lunes, 22 de junio de 2015

Las estrategias… Curioso comportamiento el de nuestros políticos: Rajoy hizo un anuncio escaso insuficiente el jueves, y el viernes desapareció para todo el fin de semana. Probablemente viajó a Sanxenxo, donde por cierto se registraron unas temperaturas de récord. A su vez, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, dedicaban el domingo a hacer distintos recorridos por España y a vender sus correspondientes candidaturas a la presidencia de la nación. En el caso socialista Sánchez dio el golpe con un banderín de gran tamaño, para que Rajoy siga diciendo que es antipatriota y contrario a los intereses nacionales, como Podemos… El PP reaparecía ya al terminar el fin de semana con un comunicado en el que intentaba rebatir, replicar o llevar la contraria a las manifestaciones de Sánchez. Parece que había vuelto a ejercer Pablo Casado, el secretario de comunicación que ya se había dado una señora paliza de declaraciones a distintos medios durante el fin de semana. Por lo que se ve, están ya en marcha y perfectamente desplegados los propósitos de la revolución rajoyista de este trimestre: Salir más, salir a todo, no dejar sin rebatir ni una sola idea del adversario…, sobre todo si éste es del PSOE o de Podemos. Porque es evidente la acepción de siglas que hace el PP: Ciudadanos son amigos y posibles colaboradores, frente a Podemos y PSOE que son adversarios recalcitrantes y enemigos a batir en todos los campos. El resto de partidos y opciones, preferiblemente, no existen, salvo alguna referencia al desmadre de las fuerzas catalanas, con un Artur Mas escindido y confuso. No se sabe bien si en retirada o en fase de resistencia hasta la agonía final. Pero ni UPyD ni IU tienen ya cabida en los planteamientos globales de la pelea electoral. Parece como si hubieran desaparecido hace años del panorama… A todo esto, el mapa autonómico ya se ha modificado, sin pérdida de tiempo, y resulta que al PP sólo le queda el control sobre cinco autonomías. Con lo cual, algunas leyes que habían quedado aprobadas y ya en marcha, como la Ley Wert de educación están empezando a padecer las resistencias correspondientes en las autonomías “enemigas”. Que ya habían advertido que echarían atrás la ley en el momento en el que el PP perdiera las elecciones. Probablemente ha empezado a suceder ante de lo que nadie pudo prever, y cuando a José Ignacio Wert no se sabe dónde está, o si sigue siendo o no ministro de Ecuación o ha recibido el premio de un año sabático en la Roma de la OCDE… ¿Lo sabrán Rajoy y Santamaría, o estarán también buscando a la señora Gomedio, señora de Wert? Tampoco se está cubriendo de gloria el ministro Soria en sus pleitos interminables con los promotores y financieros de las inversiones en industrias ecológicas. A Soria le están tirando de las orejas en distintos mercados internacionales en los que se hicieron apuestas firmes por las ecológicas españolas y se han visto defraudados pr las promesas defraudadas. ¿Y qué decir de Luis de Guindos? Se suponía que ya estaba predesignado para alto cargo de la UE, pero su antecesor en el cargo se resiste, y De Guindos sigue a la espera. Acaso hasta la desesperación. Porque de ser altísimo cargo a esperarse en los pasillos, hay un largo, y muy incómodo, trecho. Sobre todo, cuando las atenciones preferentes siguen en la Grecia de Syriza, de Txipras y de Varufakis, y Guindos tiene poco o nada que decir sobre el particular, salvo recordar los dineros `prestados por España, y de cuya protección se encargan los alemanes… Y esta nueva cacicada, según la cual, las autoridades se niegan apagar los fármacos de los presos con hepatitis C? La discriminación es de imposible justificación. Ni siquiera son inmigrantes sin tarjeta sanitaria. Son, sencillamente, presos, algunos o muchos de los cuales no es improbable que fueran contaminados por la hepatitis en las propias cárceles, tal vez hace quince o veinte años. Bueno, pues como se han portado mal, se quedan sin pastillas… JOSÉ CAVERO

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