Presupuestos con amnistía fiscal incorporada
Es el aspecto que en mayor medida, y de manera generalizada, destaca este sábado los periódicos que dan cuenta de los grandes números con los que el Gobierno de Mariano Rajoy aspira a aproximarse al tres por ciento del déficit en 201, pasando por el 5,3 por 100 de 2012. Los presupuestos llegan con una amnistía fiscal de la que podrán beneficiarse quienes hayan exportado a paraísos fiscales sus patrimonios, y puedan estar interesados en regularizar sus cuentas con la administración tributaria española. Para ellos, se dan facilidades: sólo tendrán que pagar el diez por ciento de lo defraudado, y en cambio, se verán libres del plan repersecución de dineros negros que el Gobierno anuncia a continuación. O sea, o se procede a la regulación de esos dineros “ocultos”, con lo que se espera recaudar 2.500 millones, -alguna publicación estima que el perdón tributario supondrá la recaudación de 3.250 millones- o podrían verse descubiertos por el Fisco, a partir de noviembre, con lo cual se verían precisados a pagar los correspondientes impuestos evadidos más la pertinente sanción. Desde luego, es la gran novedad de estos presupuestos, como se encargan de destacar la mayor parte de los grandes titulares de los diarios: Amnistía fiscal, titulan escuetamente, La Vanguardia, Expansión, Cinco Días, o de manera menos escueta los restantes: Rajoy lanza una amnistía fiscal en los presupuestos más restrictivos, indica El País, que añade que los defraudadores pagarán un diez por ciento por blanquear dinero, fórmula mediante la cual el Gobierno prevé aflorar 25.000 millones. O bien, como señala El Mundo, Rajoy recurre a la amnistía fiscal para llegar al ajuste que exige la UE. Recaudará 2.500millones de los evasores que afloren su dinero pagando entre el 8 y el 10 por 100. Completa así una reducción del déficit de 27.300 millones. Unos presupuestos anunciados como “muy austeros”, “el mayor recorte para salvar España”, dice ABC, de recortes drásticos, y hasta “de guerra, como indica La Razón, con los que los distintos departamentos ministeriales harán su correspondiente aportación al ahorro que se busca: de un 17 por 100 de media, con algunos casos extremos, como el de Exteriores, que rebajará sus gastos en más de la mitad, -se acabaron las ayudas al desarrollo-, o el de Fomento, que anula la previsión de la mayor parte de la obra pública prevista. Todos son datos y previsiones sobre las del año anterior, en el que el Estado gastó una cantidad extraordinaria, de más de noventa mil millones, sobre la que ingresó. Las cuentas le salen a Cristóbal Montoro con esas restas de gastos ministeriales suprimidos, con lo que sueña con alcanzar mediante la amnistía fiscal, y con algunos nuevos tributos o revisión al alza de los existentes, como sucede con el de Sociedades y la eliminación de ayudas a las empresas exportadoras, así como de otros todavía no especificados en su elevación, como el que gravará el tabaco, y acaso el alcohol.
Les indicábamos ayer que los presupuestos de 2012 iban a tener, en el día de su aprobación por el Gobierno, dos públicos bien distintos: La opinión pública española sería informada sobre esos grandes números, y el Eurogrupo tendría ocasión de juzgarlos y, en su caso, de aprobarlos. La Razón asegura que el Gobierno ha recibido el beneplácito de Bruselas, aunque no menciona la salvedad que se pudo escuchar… Luis de Guindos se tomó esa tarea de explicar lo aprobado por el Gobierno, y la Unión Europea reclama más concreción y garantías en otra materia que no aparece en los presupuestos del Estado: el alcance del gasto al que podrán acceder las Comunidades Autónomas, el gran agujero negro de los últimos años. No vaya a estar ahí, nuevamente, la gran y desagradable sorpresa de que lo comprometido por el lado del Estado se malogre por el lado de los Gobiernos regionales. Santamaría se esforzó, al término del Consejo, en proclamar lo que Rajoy viene esforzándose, también, en explicar: que éste es un país serio, solvente, cumplidor de sus compromisos, y que se atendrá estrictamente a lo que ya está comprometido con Bruselas: terminar con un déficit del 5,3 por 100 este año 2012, y del 3 por 100 el próximo 2013. Pero en Bruselas ya tienen la mosca detrás de la oreja con el cumplimiento del déficit anterior, cuando, sobre todo las Comunidades Autónomas, gobernadas en su mayoría por el PP, se saltaron los topes y rompieron el equilibrio entre lo comprometido y lo gastado. “Se acabó el derroche”, proclama el gran titular de La Gaceta. El derroche, claro está, de quienes lo hayan producido, y que en alguna medida pagarán “los paganos de siempre”, los sufridos contribuyentes. A ellos lanza un guiño el Gobierno: No se tocan las pensiones y los sueldos de los funcionarios “sólo” permanecerán congelados. Incluso los defraudadores tendrán “buen trato” fiscal. Pero sube la luz, sube el gas, subirá el tabaco… Y lo que los Gobiernos regionales determinen en materia, por ejemplo, de impuestos municipales, tasas de basura, de tráfico, de copago farmacéutico…
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