lunes, 27 de junio de 2011

SE MANTIENE EL PROGRAMA DE RETIRADA DE TROPAS ESPAÑOLAS

CHACON RECUPERA EL TONO DE VOZ DE ARENGA
La ministra Chacón ha recuperado el tono de voz que parecía haber perdido cuando decidió retirarse de las primarias contra Rubalcaba. El atentado que ha costado dos nuevas vidas al Ejército español en Afganistán parece haberle devuelto el coraje perdido, siquiera, repito, en su tono de voz y en su actitud defensiva. Ha vuelto a arengar a las tropas en el territorio y en la guerra más difícil, en la que se aproximan peligrosamente al centenar las víctimas mortales con bandera española, incluidos quienes perecieron en el accidente del Yakolev. Ahora, Carme Chacón, apenas tuvo noticia del nuevo atentado, ha vuelto al escenario de la batalla, a dar ánimos a las tropas. Se han producido dos golpes muy severos en unos pocos días, y eso le hace decir que, posiblemente, la guerra esté en el más peliagudo y delicado momento, -”la más dura, la más arriesgada”, la ha definido Chacón-, cuando ya se acerca la fecha de la retirada del país asiático, que España tiene previsto iniciar en el primer semestre del año próximo y completar en 2014. En estas circunstancias y en este momento, precisamente, los talibanes parecen decididos a recrudecer su ofensiva contra las tropas españolas. El atentado se producía a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis, bajo responsabilidad española, y la muerte de los soldados, se producía sólo ocho días después de que otra bomba causara severas heridas a otros cuatro militares, dos de los cuales quedaron mutilados, así como a un intérprete españoles. La patrulla atacada regresaba a la base Ruy González de Clavijo, en Qala-i-Naw, tras realizar una misión de reconocimiento por la ruta Lithium, que une el norte con el sur de la provincia de Badghis. El convoy, integrado por tres potentes vehículos Lince y cuatro RG-31, se había desviado para inspeccionar dos aldeas, Aceska y Kalan-Khana, próximas a la ruta. Precisamente, el “lince” alcanzado por la explosión era el que abría la columna. Se cree que pisó una mina de presión oculta a un lado del camino. Dijo en su momento la ministra que el artefacto empleado el sábado de la semana pasada contenía “al menos 20 kilos de explosivo” y era “el más potente utilizado contra las tropas españolas hasta la fecha”. Pues, con toda probabilidad, el del domingo podía llevar una carga incluso superior, según la ministra. Pero esta vez, la explosión no se produjo debajo el vehículo, sino en su lado derecho, y la caja blindada del carro de combate, diseñada para resistir la onda expansiva de una mina, no fue suficiente para proteger a sus cinco ocupantes, y dos de ellos, el sargento Manuel Argudín Perrino, de 34 años, y la soldado Niyireth Pineda Marín, de 31, fallecieron en el acto. El sargento viajaba en el asiento del copiloto y la soldado iba inmediatamente detrás. Éste es el primer atentado mortal que se produce en un vehículo “lince”, blindado diseñado especialmente para mitigar el efecto de estos artefactos explosivos y que el Ministerio de Defensa envió recientemente a Afganistán y Líbano, junto a los RG-31, para sustituir a los viejos BMR. Las tropas ya han sufrido en estos nuevos vehículos siete ataques, pero en ninguno de ellos, hasta la fecha, había habido que lamentar víctimas mortales. Otros cuatro soldados resultaron heridos.
Como ha hecho en ocasiones anteriores, la ministra de Defensa, Carme Chacón, viajó pocas horas después del atentado al escenario de los crímenes, Afganistán, acompañada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, para interesarse por el estado de los tres heridos y por la repatriación de los cuerpos de los dos fallecidos. Y ya en el terrenos del atentado, en rueda de prensa, anunció su intención de comparecer lo antes posible en el Congreso para informar del ataque. La ministra explicó la coincidencia de los últimos ataques con el anuncio de retirada de tropas: “Los atentados y la violencia registrados esta semana nos recuerdan que no por estar en la etapa final de la misión esta va a ser menos dura ni menos arriesgada. Esta es la etapa de mayor riesgo”. Las tropas españolas se encontraban en “alerta máxima” desde mayo, coincidiendo con la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, a manos de fuerzas especiales de Estados Unidos. Según parece, en la actualidad, la llamada “insurgencia”, o los talibanes, no se resignan a que las fuerzas leales al Gobierno de Karzai, con el apoyo del contingente español, vayan extendiendo su autoridad por la provincia y han redoblado su ofensiva. En algunas zonas utiliza explosivos cada vez más potentes para atacar a las tropas de la OTAN sin exponerse. En otras, las hostigan con partidas fuertemente armadas. Ahora se trata de que puedan cumplirse los planes de retirada anunciados el pasado viernes en Bruselas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: En torno al 10% de los 1.550 efectivos del contingente español debería volver a casa en el primer semestre de 2012, hasta el 40% en el primer semestre del año siguiente, y la “retirada completa” en 2014. Chacón recordó que todos los aliados están cumpliendo sus planes de retirada y que el anuncio de Zapatero “continúa en vigor”. Es decir, que los atentados no modifican los planes previstos y anunciados a partir del anuncio del presidente Obama, decidido a dejar a Afganistán “a su suerte” desde 2014.
En cuanto al funeral por las víctimas se celebrará previsiblemente en las próximas horas en Canarias, Isla de Fuerteventura, donde tenían su base los fallecidos. Todos los partidos políticos transmitieron el pésame a las familias de los dos soldados fallecidos . IU y BNG insistieron, además, en la necesidad del regreso “inmediato” de las tropas desplegadas en el país. El PSOE tachó de “despreciable” el ataque, que atribuyó a un intento de los talibanes por “minar los avances en libertad logrados por el pueblo afgano”. El portavoz socialista de Defensa en el Congreso, Jesús Cuadrado, aseguró que “el sacrificio es enorme, pero la presencia militar española ha contribuido a lograr avances evidentes en la seguridad de un país que era un Estado fallido. En 2004 había 15.000 policías y militares afganos, y hoy son casi 300.000”. El líder del PP, Mariano Rajoy, envió su “más sentido pésame” a la ministra Chacón, en un telegrama, en el que le pedía el “debido reconocimiento” a los dos fallecidos por “su impagable labor al servicio de España”. El PP emitió un comunicado en el que recordaba que las tropas españolas cumplen “una misión especialmente importante y peligrosa”.
La que un diario llama “la guerra de Chacón” se ha cobrado dos nuevas vidas. Ojalá sean las últimas.

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