Hagan juego, señorías

El país ha quedado un tanto paralizado, o acaso paralizadito, después de conocidos los recuentos y resultados de la jornada electoral de este domingo. Todo ha querido más o menos como estaba, pero en peor, con salidas dificiles en cada caso, para la obtención de mayorías que gobiernen “ con soltura”…. No es de extrañar que la bolsa siga derrumbándose, porque no tiene apoyo de nadie. Ni mucho menos de la lógica y la racionalidad…Es cierto que el PP sigue siendo la primea fuerza del Parlamento recortada sustancialmente en votos.  Y no es menos cierto que el PSOE ha ganado posiciones en votos, pero tampoco dispone de un fácil entendimiento con otras fuerzas para conseguir una mayoría estable con la que gobernar. Serian necesarios diez o doce partidos “de perdedores”, como los ha bautizado Santamaría.

Primero, le corresponde a Rajoy mover ficha, y a partir de ahí, moverán los demás, para que el tablero no se venga abajo con estrépito. Después de todo, siempre nos quedará repetir las elecciones, en España como en Cataluña. para que lo que no resolvieron unas urnas lo resuelvan las siguientes…  Pero eso es una fórmula costosa, y no dice nada bueno de quien recurre a este procedimiento último y extremo. El juego consiste en dejar que os otros inicien el juego, y esperar la oportunidad de añadirse al tablero, si se dispone de alguna pieza útil… Rajoy no consigue la mayoría suficiente, y Sánchez tampoco…, con sus respectivas fuerzas propias. Entonces no habrá más remedio que recurrir a las ayudas externas. Pero, a estas horas, cada cual ya promueve su fórmula más o menos salvífica para salir del atasco. Y sobran declaraciones de quienes nada aportan ni aportarán en circunstancia alguna: Ciudadanos, por ejemplo, suma poco y puede complicar bastante… Está ahí, pero más le vale estar quietecito y callado, hasta que los mayores decidan algo útil…Proclamar, como hace Rivera, que hay un nuevo Centro y somos nosotros…, no añade nada , salvo confusión y ruido, y de eso ya tenemos demasiado. Y si a los números uno no se les ocurre nada, convendría recurrir a los dos: Santamarçía, la líder socialista andaluza… A lo mejor alumbran alguna iluminación portentosa y salvadora. ¿ O no?

Pero no podemos `pasar el tiempo en esta oscuridad e irrelevancia. No nos merecemos esta indefinición…

Eso sí, será preciso felicitarse de que muchos diputado  no vayan a repetir su  condición. Ya son demasiados  a cobrar la sopa boba…

JOSÉ CAVERO