lunes, 19 de mayo de 2014

Segundos fuera Esa parece haber sido la consigna, de cara a la última semana de la campaña electoral de las elecciones al Parlamento Europeo. Los primeros de la fila, primeros en la correspondiente candidatura, que son, como mucho, segundos del partido, pasan ya a una situación secundaria, porque corresponde ahora el debate final de la campaña a los números uno, es decir, a Rajoy y Rubalcaba, en el caso de PP y PSOE. Valenciano y Cañete ya dieron lo que les correspondía, y ahora corresponde a sus “mandos” decir la última palabra. La de Rajoy, ya es conocida: que Cañete es el mejor, lo que a casi todos resulta una mentira rotunda. No es, ni mucho menos, el mejor de los candidatos, y puede que su lapsus machista tras el debate televisivo, cuando presumió de que había dejado vencer a Valenciano porque era un caballero de buena formación ante las damas…, le haya podido costar, incluso, su sillón como comisario en la UE. Cañete fue el hombre que cambió una campaña electoral, que modificó muchos esquemas previos, y que dejó en el aire los resultados últimos de una campaña ya de por sí incierta. ¿A quien se le ocurrió la “ocurrencia Cañete”? Algunos analistas han recordado que el comisario, para serlo, debe someterse a un debate parlamentario, y que hay casos, como el más conocido de un aspirante italiano de Berlusconi, que pinchó en esa prueba penúltima por sus opiniones fanáticas e impresentables. Ahora, también pudiera suceder que a Cañete se le aplique el tarjetón invalidante de machista, y que deba volver a los corrales, por mucho patrocinio que tenga de Rajoy, y por mucho que los apadrinen algunas mujeres del PP como las señoras Cospedal y Sánchez Camacho, volcadas en darle apoyo y de olvidar su gravísimo traspiés. No lo olvidarán tan fácilmente los españoles en su conjunto, como ya recordaban su singular opinión de que las mujeres son “como el regadío, que hay que emplearlo son muchísimo cuidado para no propasarte”, o que las fechas de caducidad de los alimentos no tienen utilidad, o que las viviendas construidas en los cien metros de la costa tienen medio siglo más de indulgencia “porque a Cañete le vino en gana”. Veremos si Rajoy es capaz de sacar la pata que metió Cañete… Dentro de los espectáculos de la campaña electoral, se produjo este fin de semana uno lamentable y lastimoso: Ezquerra llevó a un mitin al exalcalde barcelonés Pascual Maragall. Pascual, que era del PSC, padece un Alzheimer en avanzado estado que le permiten o fuerzan a un retiro con todos los honores, pero no a la utilización lamentable de nadie, ni siquiera de su hermano, hoy en las filas de ERC y del secesionismo catalán. Eso es una vergüenza pura y durísima. Un robo del derecho de imagen de una personalidad que se ha venido apagando en los últimos años, y que hoy no es sombra siquiera de lo que fue. Pascual Maragall merece mejor trato. Y, según parece, un hermano más presentable y menos rastrero. En la mayor parte de las viviendas de los ciudadanos han llegado estos últimos días unas cuantas candidaturas. Un derroche más de la campaña que termina ya la semana que viene. ¿Qué falta hace tamaño gasto? Si uno está interesado en una candidatura, ya sabe quién la encabeza y qué se propone. Y si no es así, déjenlo en paz y no gasten dinero en su nombre. Entre otras cosas, porque siempre tendrán la eventualidad de equivocarse con los nombres de la candidatura que llegue al votante, y eso provocará un notable enfado por el derroche de dinero público que se hace. JOSÉ CAVERO

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