martes, 17 de junio de 2014

Váyase, señor Barroso Durao Barroso se está despidiendo. A juicio de algunos analistas, el portugués nunca debió llegar a tanto, y tener tanto papel en la construcción de Europa. Recuérdese que Durao fue, aunque es un dato que suele olvidarse, uno de los propulsores de la cumbre de las Azores, que reunió a Bush, Major y Aznar, y donde se decidió la invasión de Irak. Durao, después, hizo carrera en la UE, y ha estado muchos años dirigiendo los destinos de Los Veintiocho. Ahora, en la hora de la despedida -¿a qué esperan para sacarlo de ahí?- Durao arremete contra el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, porque, a su juicio, fue responsable de algunas actuaciones discutibles al frente de os bancos y cajas españolas durante la crisis económica. ¿No tuvo nada que ver el propio Durao?¿No hubo responsabilidad alguna por su parte en la adopción de una austeridad que ha sido austericidio? Pero ya se sabe que no hay mejor defensa que un buen ataque, y siempre se podrá acusar a otros de los propios defectos y errores. A Mafo, en España se le ha juzgado sobradamente por su tarea al frente de entidades bancarias. No hace falta que Durao venga a añadir culpas sobre su currículo y trayectoria profesional, ni que nadie lo defienda, como tuvo que hacer nada menos que Emilio Botín, tras escuchar al portugués. Durao, en todo caso, debiera reflexionar un poco más, a la hora de su propia exultación y a la hora de culpar a los demás de los que posiblemente fueron errores propios, o compartidos entre los miembros de la Comisión Europea. Bastante tienen que callar, todos y cada uno de ellos. Por cierto, ¿para qué sirven las elecciones ene. Parlamento Europeo, si no han servido, hasta la fecha, para elegir entre Junquer y Schultz para suceder a Durao Barroso? ¿Tantos favores se le deben al portugués? Casi todo está ya dispuesto para la sucesión a la Corona española. No habrá referéndum, como muchos hubiéramos querido, ni las movilizaciones que otros muchos plantearon contra la “normalidad” de que el hijo suceda, sin más alternativa, a su padre en el primer cargo de la nación. El derecho a suceder al padre reyes evidente que no se lleva en nuestro tiempo. No, sin la previa aquiescencia de losa ciudadanos, de una mayoría de los ciudadanos. Sirve relativamente decir que “la Constitución así lo determina”. Pues será preciso cambiar la Constitución, para que se atenga al voto y opinión definitiva de la ciudadanía en su conjunto. Pero la sucesión automática padre-hijo, no corresponde a los tiempos actuales, mucho más exigentes ala hora de dar títulos y conceder honores y privilegios. Potro tanto cabe decir de la inviolabilidad-fuero que se prepara para el Rey jubilado. ¿Tanto hay que proteger de sus actuaciones de cuatro décadas? ¿Tanto miedo tiene a que un Estado de derecho, el nuestro o el de la Justicia Universal, le requiera responsabilidades por actuaciones del pasado? Tampoco parece que deba haber ciudadanos de tan distintas categorías y atributos. Los socialistas catalanes se han visto ante una crisis probablemente previsible, tras la marcha de su actual dirigente, Navarro. ¿Quién querrá esa patata caliente, el PSC, a medias entre la autonomía y el PSOE, y a medias entre el derecho a decidir, y no histórica vocación de españolidad a todo trance, por encima de secesionismos y derechos a decidir de una nación? Manuel Iceta ha levantado la mano, y parece que nadie le quiere hacer competencia por la sucesión de Pere Navarro. Iceta está haciendo sus propias “primarias”, ni previstas ni posiblemente deseables. Pero, en todo caso, dignas de elogio, porque no siempre, ya lo vemos, se encuentra un responsable que se haga cargo de una institución que se ha quedado sin cabeza ni responsable último… JOSÉ CAVERO

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