lunes, 23 de abril de 2012

El PSOE endurece su oposición al Gobierno La derrota de Sarkozy, o el triunfo del candidato socialista Hollande, en las elecciones francesas es un indudable alivio para la situación de los socialistas españoles, prácticamente barridos de las administraciones en las elecciones autonómicas y generales de mayo y noviembre últimos. No pocos de los planteamientos de Rubalcaba, sobre todo el relativo al déficit, van a verse observados en el probable próximo presidente Hollande, con escasísima ventaja en el primer recuento, que ya ha proclamado: "Sé que soy observado más allá de Francia. Debo reorientar Europa al camino del crecimiento". El crecimiento, y no sólo el ajuste y el ahorro al precio de la paralización general de la actividad económica que crea riqueza. Por otro lado, el PP se ve en un momento de asedio por parte del nacionalismo catalán, que tras haber aspirado a alcanzar acuerdos con el gobierno de Rajoy, se ve forzado a la ruptura y a oponerse a los presupuestos del Gobierno. El portavoz de CiU, Durán, no ve “margen de negociación” sobre los Presupuestos, mientras Artur Mas se distancia del Partido Popular y lanza guiños a Esquerra Republicana. Pero, sobre todo, tiende a crisparse la relación de PP y PSOE. No sólo en los correspondientes vídeos: “Van a por todo”, denuncia el socialista. Y replican los populares: “No han dejado nada”... Mientras en La Gaceta se asegura que “el Gobierno rompe con el PSOE”, y Rajoy asume que no tendrá ayuda, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ejerciendo de portavoz opositor, ha arremetido con singular dureza, calificando al Gobierno de Rajoy como un "equipo de demolición desordenado pero trabajando todos en la misma dirección", y ha censurado especialmente los recortes en sanidad y educación. Además, ha criticado que el PP esté gobernando "con un desprecio absoluto" y "rompiendo consensos fundamentales". En su intervención en la clausura del décimo Congreso Regional del PSN, Rubalcaba ha asegurado que la sanidad es la "joya de la corona" del Estado Bienestar, no sólo porque sea "buena y barata", sino porque "trata a todos los españoles por igual", y es fuente de riqueza. A los recortes en sanidad "vamos a decir que no", añadió Rubalcaba, quien ha considerado "un disparate" que los jubilados paguen por sus medicinas y ha asegurado preferir que vayan personas a los hospitales aunque no lo necesiten a que un solo ciudadano "no vaya porque no tiene dinero para pagar". Respecto a la educación,entiende Rubalcaba que es "una necedad" hacer recortes en un momento de crisis y resalta que congelar la contratación de profesores o aumentar el número de alumnos por aula va a reducir la calidad de la enseñanza. Por estos motivos, ha anunciado que, "en las comunidades en las que podamos", el PSOE no va a recortar en profesores sino en "fracaso escolar", y no va a recortar en quirófanos, sino en "listas de espera". Rubalcaba ha criticado la forma en que el PP gobierna con mayoría absoluta y con un "desprecio absoluto" a sus promesas electorales sobre fiscalidad y legislación laboral y se ha preguntado cuánto crédito internacional le ha costado a España que el Gobierno "esconda" los Presupuestos por un "interés electoral". Tras calificar la reforma laboral como una "enmienda a la totalidad" al sistema de relaciones laborales, lo que a su juicio afecta a la credibilidad de España en el exterior, Rubalcaba ha insistido en que, cuando gobierne el PSOE, derogará las modificaciones que se han llevado a cabo en la legislación laboral. Sí ha reconocido, en cambio, que las comunidades autónomas deben practicar una política de austeridad y de ahorro, pero rechaza que se les eche la culpa "de todo lo que pasa", y que dirigentes del PP "salgan a decir que hay que reconsiderar todo el estado autonómico". Rubalcaba mostró todo su "apoyo y cariño" al candidato socialista François Hollande, asegurando que su victoria es "muy importante" tanto para la izquierda europea como para España. Rubalcaba centró también sus críticas en el decreto que modifica la forma de elección de los miembros del Consejo de Administración de RTVE, señalando que el PP se equivoca si piensa que controlar la Tv pública va a cambiar "la verdad de las políticas de derechas" y los recortes económicos y laborales. Por otra parte, señala un análisis de El País que la falta de presencia pública de Rajoy para explicar los recortes en Sanidad y Educación provoca malestar e inquietud en algunos miembros del Gobierno. Estos críticos internos habrían querido que se produjera alguna comparecencia del presidente, incluida su presencia en el Congreso. En cuanto al partido, también lamentan la falta de respaldo, aunque se anunciara una campaña de explicación pública de los recortes. Esa presencia pública del PP en apoyo del Gobierno que se echa de menos en Rajoy, la encabezaba este domingo la número dos del partido, y preside ta castellano manchega, Dolores de Cospedal. La secretaria general del PP marcó las líneas argumentales del Ejecutivo: las medidas son necesarias por la difícil herencia recibida; las subidas de las tasas universitarias sirven para acabar con el fracaso estudiantil, y la deforma de la sanidad para acabar con los abusos. “Las reformas son fundamentales, firmes, valientes y absolutamente necesarias para mantener la sociedad del bienestar [...] ¿Cómo es posible que, ahora que el Gobierno va a establecer un plan de ahorro para garantizar el sistema de salud, el PSOE venga a darnos lecciones, cuando han dejado un déficit en el sistema sanitario de 16.000 millones de euros?”, dijo Cospedal. Añadió que la reforma sanitaria es “equitativa” y que, “por primera vez en España, los parados de larga duración no tendrán que pagar por un medicamento y la reforma educativa pondrá en marcha un modelo basado en la excelencia”. Por lo demás, el Gobierno está satisfecho porque las medidas han sido aplaudidas en el exterior, especialmente por los responsables de economía de Alemania y la semana pasada por altos cargos de la Comisión Europea que se entrevistaron con varios ministros, que entienden que las medidas del último Consejo de Ministros permitirán aflojar la presión exterior contra España, ya que dejan clara la voluntad de ajustar las cuentas públicas. Queda la preocupación por las cuentas de las comunidades autónomas, sobre las que advirtió también este domingo en Barcelona el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. El Gobierno mira también hacia las elecciones francesas y, aunque sea una aparente contradicción, entiende que un triunfo del socialista François Hollande aflojaría la presión de la canciller alemana Angela Merkel y favorecería una política menos obsesionada en la reducción del déficit. Más aún tras la avalancha de opiniones (de Funcas, del FMI y del Banco de España, entre otros) que dan por hecho que será imposible cumplir el 5,3% de déficit este año. En esta situación, Rubalcaba aprieta, sin prisa pero sin pausa. Demasiados callos al mismo tiempo Sigue presumiendo Rajoy, y retando a quienes le escuchen, allá donde va, que le digan si existe otro país del mundo mundial en el que un Gobierno haya hecho tantas cosas en tan poco tiempo. Da la impresión de que quiere ocupar algún espacio y atención en las páginas del libro de los records, y efectivamente, son pocas las materias que en menos de cuatro meses de ejerció del poder no haya “tocado”. Trocado no quiere decir resuelto: muchas han sido “vislumbradas”, proyectadas, programadas, y se supone que dignificarán alguna clase de efecto a medio o largo plazo. Por ejemplo, cambian los textos de Educación Cívica, pero todavía no se sabe qué modificaciones contendrán los nuevos. Se reforma la educación básica, el Ballenera y la Reforma profesional, pero tampoco hay concreción sobre cómo quedará cada uno de esas fases educativas. Se instaura el copago, pero no resultará fácil saber cuánto y de quién se ahorra o a quien se gravan más las medicinas, aunque cabe suponerlo, Las televisiones autonómicas no podrán seguir siendo deficitarias, pero ¿eso significa que deberán cerrar todas y cada una de ellas, en cuánto tiempo, en beneficio de quién? La ley de transparencia es ya una realidad, y por ella sabemos que el número de asesores de la Moncloa ha crecido en tres o cuatro elementos desde que los designa el equipo de Rajoy, hasta quinientos y pico… Y así sucesivamente. ¿Qué materia no ha sido aún tocada por la mano del poderosísimo Gobierno? Los impuestos, la educación, la sanidad, la dependencia, las televisiones públicas y privadas, las subvenciones a las empresas, a los sindicatos y a los partidos, la retirada de asistencia sanitaria a inmigrantes sin papeles, el turismo sanitaria, y hasta el biodiésel argentino. Lo malo es que seguimos encajando pésimas noticias día sí y día también: Ahora nos predice Funcas que en 2013 seguirá habiendo recesión y el paro estará por encima del 26 por 100, con más de seis millones de parados. Sólo prevalecen algunossonados indultos: para los defraudadores del fisco, para dos mossos d´Esquadra condenados por malos tratos a detenidos en Barcelona y contra dos militares que falsificaron la identidad de los muertos en el Yakolev ruso que devolvía a España a soldados de Afganistán… El reto de Rajoy a que le indiquen qué otro gobernante puso en marcha tantas iniciativas como él mismo, permite o estimula a recordar otra fase de otro gobierno, el de Felipe González, llegado también con ánimo redentor y de resolver todos los problemas que en el mundo han sido. González también, en aquella primera fase de la mayoría absoluta y de las ganas de recomponerlo todo y a la mayor velocidad posible, llegó un día a la conclusión de que, en muy poco tiempo, y a la vez, había pisado demasiados callos a demasiadas personas. O sea, que había que aminorar el paso y calcular mejor los efectos de cada idea, u “ocurrencia”, como en los últimos tiempos se ha denominado a las grandísimas ideas de los sucesivos gobernantes. Después de todo, a González, tras catorce años al frente del Gobierno, se le recuerda por unas cuantas tareas realizadas y por algunos grandísimos deslices ocurrido en su tiempo: la lucha ilegal contra el terrorismo etarra, el enorme error de situar como director general de la Guardia Civil a un ladronzuelo que falsificó su propia biografía oficialotes de robar los fondos reservados “de matar etarras”… Claro que hizo muchísimas cosas, pero de recuerdo vivo nos quedan, también, los “callos pisados de tanta gente al mismo tiempo”. Rajoy pudiera estar repitiendo la faena. No hay cuestión en la que no haya enmendado al antecesor, y probablemente era equitativo, justo y necesario hacerlo así, como él mismo suele decir. También sucede lo que algunos de sus votantes de noviembre ya empiezan a admitir o a advertir: que hoy no le darían su voto nuevamente. Y unos pocos meses ha contrariado sus propias intenciones demasiadas veces: No subiré los impuestos, y subió el IRPF y el impuesto sobre sociedades. No habrá copago, y está estudiándose cómo ponerlo en marcha con la mayor eficacia posible, y lleno de excepciones, claro. No atacaré, en manera alguna, las pensiones de los jubilados, y éstos ven que deberán pagar sus fármacos, aunque sea al coste de “media docena de cafelitos”, como insensatamente dijo Echaniz. Que son malos tiempos lo comprobados todos a diario. Pero probablemente un Gobierno no tiene que estar tan presente y actuante, de manera permanente y total, en la sociedad española. Eso suele tener un precio elevado. El futuro de la Monarquía El episodio de Botswana ha protagonizado buena parte de la información y de los comentarios de la semana que concluye. Sobre todo, hemos sido testigos del arrepentimiento expresado por el Rey,. convencido de que, con su accidentado viaje africano, para matar elefantes, obró mal y no puede repetir sucesos de esa naturaleza. Pocas veces se habrán repetido unas pocas palabras del Rey, once, exactamente, dichas en la puerta de salida de la Clínica madrileña en la que fue atendido y operado de urgencia tras su ruptura de la ruptura de la cadera, tras un traspiés en una escalera de acceso al dormitorio. Pero, ¿todo ha quedado resuelto con ese reconocimiento del error y esas disculpas expresadas al público? Evidentemente, no. Es obvio que, como le reprocha este domingo Pérez Rubalcaba, el Rey nunca debió efectuar ese viaje, y es igualmente obvio que una disculpa no fuerza a olvidar ése y otros errores del Jefe del Estado. Hay una primera y principal observación, válida para el Rey como para la Casa Real y para la clase política en general: No se puede seguir predicando una cosa y haciendo otra, muy a menudo contraria a la que se predica. No puedes predicar moderación, prácticas morigeradas y seguir disponiendo de medio millar de asesores presidenciales. No puedes recortar gastos sanitarios y educativos mientras se siguen “invirtiendo” -es un decir- cientos y miles de millones en 17 parlamentos autonómicos, o en un senado con tres idiomas, y otros miles de millones en televisiones autonómicas, o en representaciones “diplomáticas” en el extranjero de media docena de Comunidades Autonómicas a las que no bastan las embajadas españolas “de toda la vida”. Y sigue siendo irracional que cada alto cargo disponga de cuatro o seis vehículos para su uso personal y disfrute, y en todo caso, a su cargo y a su disposición. Como no son razonables los sueldos de los presidentes jubilados, de los consejeros de Estado o las jubilaciones de quienes alguna vez fueron parlamentarios… Pero acerca de la Monarquía, también es mucho lo que debe “depurarse” si se pretende que la Institución tenga razón de ser. Hemos visto, en el último semestre, el abuso permanente que desde la familia del Rey cometió su yerno Urdangarín. Es un episodio que deberá ser juzgado próximamente, pero que a la vista de la mayor parte de los ciudadanos es evidente que contiene muchos elementos de abuso de posición dominante, por parte del yerno, y de falta de vigilancia y demostración de ejercicio real de poder y autoridad desde el propio Monarca. Se contó que, cuando fue llamado al orden por el Rey y el Príncipe, Urdangarín se limitó a excusar diciendo que “en la familia, cada cual hace lo que le viene en gana, a su aire, y sin que nadie se ocupe de si está bien o mal…” Es seguro que el Rey reaccionó tarde, como también ha venido reaccionando tarde ante otras exigencias que le plantean los ciudadanos: recorte y racionalización de gastos, viajes con conocimiento del Gobierno, y sólo en último lugar, las “aventuras extramatrimoniales”, sobre las que también hay abundante literatura y versiones. En los diarios de este domingo hay dos encuestas que invitan a continuar esas reflexiones sobre el Rey y la Monarquía: la de El Mundo señala que el 62 por 100 desaprueba el safari africano, mientras un 72 por 100 le parecen bien las disculpas del Monarca. El 51 por 100 cree que el Gobierno debe autorizar los viajes del Rey. Y un 73 por 100 sigue haciendo una buena valoración del reinado, frente a sólo un 8 por 100 desfavorable. En cuanto al sondeo de La Razón, la mayoría respalda a la Corona y la valora por encima de la clase política, pero no es menos cierto que la mayoría de los consultados piensan que el Rey se equivocó al viajar, pese a lo cual, la mayor parte rechaza la abdicación y el 71 por 100 piensa que el Príncipe ya está preparado para suceder al Rey… Es evidente que “lo del safari africano” es un aldabonazo de grandes dimensiones”, y que no escucharlo sería suicida para la actual forma de Estado de los españoles… y que éstos cada vez serán más exigentes hacia quienes ocupan el primer escalón de os funcionarios del Estado.

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