Huevos, y gritos contra la Monarquía, a la llegada de Urdangarín al juzgado de Palma
Durante muchas horas, y tal y como se había estimado, el duque de Palma., Iñaki Urdangarín, compareció este sábado ante el juez de Palma José de Castro para explicar sus actuaciones y responsabilidades al frente de la empresa sin ánimo de lucro Noos, desde la que consiguió desviar a sus cuentas particulares importantes cantidades de dinero de dos gobiernos autonómicos, los de Baleares y Valencia, así como de otra larga serie de empresas. Su llegada al juzgado cumplió las expectativas: Una mujer lanzó un huevo contra el coche en el que Iñaki Urdangarín llegaba al juzgado. El coche del duque sufrió otros varios impactos de huevos durante el trayecto. Una serie de gritos “de guerra” recibieron al cuñado del Rey: "Urdangarín, trabaja en Burger King", "Que viene Urdangarin, cuidado con la cartera", “No hay dos sin tres, República otra vez” o "No están todos, falta Cristina" y también “El pueblo unido jamás será vencido”, corearon varios centenares de manifestantes así como las juventudes de Esquerra y de Izquierda Unida, la Unidad Cívica por la República y la Asamblea de Estudiantes de la Universidad de Baleares, a los que se han unido particulares. Calles cortadas, gran despliegue policial, inhibidores de frecuencia… Gran dispositivo para garantizar la seguridad de Iñaki Urdangarin, quien llegaba a las puertas de los juzgados de Palma pocos minutos antes de las nueve, en un Opel Zafira azul. La calle por la que entró el vehículo estaba cortada desde las 07.30 Sólo vecinos, periodistas o clientes del único bar que hay en ese tramo pudieron acercarse hasta el punto en el que el duque de Palma quería retomar una cierta apariencia de tranquilidad. Urdangarin bajó del coche, se giró para que los medios de comunicación pudieran verle, saludó a su abogado y enfiló los 20 metros que separan la entrada de la puerta de acceso al edificio judicial, donde le esperaban decenas de cámaras esperando sus palabras. Aparecía serio, trajeado y con semblante aparentemente tranquilo. A diferencia de su abogado, no llevaba abrigo y no sonrió en ningún momento. El duque de Palma, tal y como recomendaban los expertos, eligió para la ocasión una chaqueta oscura, pantalón claro y corbata gris. En una breve declaración a los periodistas, Urdangarin explicó: “Comparezco hoy para demostrar mi inocencia, mi honor y mi actividad profesional. Durante estos años he ejercido mis responsabilidades y he tomado decisiones de manera correcta y con total transparencia. Mi intención en el día de hoy es aclarar la verdad de los hechos y estoy convencido que la declaración de hoy contribuirá a demostrarlo. Muchísimas gracias a todos, muchísimas gracias por su atención". En la calle seguían los gritos: "Fuera, fuera, fuera, la corona española", con insultos al duque de Palma, protestas contra el patrimonio que disfruta la Familia Real, especialmente en Palma y proclamas como “yo también soy el enemigo”, en recuerdo a las manifestaciones de estudiantes de Valencia. Seguidamente, el yerno del Rey, esposo de la Infanta Cristina, miembro de la Familia Real, -eran las 9.10 de la mañana- comenzó su declaración ante el juez, los fiscales y decenas de abogados, ante los que responde por su imputación en la causa abierta ante la posible comisión de los delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental, fraude a la Administración y prevaricación, en una pieza separada del caso Palma Arena. El juez que instruye el caso, inició seguidamente las preguntas en una declaración "lenta y minuciosa" y que se "espera larguísima", según declaraba uno de los abogados presentes en la sala, y que se extenderá, probablemente, hasta el domingo. Urdangarin contesta a todas las preguntas y está siendo "muy concreto", según este abogado presente en la sala. La primera parte de la declaración se está centrando en la explicación del entramado y el funcionamiento de las empresas de Urdangarin. El duque de Palma se explica "bien" y "está siendo muy concreto", según las mismas fuentes. Urdangarin explicó al juez la composición y funcionamiento de las empresas. Una de las preguntas a las que tuvo que contestar el duque de Palma es si el Rey le ordenó dejar sus negocios. Contestó que sí, sin perder la entereza. Urdangarin está implicado por sus negocios a través del Instituto Nóos, entre 2003 y 2006, desde el que, aparentemente, se aprovechó de su posición social y logró contratos por un valor total de 5,8 millones de dos gobiernos del PP, el de Baleares, bajo el mandato de Jaume Matas, y de la Comunidad Valenciana, en manos de Francisco Camps. En estos años, facturó honorarios que representaban un beneficio del 170% sobre los costes reales de la organización de foros como el deportivo-turístico que llevó a cabo su propio Instituto Nóos en Palma. Además, la policía descubrió en sus registros en las sedes de la trama algunos documentos que acreditarían un supuesto blanqueo de capitales a través de dos sociedades creadas en el Reino Unido y Belice. Urdangarín está representado solo por un abogado, Mario Pascual Vives. Tanto Castro como los fiscales Anticorrupción, Juan Carrau y Pedro Horrach habían llegado pocos minutos antes de que lo hiciera Urdangarin, a quien esperaban en la puerta de los Juzgados un total de 70 medios de comunicación. Antes que el duque de Palma, han desfilado por los juzgados algunos de los principales encausados. Tras dos horas y media de declaración, a las 11.30 horas, el juez hizo un receso en la comparecencia, que algunos abogados aprovecharon para salir de los Juzgados para tomar un café.
Nadie duda de la dificultad que el Duque de palma tiene para demostrar su inocencia. De hecho, en los numerosísimos reportajes periodísticos de los últimos meses, en los que se explican sus “pingües aventuras empresariales”, se le ha venido presentando como un probado delincuente que, valiéndose de su relación con la Casa Real, obtuvo abultados beneficios personales y dinero público, con la excusa de un Instituto de investigación aparentemente sin ánimo de lucro. Será preciso esperar hasta el final una sabrosa declaración largamente esperada, que obtiene el severo juez Castro… Y también convendrá ver si la infanta Cristina es llamada, finalmente, a declarar, por sus probables responsabilidades en la dirección del mismo Instituto Noos y sus empresas relacionadas. De momento, se siguen cumplien los peores y previsibles pronósticos: Una manifestación clara y rotunda de republicanismo y una evidente erosión de la imagen de la Casa Real de don Juan Carlos y el Príncipe don Felipe.
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