domingo, 13 de abril de 2014

Desconfianzas andaluzas El PP no duda en asegurar que la presidenta andaluza Susana Díaz ha hecho el ridículo, en todo el episodio del encontronazo de socialistas e IU. En el PSOE se quiere dar por superado el episodio, pero se acusa a IU de ocultarles información. E Izquierda Unida, a su vez, no desaprovecha la menor ocasión para poner de relieve que en la batalla han ganado sus posiciones más radicales, frente a las presidenciales. Susana Díaz ha tenido que dar marcha atrás y tragarse el decreto que les quitó competencias en materia de vivienda. Unos y otros llegan a la conclusión de que el pacto de Gobierno es probable que haya quedado herido, y que es seguro que la desconfianza entre las partes ha ascendido varios puntos. Es evidente que el PP ha encontrado un punto débil que no ha querido desaprovechar en interés propio y para meter cizaña entre los coaligados. Aunque el nuevo líder del PP andaluz no ha dado señales de vida en este episodio, ni tampoco Zoilo o Arenas. El PP sigue inexistente en Andalucía, como desde hace treinta o cuarenta años… Volvemos a los mapas del este de Euyropa, y a comprobar dónde se encuentran Donetsk o Slaviansk. Pero también, dónde se sitúan Moldavia y el Transdniéster, todos ellos, ahora mismo, puntos calientes en la tensión prorusa suscitada por l anexión de Crimea del mes pasado. Es evidente que la tensión no sólo se ha apaciguado, sino que ha crecido considerablemente. El emperador Putin tienen sus planes a corto, medio y largo plazo, y todo permite suponer que no le habrá bastado la reconquista de Crimea, y que quiere avanzar en su estrategia de ir recuperando “la vieja URSS”. Del otro lado, están la OTA, Europa y los Estados Unidos, vigilantes todos a los menores movimientos en estas áreas. Querámoslo o no, hemos vuelto a un momento de guerra fría y de mutuas desconfianzas y cautelas. Eso llega en un momento de tensiones, y tarda mucho en apaciguarse y desaparecer de nuevo… Las tensiones no son exclusivas de la vieja Europa, en el Este o en la Unión Europea. Francia e Italia han visto estos días protestas airadas contra los nuevos recortes de la “clase Merkel”. También en la América Hispana asistimos a parecidas tensiones; en Argentina, en Brasil, en Venezuela, la crónica del descontento está a la orden del día, y a menudo salpicada de sangre y fuegos. Los jóvenes que salen a la calle aspiran a defender “su futuro”, que ven incierto por causa de la política que conducen sus mayores. A lo mejor siempre ha sido así, y siempre las nuevas generaciones han tenido que hacerse un hueco a la fuerza ante la resistencia de los mayores instalados. Cañete ha comenzado su campaña, y naturalmente, desea que sea todo menos callada y silenciosa. Sabe que parte en desventaja, y que debe esforzarse por batir a su adversaria, Elena Valenciano, y a su partido opositor, el PSOE. Pero también es consciente de que tiene “puntos débiles”. El PP, por ejemplo, tiene las mayores esperanzas en que no sean recordados algunos de los nombres de las anteriores elecciones europeas, como Mayor Oreja o Alejo Vidal Cuadras, dos bajas voluntarias en disconformidad con la política rajoyista. Pero se lo recordarán los opositores, claro… Y luego, está por ver si crecen las expectativas de “los dos segundones” de cualquier elección, IU e UPyD, que tampoco quieren pasar inadvertidos. Es evidente que cada vez que Baltasar Garzón hace su aparición en escena, algunos –Gobierno incluido- les dan elevadas dosis de alergias. Garzón estuvo ayer en el acto homenaje a los 2.600 fusilados de la tapia del cementerio de La Almudena, un episodio frecuentemente silenciado de las nada ejemplares historias de la guerra incivil. Es evidente, como dijo Garzón, que a los políticos les dan miedo las víctimas del franquismo, como al gobierno suele darles miedo las víctimas de ETA o las víctimas del 11-M. Todas las víctimas de episodios sin suficiente esclarecimiento y reparación dan miedo. Es lógico que den miedo. Y también parece lógico que frente a la influencia política actual de unas victimas, se argumente el olvido de otras víctimas anteriores, más viejas y olvidadas… JOSÉ CAVERO

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