunció, y que posiblemente haya sido la causa última de su abdicación. ¿Por qué no han dado sus frutos las sucesivas operaciones, qué otra cosa pudiera tener y oculta…? JOSÉ CAVERO

viernes, 20 de junio de 2014

Felices reyes nuevos Es una felicidad a compartir: para ellos mismos y sus familiares, en primer lugar, y para los ciudadanos de los que se han convertido en soberanos por razón de las ceremonias y ritos de la extraña coronación efectuada en las cámaras legislativas. Vimos, bien es cierto, la Corona y el Cetro, pero nunca en la cabeza del nuevo Rey, que cada vez es más virtual… Y escuchamos sus primeras intenciones, en un discurso que a muchos pareció perfectamente y correctamente político y a otros pudo defraudar: No se comprometió a muchas cosas a las que el ciudadano le gustaría verlo comprometido… Eso sí, se ha comprometido a que la Corona tendrá una conducta íntegra u digna. Pero es evidente que, sin detenerse en detalles, mencionó los asuntos más actuales y que más preocupan a casi todos. La corrupción, la unidad de la patria. Tampoco se obró el milagro de que Artur Mas e Iñigo Urkullu “se rindieran” y cayeran a los pies del Monarca, contritos y arrepentidos de su soberanismo irredento. Ni siquiera lo aplaudieron y justificaron por qué no lo hacían: Mas no encontró lo que estaba buscando: Una declaración de que España es un Estado plurinacional. ¿En dónde se dice tal cosa? En parte alguna “con mando en plaza” y prescriptivamente, y sólo en algún programa de partidos políticos. Unidad y no uniformidad, en el tratamiento a las regiones de la Nación, se comprometió también el nuevo Rey. Es evidente que el Rey tiene que ganarse el favor de los ciudadanos, que no súbditos. ¿Cómo? Estaremos especialmente atentos a sus movimientos, y a quiénes ve, de quiénes se rodea, quiénes le influyen, qué merece sus atenciones particularmente. Por ejemplo, puede sorprender que a uno de los grupos a los que quiere dedicar su atención preeminente como son las asociaciones de víctimas de terrorismo. ¿Por qué no a las asociaciones de otra clase de víctimas”, cabe preguntarse. No parece razonable que deban seguir teniendo influencia en la política que se haga en el país, por dolorosa que sea la historia de cada una de esas víctimas y de sus familiares. Fueron lamentables cada una de las tragedias, pero como también lo fueron las víctimas de la droga, de los accidentes de tráfico en carreteras mal señalizadas o las víctimas de los pederastas. Es lógico que el nuevo Rey haya prestado su atención, en primer lugar, al jefe del Gobierno, y que haya mantenido con él su primer encuentro de trabajo. Tampoco debieran sorprender que se produjese algún consejo de ministros presididito por el Rey. Pero tampoco es probable que se conozca cada una de las materias “al dedillo”, y que tendrá que aprender e imponerse en muchísimas materias de las que aborda y decide el Consejo de ministros. Cada cosa a su tiempo… También puede sorprender el anuncio de que el primer viaje al extranjero se llevará a cabo al Vaticano, después de que las ceremonias del “relevo en Palacio” se produjeran sin la menor gestualidad religiosa: Ni una misa ni un Tedeum, de acuerdo con las normas de una Constitución laica que ha estado permanentemente cumplida hasta la última línea. Vaticano, ¿por qué no? Como pudieran ser Francia, Alemania, Marruecos o Portugal. Son posibilidades abiertas a la Casa Real, sin mayores exigencias. Desde luego, llamaría la atención que aparecieran Botswana o Montecarlo…, en ese itinerario de ciudades o países a visitar. Por lo demás, es evidente que el Rey y su esposa doña Letizia tienen por delante un tiempo para hacerse merecedores de la confianza que inicialmente suscitan, o apenas suscitan. Ha empezado una etapa nueva, y todos merecen un tiempo de adaptación y un tiempo para demostrar que cambian las cosas, que las cosas son diferentes a como fueron hasta la fecha durante casi cuatro décadas. A unos complacerán y a otros disgustarán algunas de tales novedades. En pocos meses se podrá hacer un primer balance de lo que ese esperaba y lo que se logra y cumple… JOSÉ CAVERO

jueves, 19 de junio de 2014

Tenemos Reyes nuevos Ya está. Se cumplieron todos los trámites y, en poco más de “horas veinticuatro”, concluyó el reinado de casi cuatro décadas de don Juan Carlos y ha dado comienzo el Reinado de Felipe VI, su hijo. Ninguna complicación ha surgido en los trámites y salvo la falta de aplausos de Artur Mas y Xavier Urkullu, todo ha ido según determina el protocolo. El padre Juan Carlos cedió plenos poderes a su hijo Felipe, y éste dio a conocer sus primeros propósitos, para empezar su tarea. Fundamentalmente, que en su reino cabemos todos, lo cual, sin duda, es una primera invitación a que Cataluña y sus líderes secesionistas vuelvan a pensarse su propósito secesionista, y vuelvan sobre sus pasos. Sin duda, habrá de ser una de las prioridades entre las preocupaciones del joven monarca: Qué hacer con Cataluña, cómo resolver la papeleta que le deja su padre, probablemente superado por la complejidad del problema… El nuevo rey también ha expresado su deseo de buscar y hallar consensos, tras comprobar que cuenta, básicamente, con los dos grandes partidos, PP y PSOE –O lo que quede de ellos, tras la reacción sufrida en las elecciones europeas. En ellos se ha asentado, básicamente, la sucesión a la Corona, después de que algunas nuevas fuerzas, como Podemos, la izquierda clásica, hayan alentado sus fervores republicanos y sus deseos de una revisión profunda del texto constitucional en lo que se refiere a la monarquía parlamentaria o sus sustitución por modelos más renovados y exigentes. Ahí van a ir la mayor parte de los deseos de la ciudadanía: a una mayor exigencia con quien los va a representar en el primer nivel de autoridad. En la hora de revisar la inviolabilidad o fuero de l Rey don Juan Carlos, han aparecido unos cuantos “puntos oscuros”, que convendrá blindar para que nada ni nadie pueda irrumpir en los años de jubilado del viejo Monarca. Pudiera parecer que se ha quedado como la mayor preocupación “del rey que se va”: su pasado deja “goteras” que resolver mediante unas normas que le permitirán quedar libre de las exigencias que tiene sobre sí cualquier ciudadano “de a pie”. Eso es lo que le ciudadanía quisiera de don Felipe: Que jamás tuviera necesidad de recurrir a la inviolabilidad, incluso que desapareciera esa cláusula por innecesaria. Y luego, completando esa misma estampa e imagen, que la nueva Casa Real sea mucho más transparente, si no más eficaz y atenta a los deseos de los gobernados. No es cuestión baladí la relación que deberán tener don Felipe VI y Mariano Rajoy. Como no lo fueron las excelentes relaciones de don Juan Carlos I con Felipe González, y el deterioro que padecieron las relaciones del ex monarca con José María Aznar. De momento, Rajoy se ha volcado en todos los preparativos de la sucesión a la Corona, y todo permite suponer que habrá de seguir prestando apoyo sin fisuras a los nuevos Reyes, le caigan simpáticos o antipáticos. Ya tuvimos ocasión de comprobar la relación cambiante en esas relaciones de don Juan Carlos I con Adolfo Suárez: excelentes en un primer momento, y que llegaron a deteriorarse profundamente por razón de las complicaciones y dificultades surgidas en el entendimiento de lo que era más adecuado y conveniente. Todavía está muy presente la versión de Pilar Urbano en que recordaba cómo el apoyo del Rey al general Armada, en contra de la opinión de Suárez, llevó a éste a la dimisión, y probablemente alentó e hizo posible el golpe de estado del 23-F. Esperemos que el nuevo Borbón no incurra en fallos de esa naturaleza en su entendimiento con los restantes poderes del Estado. Por lo demás, la abdicación de Juan Calos I y su relevo por Felipe VI coincide con el final de otro reinado: La Roja quedó desvencijada y destrozada por dos partidos del Mundial de Brasil, contra Holanda y Chile. Se acabó otro reinado. Entrenador y jugadores habrán de esperar a otra nueva oportunidad de lucimiento y demostración de facultades. Porque esta vez “no fue posible repetir la victoria” a la que nos tenían tan acostumbrados… JOSÉ CAVERO

miércoles, 18 de junio de 2014

Al borde de casi todo Estamos al borde, a punto, a la orilla, recruzar el río de la abdicación. Hoy tenemos “viejo rey”, y mañana tendremos jóvenes reyes. Estamos con casi todo preparado y listo, 18 de junio, y mañana, 19, se procederá al relevo, al cambio generacional y de responsables últimos de la monarquía parlamentaria. Esta misma tarde-noche, don Juan Carlos dejará a su hijo Felipe la herencia de una nación llamada España. Una nación con problemas, ciertamente, con 46 millones de ciudadanos que tratan de sobrevivir a un Estado que los trae fritos a impuestos, que no obtiene para ellos ni un empleo, ni una casa, conforme establece la Constitución vigente. ¿Irán mejor las cosas con los nuevos Reyes? Cabe esperar que las cosas irán mejorando, pero no se pueden esperar milagros. Ni don Juan Carlos ni don Felipe parecen tener poderes taumatúrgicos, ni hacer milagros. Pueden conseguir, a lo sumo, alguna gran obra pública en algún país amigo, y pueden-deben conseguir el respeto, y hasta el afecto de sus ciudadanos. Pero poco más. Desde luego, empieza una etapa histórica nueva: ya es sabido que durante muchos años la historia se relató según el capítulo del Rey que estaba a las órdenes de una nación, y se destacaban, en particular, las batallas en las que participaba, a ser posible con victoria final. Ahora, el panorama es más estricto, como son más estrictos y limitados los poderes de los reyes, que deben dar cuenta de cada uno de sus actos. Incluso tenemos reyes en unos tiempos en los que no se logra superar la gran duda inicial: ¿Por qué un hombre nacido de mujer tiene-debe estar al frente de otros hombres también nacidos de mujer? ¿Qué los diferencia a unos y a otros?. Como decía el viejo chiste: ¿Qué diferencia a los diplomáticos del resto de los humanos? “Nada, pero ellos, los diplomáticos, aún no lo saben…” Pues bien, comienza una etapa nueva, y los nuevos Reyes, como los viejos Reyes, han podido comprobar en las últimas semanas que hay muchas resistencias a adoptar y asumir esa discriminación por razón de no se sabe bien qué causas o principios. Han podido comprobar que muchos ciudadanos aceptan muy a regañadientes que se produzca una sucesión de padre a hijo en una familia “elegida” o selecta. Pero, superada esta dificultad insuperable, los Reyes deberán hacer su tarea mucho más estrictamente que sus antecesores, sin las frivolidades de aquéllos. Haciéndose perdonar una discriminación inmerecida, un trato de favor inexplicable, una fortuna que nada hicieron por conseguir…!¿Vivan los Reyes?!. Con moderación, con mucho tiento, como si apenas lo fueran… Este también es el día en el que la selección nacional española de fútbol determinará con su partido ante Chile si aún tiene alguna posibilidad de seguir adelante y competir con los restantes aspirantes a la Copa del Mundo, o más le vale hacer las maletas y acabar su ruta, que pudiera conducirle al “gran bote de los 820.000” euros per capita. Las dos Rojas, la española y la chilena., se enfrentan esta noche en Maracaná, y los correspondientes nacionales españoles y chilenos dan su apoyo a sus correspondientes colores, que resultan ser el mismo. Pero ninguna de las dos partes, podrá llegar más allá de sus posibilidades, y ello, en la incertidumbre, la aspiración, está buena parte del juego. El resto con buenos deseos, apuestas, esperanzas. Y luego,las veces que el balón entre en cada portería. Y punto final… Cabía esperar que, más bien temprano que tarde, se revelara la existencia de tratos comerciales entre los promotores de Podemos y la revolución bolivariana de Chaves. Ahora se ha sabido que los principales dirigentes de Podemos recibieron “el regalo”, la recompensa,. O el sueldo de 3,7 millones de euros, del Gobierno venezolano, entre los años 2002 y 2012. Ahora nos falta saber a cambio de qué, qué servicios hicieron o tal vez aún siguen haciendo, y en qué condiciona eso la independencia de un grupo que pretende hacer de España un país menos corrupto, más decente, más exigente consigo mismo… JOSÉ CAVERO

martes, 17 de junio de 2014

Váyase, señor Barroso Durao Barroso se está despidiendo. A juicio de algunos analistas, el portugués nunca debió llegar a tanto, y tener tanto papel en la construcción de Europa. Recuérdese que Durao fue, aunque es un dato que suele olvidarse, uno de los propulsores de la cumbre de las Azores, que reunió a Bush, Major y Aznar, y donde se decidió la invasión de Irak. Durao, después, hizo carrera en la UE, y ha estado muchos años dirigiendo los destinos de Los Veintiocho. Ahora, en la hora de la despedida -¿a qué esperan para sacarlo de ahí?- Durao arremete contra el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, porque, a su juicio, fue responsable de algunas actuaciones discutibles al frente de os bancos y cajas españolas durante la crisis económica. ¿No tuvo nada que ver el propio Durao?¿No hubo responsabilidad alguna por su parte en la adopción de una austeridad que ha sido austericidio? Pero ya se sabe que no hay mejor defensa que un buen ataque, y siempre se podrá acusar a otros de los propios defectos y errores. A Mafo, en España se le ha juzgado sobradamente por su tarea al frente de entidades bancarias. No hace falta que Durao venga a añadir culpas sobre su currículo y trayectoria profesional, ni que nadie lo defienda, como tuvo que hacer nada menos que Emilio Botín, tras escuchar al portugués. Durao, en todo caso, debiera reflexionar un poco más, a la hora de su propia exultación y a la hora de culpar a los demás de los que posiblemente fueron errores propios, o compartidos entre los miembros de la Comisión Europea. Bastante tienen que callar, todos y cada uno de ellos. Por cierto, ¿para qué sirven las elecciones ene. Parlamento Europeo, si no han servido, hasta la fecha, para elegir entre Junquer y Schultz para suceder a Durao Barroso? ¿Tantos favores se le deben al portugués? Casi todo está ya dispuesto para la sucesión a la Corona española. No habrá referéndum, como muchos hubiéramos querido, ni las movilizaciones que otros muchos plantearon contra la “normalidad” de que el hijo suceda, sin más alternativa, a su padre en el primer cargo de la nación. El derecho a suceder al padre reyes evidente que no se lleva en nuestro tiempo. No, sin la previa aquiescencia de losa ciudadanos, de una mayoría de los ciudadanos. Sirve relativamente decir que “la Constitución así lo determina”. Pues será preciso cambiar la Constitución, para que se atenga al voto y opinión definitiva de la ciudadanía en su conjunto. Pero la sucesión automática padre-hijo, no corresponde a los tiempos actuales, mucho más exigentes ala hora de dar títulos y conceder honores y privilegios. Potro tanto cabe decir de la inviolabilidad-fuero que se prepara para el Rey jubilado. ¿Tanto hay que proteger de sus actuaciones de cuatro décadas? ¿Tanto miedo tiene a que un Estado de derecho, el nuestro o el de la Justicia Universal, le requiera responsabilidades por actuaciones del pasado? Tampoco parece que deba haber ciudadanos de tan distintas categorías y atributos. Los socialistas catalanes se han visto ante una crisis probablemente previsible, tras la marcha de su actual dirigente, Navarro. ¿Quién querrá esa patata caliente, el PSC, a medias entre la autonomía y el PSOE, y a medias entre el derecho a decidir, y no histórica vocación de españolidad a todo trance, por encima de secesionismos y derechos a decidir de una nación? Manuel Iceta ha levantado la mano, y parece que nadie le quiere hacer competencia por la sucesión de Pere Navarro. Iceta está haciendo sus propias “primarias”, ni previstas ni posiblemente deseables. Pero, en todo caso, dignas de elogio, porque no siempre, ya lo vemos, se encuentra un responsable que se haga cargo de una institución que se ha quedado sin cabeza ni responsable último… JOSÉ CAVERO

lunes, 16 de junio de 2014

Victorias y derrotas del momento En realidad, los periódicos de cada día no hacen sino mostrar cada día la relación de victorias y derrotas últimas: Santos reelegido presidente de Colombia frente a Zuluaga, derrotado. Pere Navarro se ve sustituido en el PSC catalán por una gestora. Las rentas altas recuperan el terreno perdido durante la crisis. Las rentas bajas no se recuperan…, dicen, por ejemplo, algunos de los titulares de este lunes en El País. Esta semana verá encumbrado a Felipe VI en el trono de España, y con él, a Leticia Ortiz, la plebeya, divorciada y laica que hace diez años que se casó con el entonces Príncipe. Han caminado juntos diez años, y tienen dos hermosas niñas, una de las cuales ya aparece como inminente Princesa de Asturias y siguiente en la sucesión a la Corona. No hay duda de que Felipe y Leticia son claros triunfadores frente a, por ejemplo, los republicanos, o las hermanas de don Felipe. Por cierto, que la alcaldesa Botella ha hecho un llamamiento a los madrileños para que se sumen a la fiesta que debiera ser la llegada al trono de don Felipe. Quiere Botella que se adornen los balcones, y que la población se muestre jubilosa ante la buena nueva… El otro acontecimiento político del momento es el próximo congreso socialista. En el PSOE se buscan estos días, afanosamente, los avales para montar las candidaturas de los aspirantes a secretario general. Rubalcaba todavía vigila el proceso que le llevará por delante definitivamente y acabará con su dilatada vida política. La vida y trayectoria del PSC lleva años en la mayor incertidumbre, y posiblemente tocar el fondo deberá ayudar a reflotamiento de partido tan importante. Todas son altas y bajas, fallecimientos y resurrecciones… También La Roja de Del Bosque tiene esta semana una jornada crítica, o crucial en el encuentro con “la otra roja”, la chilena. Dicen los cronistas que, o triunfan los españoles, o se podrán volver a casa definitivamente derrotados. Y los propios jugadores son los primeros que reclaman que no se les retire el apoyo con el que han contado por parte de la afición española, y argumentan que siguen mereciendo ese aplauso y apoyo. El miércoles lo comprobaremos, desde la esperanza, claro, pero también desde una cierta desconfianza que dejó tras de sí el 5-1 de Holanda. Cada día hay un acontecimiento de primera magnitud. Como el registrado este domingo en Colombia donde el candidato-presidente Santos revalidó su condición frente al aspirante uribista Zuluaga. Santos ha reconocido su victoria recordando la Colombia en paz que soñó el recientemente fallecido Gabriel García Márquez, Gabo. A Santos le queda `por delante su gran tarea ya iniciada: un final feliz con los guerrilleros y las FARC, que tendrían que facilitar esa paz por la que aspiran los colombianos desde hace medio siglo, y que tiene partido en dos, o más, a un país rico, fértil, con inmensas posibilidades, y sin embargo, ensangrentado de manera permanente. El diario El País alerta hoy sobre un desfalco permanente, que dura ya treinta años, y que se viene produciendo en los cursos de formación de desempleados y trabajadores. En esos propósitos se llevan desviados miles de millones de euros durante las tres últimas décadas, y se han producido algunas reformas anteriores para evitar ese desangre permanente. Pero siempre hubo un nuevo “espabilado”• que se llevó ese gato al agua y esos dineros a su cuenta particular, para descrédito de la nación y de los políticos del momento, que no supieron estar ala altura y no vigilaron por el interés general. Ahora se proyecta una nueva reforma de esos cursos. Pero, ¿vale la pena intentar de nuevo algo en lo que se ha fracaso por sistema, una y otra vez? Dejen ya en paz esos cursos deformación de los que se aprovechan unos pocos listillos desalmados. JOSÉ CAVERO

domingo, 15 de junio de 2014

Los días finales de una Monarquía Hay bastante coincidencia en que el reinado de Felipe VI no será igual al de su padre Juan Carlos Primero. No tiene más remedio que distinguirse, y reformarse, para adecuarse a lo que el país y sus ciudadanos quieren: una institución más viva, más presentable, más exigente consigo misma. Don Juan Carlos ha dejado una larguísima experiencia que su hijo sabrá aprovechar, pero a partir de ella no tendrá más remedio que innovar y cambiar para asumir muchas de las reclamaciones que, en particular en los últimos días, ha podido escuchar de cientos de ciudadanos declarados republicanos. Desde su primer discurso, el nuevo Rey deberá marcar diferencias y distancias. Sigue el mismo modelo de Estado, pero se modifica el nombre de la cabeza del trono. Felipe VI se supone que, a estas horas, tiene que estar preparándose ya para ese discurso inicial, y que contará en particular, además de su propio equipo de trabajo, con doña Leticia, que durante diez años ha observado la vida en palacio y ya desde un primer momento, llegaba a la Zarzuela con ánimo de modificar muchas cosas. Cabe recordar alguna frase de las que se asegura que el Rey le dirigió a su nuera: lo sabes todo…, se quejaba el Rey por la actuación de “Pepito Grillo” que ejercía doña Leticia sobre hábitos de conducta de los pobladores de la Casa Real. Leticia, sin embargo, deberá recordar de manera permanente que “sólo” es la Reina consorte, y en esta materia, es seguro que ha tomado buena nota del papel que ha ejercido doña Sofía: discreta de puertas afuera, pero de clarísima influencia de puertas adentro. La presidenta andaluza, Susana Díaz, hace unas amplias e interesantes declaraciones al diario El País de este domingo. Susana empieza por justificar su ausencia en el Congreso del que se esperó que fuera elegida secretaria general: Si tengo que estar en otra responsabilidad, el tiempo lo dirá. Es decir, aún no ha llegado mi hora, o debo demostrar antes que otra cosa mi dedicación a la Junta y a los andaluces. Susana ha heredado de Chaves y Griñán una Andalucía con extraordinaria capacidad para estar presente y ejercer hegemonía en todos los campos, empezando por el propio PSOE. Pero también han de pesarle las malas herencias recibidas: una serie interminable y muy incómoda de escándalos en gastos del dinero público, por ejemplo. También puede estar comprobando la ineficacia de su oposición. La insoportable herencia de Javier Arenas y Zoido en Moreno, que tampoco se viene distinguiendo por su capacidad de trabajo, y mucho menos, por su eficacia en los resultados electorales. Moreno, cabe recordarlo, ha afrontado las elecciones europeas con un batacazo espectacular. La gran esperanza del PP sigue la huella de sus antecesores, que es una huella lamentable. Pues bien, esta Susana Díaz, en quien los socialistas, los andaluces, y media España, por lo menos, tiene puestas sus esperanzas, no duda en hablar de reforma de la Constitución, pero consciente de que PP y PSOE no pueden acordar solos esa reforma pendiente, sobre la que nadie quiere ser más explícito ni concretar aspectos a abordar… Entre tanto, ya se recogen avales para los aspirantes a secretario general. Madina, Pedro Sánchez, Pérez Tapias y tal vez Alberto Sotillos –no se sabe bien- pelearán por la sucesión de Rubalcaba. Con toda certeza, echaremos de menos al “mago Rubalcaba”, a quien ninguno de los aspirantes, de entrada, parece que llegue a la altura de sus calcetines… El seleccionador nacional ya está escuchando las voces de quienes pretenden que la derrota ante Holanda debe traducirse en una modificación sustancial del equipo y sus planteamientos. El seleccionador es “perro viejo”, y sabe distinguir y asumir elogios y críticas, y probablemente agradecerá las sugerencias que se le transmitan, pero desde la certeza de que debe ser él mismo el primer convencido de hacer cambios de estrategia, de equipo, de preparación… JOSÉ CAVERO