Los rectores plantan al
ministro Wert
Dentro del bloque de
grandes informaciones que proporcionan a diario los grandes medios
informativos, el plantón de los rectores al ministro Wert quye este
jueves destacan todos los medios, es, probablemente, anecdótico, y
de escasa trascendencia, pero no cabe duda de que es llamativo,
chocante, y probablemente ilustrativo de los choques que están
originando algunas actitudes y decisiones de un gobierno “fuerte”,
con mayorías parlamentarias “sobradas”, y que, posiblemente por
esto mismo, no tienen suficientemente en cuenta las formas y los
procedimientos. El ministro Wert ha entrado en su cargo, y ejerce su
condición de ministro de Educación, como “elefante en
cacharrería”, son muy escasos miramientos a quienes pisa. No en
vano, sus niveles de popularidad están en la cola del Gobierno. Pero
tampoco parece que le preocupe tal situación: Está en posesión de
la verdad, o así lo cree, y la ejerce sin contemplaciones, caiga
quien caiga. El plantón con el que le han obsequiado los sectores
rectores se produce pocas horas después de la huelga de todos los
sectores educativos, que se echaron a la calle para protestar contra
los indiscriminados recortes del gasto en la Educación pública.
Posiblemente el ministro Wert no tiene otro remedio que sacar
adelante unos recortes a los que fuerza “la coyuntura”, o el
Directorio internacional que ordena y manda sobre los presupuestos
españoles. Pero le viene faltando mano izquierda y formas, por más
que presuma de dialogarlo todo...
El caso de José Ignacio
Wert es sintomático por su propia trayectoria: sociólogo relevante
y responsable de muchas encuestas de opinión de las que proporcionó
durante años el diario El País, y de artículos de opinión en este
mismo diario, disfrutaba de una cierta aureola de “progre”, que
ha venido a romper, con estrépito y apresuramiento, apenas le llegó
la oportunidad de disponer de cartera y despacho ministerial, con
derecho a recortar gastos. Lo está recortando casi todo, y lo está
justificando todo en declaraciones a menudo pasmosas, cuando en la
opinión española es evidente que recortar en gastos educativos es
un paso atrás de muy peligrosos efectos y consecuencias. Todo el
mundo admite que son imprescindibles muchos recortes de gastos del
dinero público, pero también hay coincidencia en que hay cuestiones
y materias que requieren mucho tino para su supresión o sustitución.
Wert ha entrado en todos los jardines: las becas, el bachillerato, la
formación profesional, la educación para la ciudadanía..., y no
parece que haya tenido la suficiente información, ni mucho menos, el
suficiente diálogo con los afectados o afectables. Es de lo que
protestan, precisamente, los rectores: que no han sido tenidos
mínimamente en cuenta a la hora de revisar los dineros que vienen
gestionando. Total, que, como ha señalado iun titular de El País,
“la Universidad ha roto con Wert”, con ese plantón suscitado por
haberse negado a debatir con ellos el decreto de recortes. Este
diario recuerda los recortes que afectan a los campus y que
significan más horas de clase y menos investigaciòn, menos
contratos, aumento de tasas y menos becas. Todo un programa... Su
cronista universitaria observa que es la primera vez en la historia
de la democracia que los rectores no acuden, por decisión unánime,
a la reunión del Consejo de Universidades, convocada precisamente
por iniciativa de la propia Conferencia, tras verse olvidada de los
encuentros del ministro... “El único problema no son los
recortes, sino el cómo se están haciendo las cosas”, se señala.
Y añade que buena parte de este colectivo opina que el Gobierno está
dinamitando el modelo de igualdad de oportunidades en la educación
superior, despreciando, además, a las instituciones. Cabe recordar
anteriores choques de los rectores con antecesores de Wert: chocaron
con Esperanza Aguirre y con Pilar del Castillo, de manera que Wert es
el tercer ministro -tercero del PP- que tropieza con la misma piedra:
un grupo de ciudadanos, generalmente ilustres, elegidos por el voito
de los restantes profesores y de los estudiantes para ejercer su
ilustre condición de rector....
En resumidas cuentas, que
los rectores “pasan” de Wert porque Wert ha “pasado” de
ellos, y aspiran a ser recibidos y oídos por el presidente Rajoy. A
su vez, Wert pudo haberse callado humildemente y asumido su eventual
error, pero ha preferido defenderse atacando: reprocha, a sus
imposibles interlocutores, de “no haber estado a la altura”. Y
les reprocha que ese plantón, tan eficaz mediáticamente, haya
tenido un efectos indeseable: paralizar la aprobación del decreto de
umbrales de becas. Un rector, el de la universidad de Vigo
Salustiano Mato, ha explicado en La Voz de Galicia las circunstancias
del plantón: “Ni siquiera queríamos cambiar el real decreto, sino
hablar de él”. Y habla de falta de respeto e insulto a la dignidad
de los convocados. “Se saltó a la torera la autonomía de las
Universidades”. Otro rector, Juan Casares, que observa que al
plantón se han sumado también los rectores de las Universidades
privadas, reclama soluciones logradas sobre el mutuo respeto. El
rector de La Coruña, Xosé Luis Armesto, recuerda que el decreto
tiene incluso fallos técnicos fáciles de solucionar con diálogo.
El reproche de falta de respeto ha sido reacción compartida por
todos los no-asistentes.
Eso sí, hay versiones
periodísticas para todos los gustos, en este repaso a lo que cada
cual ha hecho y dicho. En el diario ABC se destaca el hecho de que
“los rectores planta al ministro, pero cobran viaje y alojamiento”.
Y recuerda que la dieta de los rectores por asistir a la reunión del
consejo de Universidades es de 155 euros, más otros 102 por pasar
una noche en Madrid, más gastos de viaje y 53 euros por almuerzo....
En el diario La Razón, el más progubernamental de todos los
diarios, ya se ha inventado un término despectivo: los “rector
flautas”.
El asunto, cabe esperar,
traerá cola. Cabe recordar que Rajoy fue ministro de Educación...
No hay comentarios:
Publicar un comentario