Los cien primeros días del Gobierno
Es la celebración de este primero de abril: el Gobierno de Mariano Rajoy cumple cien días. Cada cual hará, y hace, su correspondiente valoración y puntuará en la medida que entienda equitativa la tarea que el Gabinete viene realizando en estos tiempos convulsos. Convulsos, porque la principal asignatura heredada de su predecesor, el miedo a que España pueda ser intervenida en razón de sus problemas económicos y la forma de afrontarlos, no termina de eliminarse, por obsesiva que haya sido esta cuestión para Zapatero como para Rajoy. Zapatero empezó a tener ese miedo a la intervención en el mes de mayo, y casi un año más tarde, su sucesor tampoco termina de ver despejada esa pesada incertidumbre. Por cierto, que este mismo domingo, su compañero de partido, Núñez Feijoo, reitera lo que hace unos días dijo el primer ministro italiano Monti, causando estupor y malestar al Gobierno: Que España es uno de los problemas de la UE… Pero, en efecto, como señala el gran titular de El País de este domingo, el “cumpledías" de Rajoy tiene a España como epicentro de la crisis europea, y el presidente vive obsesionado por el fantasma de la intervención. Señala este análisis político que Rajoy teme que el revés andaluz y la protesta social le debiliten ante la UE… Y por si fuera poco, las reformas que viene imponiendo Rajoy, le comienzan a pasar factura entre no pocos ciudadanos, como acaba de comprobarse en las tres asignaturas más recientes: las elecciones andaluzas y asturianas, en las que el PP no pido completar su “mapa azul”, pese a la mayor parte de los pronósticos, la huelga general, que, en todo caso, mostró un notable rechazo a la reforma laboral, a lo que contiene esa nueva norma y al modo en que fue puesta en vigor, y en tercer lugar, unos presupuestos que llegan con la notable y desagradable sorpresa de contener una amnistía fiscal para los grandes defraudadores…, en el caso improbable de que, “!por razones de patriotismo”, como ahora se apunta, quisieran integrarse en “el sistema” español… Claro está que, como señala el “gran pope” de la economía europea, el ministro alemán de Finanzas, el muy poderoso Schauble, las dificultades de Rajoy y su Gobierno no han contado, hasta la fecha con apoyo suficiente como para verlas frenadas. De manera que es propósito de Rajoy proponer una intensificación de su agenda reformista, tal y como nos anuncia este domingo el periódico El Mundo. Las fuentes del gobierno que cita este diario señalan, por lo demás, que el Gobierno asume que tiene que explicar mejor a los ciudadanos los duros ajustes. Por ejemplo, esos presupuestos, que amenazan con pasar a la historia por “virtud” de la amnistía que traen consigo a los defraudadores, por más que este mismo domingo, la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, revele a ABC que “la alternativa a la amnistía fiscal era subir el IVA”. “No nos gusta aprobar una reforma fiscal, pero la alternativa era subir el IVA”. La señora Currás aprovecha para explicar otros aspectos de esos presupuestos tan largamente esperados, y que, de entrada, han merecido el rechazo de socialistas y sindicatos. Explica, por ejemplo, que se acabaron las subvenciones a fondo perdido, olvídense de la cultura del todo gratis… No nos sirve de nada tener un impuesto de Sociedades que graba al 30 por 100 si al final las empresas pagan el 3 por 100. Y también revela que ”ahora sí, ya se vigila a las autonomías”, Recuerda la secretaria de Estado que ése precisamente, el descontrol del gasto autonómico, fue el primer problema que abordó el Gobierno, probablemente porque es el que mayor escepticismo y desconfianza produce a las autoridades de la Unión Europea, del FMI, y a los mercados en general. La señora Curras admite, por cierto, que hubo un incumplimiento generalizado de sus propios presupuestos en las Comunidades Autónomas, ya gobernadas en su mayoría por el PP, que fue el dato del que se valió Rajoy para romper su compromiso electoral de no subir impuestos… No responde, sin embargo, la secretaria de Estado a la cuestión de si las Comunidades subirán las tasas universitarias o aplicarán el copago sanitario, dos posibilidades que siguen sin descartarse, y que podrían amenazar la estabilidad del gasto autonómico.
Por lo demás, estos cien primeros días del Gobierno también se han beneficiado de una oposición aún muy poco estructurada y organizada, que se ve en la necesidad de cooperar para salir de la crisis, pero que, como los sindicatos, se observa al margen de las decisiones, las grandes necesidades y los compromisos del Estado…
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