jueves, 29 de mayo de 2008

la frase más cruel

CARDENAL AMIGO: LA COPE ES UN DOLOR DE CABEZA

Los periodistas tenemos estos días a un colega en el banquillo. En realidad, muchos de tales periodistas rectifican: Jiménez Losantos no es un periodista, es sólo un locutor. Ya se saben las rencillas y reticencias que causan los titulados, los diplomados, los aficionados o los intrusos, aunque estos últimos sean "de lujo" en sueldos y en consideración social. Federico es un locutor que ha trascendido a redentor desde el micrófono, un radioevangelista que se ha convertido en aprendiz de brujo en la última década, con notable fuerza y hasta virulencia. Se ha hecho temible, nada menos.
Pues bien, el gran Federico ha estado sentado en el banquillo, y algunas televisiones han transmitido durante horas el desarrollo de un proceso nuevo, distinto, original: el locutor de la Cope reclama la ayuda de dirigentes del PP contra su adversario Ruiz Gallardón y se ve abandonado por todos ellos. Ni Esperanza Aguirre ni Zaplana han dado su apoyo a quien durante muchos meses los ha venido apoyando a todo grito. Hasta el punto de que Jiménez terminó la vista judicial proclamando que de los políticos uno no se puede fiar...
Pues bien, ahora quedamos a la espera de la decisión judicial. ¿Qué cree usted que le sucederá a Losantos después de haber apostrofado a Gallardón un día sí y otro también, hasta proclamar que era un traidor, lacayo, farsante, a quien no importaban los 192 muertos de la tragedia de Atocha...?
Jiménez Losantos, para empezar, despreció una de las grandes lecciones que se dan en Periodismo, en la Facultad, en la Escuela, o en Cursos de Verano: contrariamente a lo que dice el locutor, en la radio, información y opinión claro que se pueden y se deben separar. Otra cosa es que Federico no lo haga, y diga que todo es información al amigo oyente. De eso nada, camarada. Y en ello estriba su error capital: la radio que usted hace es pura y estrictamente opinativa, discursiva, a menudo basada en hechos falsos.
Lo más grave de todo el asunto, es que todo su discurso lo proclama desde la emisora de la Santa Madre Iglesia, la que pide dinero en la casilla de la declaracón de la renta,m y de la que el cardenal Amigo dice que es "un dolor de cabeza". Federico es un dolor diario, de cada mañana. y lo sorprendente es que sus eminencias lo vengan sufriendo, tanto como los políticos no afines, día tras día y año tras año.
Patético, como dicen mi hijas, la mayor y la pequeña.
JOSE CAVERO

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