domingo, 30 de septiembre de 2012

CIU AVANZA PERO NO SIGNIFICATIVAMENTE EN LAS ENCUESTAS


Cuatro encuestas sobre Cataluña

En varios periódicos se proporcionan hoy encuestas electorales ante la convocatoria de adelanto para noviembre que ha hecho Mas para sus conciudadanos catalanes. Hay escasa coincidencia en las apreciaciones: Mientras en El Mundo se habla de escaso avance electoral de CiU tras el órdago de Mas, en cambio,  La Vanguardia sostiene sobre su propia encuesta que CiU se acerca a la mayoría absoluta, y el PSC se hunde. Titula El Periódico de Cataluña: La consulta convence. Y en La Razón se asegura que CiU sufre el efecto Mas, y que la apuesta independentista del president de la Generalitat le haría perder entre tres y cuatro escaños, que ganaría ERC.

EL MUNDO.- Según la encuesta de-Sigma Dos  para El Mundo, CiU sólo mejoraría 7 décimas y entre 2 y 3 escaños, lejos de la mayoría absoluta. También aprecia una fuerte caída del PSC y avances de ERC, PP e Iniciativa. Insiste: CiU volverá a ganar con claridad las elecciones autonómicas del 25 de noviembre en Cataluña, pero el órdago soberanista no le servirá a Artur Mas para alcanzar la mayoría absoluta. Es la principal conclusión que se desprende de la encuesta. Enb su editorial,. El Mundo sostiene que Artur Mas se ha tirado a una piscina con muy poco agua…, e insiste en sus titulares en que CiU no alcanza la mayoría absoluta, y que Mas, en cambio, es el candidato favorito gracias a los votantes de ERC. También explica que el presidente frena la consulta a corto plazo, mientras el Gobierno cree que Mas va de farol en la consulta independentista, y el PP anima a los empresarios a perder el miedo a decir no a la independencia.. Rajoy, a su vez, afirma que la independencia sería un lastre para la economía.

EL PERIÓDICO publica este domingo los resultados de su primera encuesta electoral realizada tras la multitudinaria manifestación independentista de la última Diada. Los datos muestran que el 71% de los catalanes está a favor de la consulta y que la mayoría acepta el adelanto electoral. “La consulta convence”, dice el gran titular de El Periódico, que añade los datos resultantes del estudio demoscópico.

zoomPortada de EL PERIÓDICO del domingo 30 de septiembre.

LA VANGUARDIA.- En la información que proporciona La Vanguardia se señala que el seísmo político que desencadenó la multitudinaria manifestación del pasado Onze de Setembre en Barcelona se ha extendido al escenario electoral, con unos réditos muy visibles para casi todas las formaciones que apoyaron la protesta y unos efectos devastadores para algunos de los partidos que, como el PSC, se mantuvieron al margen o se opusieron. La formación política que mejor capitaliza electoralmente la aceleración soberanista es CiU, que en un contexto de crisis y recortes que viene castigando a todos los partidos en el poder, mejora en casi cinco puntos su apoyo electoral y se sitúa a un paso de la mayoría absoluta en el Parlament de Catalunya. Esta es una de las principales conclusiones de un sondeo de Feedback para La Vanguardia, realizado entre los días 21 y 27 de septiembre y que coincidió con el anuncio de la convocatoria anticipada de elecciones por el presidente de la Generalitat, Artur Mas. De hecho, la principal conclusión de la encuesta abarca al conjunto del mapa político catalán, donde en paralelo al avance de CiU (que suma hasta cinco escaños), de Esquerra (que conseguiría tres más) y de Iniciativa (que obtendría dos más), se registra una nueva caída del PSC, que se hunde hasta magnitudes inéditas (y cedería siete escaños). A ello habría que añadir un retroceso del Partido Popular, cuyas pérdidas oscilarían entre dos y tres diputados. Fuera del bloque soberanista, el único partido que mantiene sus apoyos es Ciutadans, que incluso podría sumar un escaño más a los tres actuales. El Parlament resultante de estos pronósticos entregaría hasta 67 escaños a CiU, que junto a los 13 de Esquerra, los doce de ICV y los tres de Solidaritat, brindaría un total de 95 escaños a los partidos del bloque soberanista, nueve más que ahora y, en todo caso, una mayoría más que suficiente para aprobar una reforma estatutaria, que exige el voto de al menos dos tercios de la Cámara catalana (90 diputados).  Por el contrario, las formaciones que no apoyaron esta semana en el Parlament la celebración de una consulta soberanista experimentan un visible retroceso que en el caso del socialismo catalán adquiere dimensiones de derrumbe. Con una caída de casi tres puntos en porcentaje de voto -que se suma a los ocho que ya cedió entre el 2006 y el 2010-, el PSC obtendría ahora 21 diputados, lo que supone la mitad de los que llegó a reunir en sus mejores registros en solitario (los 42 de las autonómicas de 1988 o del 2003). De ese modo, en apenas seis años los socialistas catalanes habrían perdido 11 puntos de cuota de voto y 16 escaños.  Por su parte, el PP catalán experimentaría un leve retroceso, aunque suficiente para volver a descender a los niveles de hace una década y obtener 15 escaños, frente a los 18 actuales. Eso sí, la convulsión electoral sería aún más profunda en el escenario de unas eventuales elecciones generales, tal y como se aprecia en la segunda entrega del sondeo, que aparece mañana. En cualquier caso, la encuesta de Feedback ofrece un conjunto de indicadores coherentes con las expectativas que dibuja. Y en este sentido, el avance de Convergència i Unió se sostiene no sólo sobre la fidelidad de sus votantes sino también sobre su renovada capacidad de atrapar electores de otros partidos, en una evocación del famoso pal de paller en que Jordi Pujol convirtió a la coalición nacionalista. En concreto, las mayores transferencias en favor de CiU proceden del PSC y rondarían los 80.000 electores. Eso sí, en la fortaleza de CiU interviene decisivamente la valoración de su actual líder, Artur Mas. El presidente de la Generalitat no es sólo el político catalán que obtiene la puntuación más alta (y de los pocos que aprueba, junto a Oriol Junqueras y Alfons López Tena), sino el que, a juicio de la mayoría, mejor defiende los intereses de los ciudadanos de Catalunya. Nada menos que el 44,7% de los consultados atribuye a Mas esa cualidad, lo que sitúa al líder nacionalista a una distancia sideral de sus rivales. Tan sólo un 5% cree que Oriol Junqueras (ERC) es el que mejor defiende los intereses de los catalanes, y esa cifra desciende al 4% en el caso de Joan Herrera (ICV), al 2,4% en el de Alicia Sánchez-Camacho (PP) y al 1,7% en el del socialista Pere Navarro. No en vano, uno de cada cinco votantes del PSC, uno de cada tres del PP y más de la mitad de los de Esquerra coinciden en señalar a Mas como el líder que mejor defiende los intereses de Catalunya. Incluso un 30% de los votantes de Iniciativa concede al president esa cualidad. Y estas apreciaciones se ven avaladas por la evolución reciente de la imagen del president. Así, casi un 43% de los consultados admite que su opinión sobre Artur Mas ha mejorado en las dos últimas semanas, frente a sólo un 21,4% que dice que ha empeorado (mientras un 35,8% mantiene idéntica valoración del president). Esas magnitudes confirman que Mas ha sabido sintonizar con la opinión pública tras la eclosión soberanista del Onze de Setembre, aunque con alguna salvedad. Su imagen ha empeorado entre la mitad de los votantes del PSC y entre una tasa aún mayor de electores populares. De hecho, CiU sólo perdería votos en favor del Partido Popular, pero en una magnitud pequeña frente a los que ganaría procedentes de otras formaciones. En realidad, la atmósfera soberanista ha impulsado la valoración de los líderes de ese signo, ya que son los únicos que aprueban. Finalmente, el sondeo anticipa ya un ligero incremento de la participación en las próximas elecciones autonómicas (que llegaría al 61% del censo), cuando faltan aún casi dos meses para su celebración. Eso sí, sólo un 28% de los consultados cree que los próximos comicios servirán para saber "cuántos catalanes quieren la independencia".

LA RAZON.- La convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña en el contexto de tensión secesionista creado por Mas no pasa desapercibido ante el electorado catalán, ya que en la próxima cita con las urnas, el  25 de noviembre, lograría movilizar al 59,8% del censo, prácticamente el mismo porcentaje de 2010, que fue del 59,9%, una décima de diferencia. Todo un éxito de participación si consideramos la apatía electoral que se ha adueñado de los electores como consecuencia de la crisis económica y la desafección con la política. Según las conclusiones de la encuesta de NC Report para LA RAZÓN, CiU, que volvería a ser la fuerza más votada, retrocede 2,9 puntos con relación a las anteriores elecciones autonómicas, al pasar del 39,6% al 36,7%. Esto significaría una pérdida de  entre 3 y 4 escaños, con lo que de 62 diputados pasaría a obtener 58/59.  Los socialistas, con el 17,1%, de los votos, se mantienen como segunda fuerza más votada, pero su caída es menor que la de CiU, pues descenderían un 1,8 por ciento, aunque pierden los mismos escaños, entre 3 y 4, quedando su representación fijada en la franja de  24/25 parlamentarios.  Los populares se consolidarían  como tercera fuerza e incluso los datos apuntan a que incrementarán su porcentaje de voto, del  12,7% al 13,7%, lo que se reflejaría  en 2 diputados más de los logrados en los comicios últimos su grupo, con lo que contaría con 20 escaños. ERC, de acuerdo con los datos de la encuesta, se situaría como cuarto partido más votado, desplazando a IC-V al quinto puesto. Los republicanos ganan 4 escaños llegando a los 14. Su expectativa de voto crece un 2,1 por ciento, llegando al  9,3% de los sufragios. IC-V le sigue de cerca, con apenas dos décimas menos, aumentando también en votos, un 1,5%, y en escaños, con 2 parlamentarios, sumando ya 12. Ciutadans se mantiene estable  en voto como y escaños, con un leve aumento del 3,5 al 3,6%, lo que confirma sus tres diputados.  En cambio, los independentistas de SI saldrían del Parlamento catalán al perder un 0,6 por ciento, con lo que tendría el 2,8% de los votos. En el signo contrario podría situarse PxC, que se acerca  a entrar por vez primera en la cámara catalana, si finalmente consigue un 3,4 por ciento de los votos por Barcelona. La correlación de fuerzas nacionalistas/constitucionalistas no difiere sustancialmente de la conseguida en 2010; los primeros sumaban 76 (CiU+ERC+SI) y ahora bajarían a 72/73 (CiU+ERC), al contrarrestar la subida de ERC con el descenso de CiU y la «desaparición» en el Parlament de SI. Los constitucionalistas pasarán de 49 (PSC+PP+C’S) a 47/48, ya que la pérdida de escaños del PSC no la compensaría el crecimiento en escaños del PP y C´S se mantendría sin cambios en su representación. De esta forma,  el bloque nacionalista (CiU+ERC+SI) ve reducido su porcentaje de voto desde el 5,2% de 2010 al 48,8%, mientras que en el bloque del lado constitucionalista (PSC+PP+C´S) su expectativa de voto pasaría  del 3,1% al 34,4%. Con respecto al sondeo de mediados de septiembre, se mantienen las tendencias descritas en aquel, es decir, un descenso de las dos grandes fuerzas políticas en Cataluña, CiU y PSC, y un ascenso de ERC, PP e IC-V. El fantasma de 2003 y 2006 ronda de nuevo a Artur  Mas.Esas elecciones autonómicas representaron sus horas más bajas, desde un punto de vista electoral. Fueron las convocatorias en las que fue el candidato de CiU tras la marcha de Pujol, y en ambas fracasó en su objetivo de convertirse en President, pasando esas legislaturas como jefe de la oposición. Con Mas de candidato cosechó CiU sus peores resultados electorales; 31,2% en 2003 y 32,2% en 2006, cuando la media con Pujol de  candidato fue del 41,2%. De ésto  se benefició ERC, que subió espectacularmente al 16,6% en 2003, pese a que bajó  al 14,3% en 2006, mientras que en la etapa de Pujol su porcentaje  fue del 7,4%. Esas dos convocatorias electorales evidenciaron el tráfico de votos entre CiU y ERC.


EL PAIS.- La escena se desarrolla en el patio del Congreso de los Diputados. Es miércoles. La Bolsa se ha hundido el día anterior, la prima de riesgo sube, las fotos de las cargas policiales están en casi toda la prensa internacional, y Artur Mas acababa de anunciar un referéndum de autodeterminación. Un ambiente de enorme preocupación se instala en la política española. Un ministro se desahoga con un diputado de CiU. “Mas ha perdido el Norte. Estáis poniendo en riesgo la estabilidad financiera de España. El mismo día que anuncia la autodeterminación pide 5.000 millones al Estado. Y dice ‘es mi dinero’. ¿Pero no entendéis que la Generalitat tiene categoría de bono basura? ¿No veis que se os va a dar el dinero porque España aún tiene una pequeña capacidad de financiación, que tenemos que recurrir a Loterías para endeudarnos?”, le espeta. El catalán aguanta el largo chorreo con paciencia —en el Congreso las relaciones personales no se pierden pese a las discrepancias— y le contesta: “Nadie se ha vuelto loco. Vosotros lo que tenéis que hacer es entender lo que está pasando en Cataluña y empezar a negociar”. Poco antes de esa escena, mientras el presidente estaba de viaje oficial en Nueva York, Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta, se había reunido en el Congreso con Josep Sánchez Llibre, histórico dirigente de Unió, siempre encargado de todas las negociaciones con gobiernos del PSOE o del PP, cercano al mundo empresarial catalán. La vicepresidenta busca una salida, una vía para reconducir a Mas. Los puentes con Convergència están rotos, señalan en el Ejecutivo, y solo hay contacto real con Unió. Sánchez Llibre, que está lejos del independentismo, como lo está su jefe, Josep Antoni Duran Lleida, le explica cómo está el ambiente en Cataluña y le plantea que el Gobierno tiene que ofrecer algo —“moverse”, le dice—, como está haciendo el PSOE con su planteamiento federalista. Algo, un gesto, para frenar el choque de trenes.Estos dos momentos son solo una muestra de lo que se ha vivido en esta semana durísima para la política española. A la crisis económica, que ya tiene en alerta máxima al Gobierno y a la oposición ante la posibilidad de un nuevo rescate, se suma ahora una crisis política en Cataluña de proporciones desconocidas. Y el Ejecutivo está descolocado. En público, ha optado por la imagen de dureza y tranquilidad que ofreció la vicepresidenta el jueves —“no solo hay mecanismos para impedir el referéndum independentista, además hay un Gobierno dispuesto a usarlos”— o el propio Rajoy ayer, pero en privado la preocupación es enorme. El Ejecutivo contaba con un otoño caliente en la calle, pero una crisis política tan profunda no estaba prevista. Los ministros contemplan estupefactos la escalada de Mas, que cada día da un paso más. Al principio, muchos pensaban que iba de farol. Ahora, no tanto. La indignación del PP y del entorno de Rajoy con el que era hasta hace poco su socio preferente es enorme. No hay puentes. Rajoy tampoco tiene previsto de momento ningún viaje a Cataluña. Él intenta presionar a Mas a través de los empresarios. El viernes se vio un primer resultado, cuando José Manuel Lara dijo que, “si Cataluña fuera independiente, el Grupo Planeta se tendría que ir a Zaragoza, a Madrid o a Cuenca”. Pero la información que maneja el Gobierno le dice que Mas ya no escucha ni siquiera esa presión, pese a la tradicional vinculación de CiU al mundo empresarial. Ha habido intentos, cenas de los principales empresarios con Mas, pero todo parece inútil, señalan en el Ejecutivo. El Gobierno solo confía en que el PP obtenga una buena representación y CiU no logre la mayoría absoluta. Y si no es así, la última esperanza es que, tras las elecciones, Mas rebaje sus posiciones. La alerta está instalada en el Gobierno y en el PP, que siguen temiendo que un empeoramiento de los mercados —la prima parece de nuevo instalada en 450— lleve al rescate. El equipo económico confía en que la publicación de las evaluaciones de la banca, aplaudidas por el FMI y la UE, y las medidas liberalizadoras anunciadas por Luis De Guindos den mensajes positivos. El Ejecutivo ha seguido fielmente las instrucciones de Bruselas. Mañana acude a Madrid el influyente vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, al que verá Rajoy. Moncloa confía en que Rehn lance en Madrid un claro mensaje de apoyo a España. Esta situación de enorme preocupación también se traslada al PP. Los barones regionales, según coinciden varios dirigentes, están inquietos y pendientes de lo que suceda en Galicia para ver qué consecuencias políticas tienen la crisis y los recortes. De hecho, fueron los barones, especialmente algunos, quienes forzaron un discurso más duro contra Mas e hicieron que se olvidara la idea de proponer en la Conferencia de Presidentes una reforma del sistema de financiación de las autonomías. Todo el PP está así pendiente de las gallegas. Rajoy, en uno de sus peores momentos, confía en que esos comicios le den un poco de aire, al menos internamente. Es lo que pasó en 2009. Cuando estaba más cuestionado, Alberto Núñez Feijóo ganó en Galicia y Rajoy respiró. Los últimos datos que maneja el PP y el escándalo de corrupción del alcalde socialista de Ourense, que ha dimitido, hacen que en la calle Génova estén mucho más optimistas que hace unas semanas. Sin embargo, al margen de lo que suceda en las gallegas, cada vez más gente en el PP, cuando vienen los días más difíciles, pregunta en privado: “¿Dónde está el Gobierno?” Los populares no comparten esa idea de Alfredo Pérez Rubalcaba de que al Ejecutivo “se le está yendo el país de las manos”. Pero algunos sí critican en privado la escasa presencia política del Gobierno, que en la práctica apenas aparece en los días difíciles, como pasó el martes. Algunos veteranos ven mucho descontrol. “¿No podía nadie evitar con cualquier excusa, por ejemplo, que el Rey se hiciera fotos con Mas en Barcelona mientras está declarando la autodeterminación?”, se pregunta uno de ellos. Es una queja reiterada sobre Rajoy y su equipo: ¿Por qué no hacen más política? El presidente, insisten los suyos, tiene su estilo y sobre todo está a otra cosa, a la de siempre: salir de esta.
El País proporciona otra información que destaca que la independencia empujaría hoy a Cataluña a una quiebra inmediata: el nuevo estado nacería ahogado en deuda y con el mercado cerrado. La deuda pública escalaría al entorno del 80 o cien por 100 en caso de secesión, y la separación pondría a la banca catalana contra las cuerdas.  Se pregunta también quién financiaría ese nuevo país… Y en otra crónica señala que Mas dice ahora que el referéndum requiere una mayoría i destructible. No vale perder por un 49 por 100 ni ganar por un 51 por 100. Hay que ser rotundo, dijo. Y que si “necesitamos un año más para hacer la consulta, no pasa nada”.
En cuanto a La Gaceta, cuenta  que TVE ignora el movimiento que defiende un Cataluña dentro de España, y que Artur Mas dice ahora que sólo convocará referéndum si obtiene mayoría amplia. ¿Es mayoría amplia la que le atribuyen las encuestas publicadas este mismo domingo?
Otras materias de los diarios de este domingo
El País se inclina por destacar que el déficit y la deuda se disparan por las ayudas a la banca, y afirma que España incumplirá el objetivo de reducción del desequilibrio fiscal. Luego, da cuenta de la tercera protesta masiva frente al Parlamento. Cuenta también que los socios europeos se dividen por el segundo rescate a España, y que Alemania capitanea el grupo que no quiere que Rajoy pida las ayudas. También cuenta El País que el Parlamento andaluz afronta dividido el dictamen de la comisión de los ERE. Y que la gota fría e ha llevado diez vidas. Cuenta el Mundo que  Urkullu pide cambiar la Constitución y que la nueva recoja el derecho a decidir. Destaca también la afirmación del Rey: La monarquía durará mientras el pueblo quiera. Dice que el 25-S vuelve al Congreso con una manifestación ilegal. Y del temporal, que dejó 10 muertos y dos desaparecidos. Recoge declaraciones de Olvido Hormigos, concejal de Los Yébenes: Mi marido ya me ha perdonado”. El principal acusado sigue viviendo con u novia en Madrid y como portero en Los Yébenes. En otro reportaje habla de “cuando Artur todavía se llamaba Arturo”. (Mas, por supuesto). Dice ABC que el PSOE está apunto de perder la E de España, y que històricos socialistas denuncian la tibieza de Rubalcaba en la respuesta al desafío catalanista y pìden dureza frente a la deriva del PSC. Repregunta en un editorial a qué juega el PSOE en Cataluña. Pascual Sala sostiene que no cabe pronunciamiento de secesión por una parte del territorio español. Y en un reportaje histórico habla ABC de lo que llama “la verdad sobre el Condado de Cataluña”. ABC sigue proporcionando los informes policiales del 25-S: Vamos a matarles, que son unos cerdos. Las agresiones e incultos de grupos organizados y muy violentos, según ABC. Según este diario, se producen diez manifestaciones diarias que asedian el centro de Madrid. Y cuenta que Ignacio González dejó fuera de su gobierno a Regina Plañiol y López Amor por filtrar sus nombramientos antes de hacerse oficiales. En La Vanguardia se destaca que la deuda pública se disparará al 90 por 100 del PIB a finales de 2013. Indica que una multitud volvió a colapsar por tercera vez los aledaños del Congreso. En otro trabajo se habla de la agria batalla que se viene produciendo para cumplir con el 6,3 por 100 de déficit. Las pensiones son el último bastión… En La Razón se siguen analizando los presupuestos 2013: Sanidad e Industria, los que más recortan. El Gobierno recorta un 12 por 100las transferencias a las CCAA. Como en ABC, los informes policiales sobre la violencia de los convocantes de las manifestaciones del 25-S. Presenta a Garzón como “antivista antisistema”. Cuenta que Rajoy congela el sueldo del Ejecutivo y que la partida de la Casa Real se reduce otro 4 por 100 más. Anuncia una espirar de pobre para Cataluña por la hipotética independencia. En La Gaceta se anuncia que Montoro deja en el aire la bajada del IRPF en 2014. Y que Soraya y Cospedal se disputan el favor del presidente. De momento, se impone Cospedal. Dicen los indignados del 25-S: el próximo desahucio, La Zarzuela.
Entretenido viene “el papel dominical”…

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