viernes, 1 de mayo de 2009

COR

CORREA SIGUE EN PRISION.- El caso Gurtel, de comisionistas que explotaban los eventos que organizó durante muchos años, el PP, sobre todo en las Comunidades de Madrid y Valencia, hace tiempo que mantiene la llama de lo desconocido y lo imprevisible. Las filtraciones primero, y ahora las declaraciones ate los correspondientes Tribunales han mantenido y mantienen una atención permanente que, obviamente, a los interesados y al PP molesta y lacera de manera permanente. ¿Algún día se sabrá todo y se depurarán las correspondientes responsabilidades de quien dio negocios saneados a los comisionistas y a quienes recibían dinero y regalos por sus favores. en negocios garantizados, en los que no había competencia y de los que obtenían muy pingües beneficios. Pues bien, hay una “cabeza” clara en todo el montaje, Francisco Correa, que ha permanecido en prisión los casi cien días que ya se prolonga el caso. Algunos pensaron que una vez que cambiara el juez, y Garzón pasara los papeles a los TSJM o de Valencia, las cosas cambiarían radicalmente.

SEGUIRÁ EN PRISIÓN.- De momento, no hay tal, y Correa seguirá en prisión por decisión del juez Pedreira, encargado ahora de determinar la responsabilidad de los delitos de comisionistas y quienes les favorecieron: cargos públicos, empresarios de la construcción… Correa, en su declaración ante el juez, y según la versión que ofrece El País, manifestó nuevamente que había enriquecido a Luis Bárcenas, tesorero del PP y a alcaldes del partido, aunque relató a su favor que sus ofertas eran las más baratas del mercado. Mal lo puede decir, porque no concurría a concurso alguno. El dedo de los alcaldes lo beneficiaba con los encargos…En cambio, según el relato de El Mundo, Correa negó haber entregado dinero a políticos o cargos públicos y rechazó haber pagado sobornos por adjudicaciones y contratos. ¿Qué versión creer?

BARCENAS RECIBIÓ DINERO.- Pero lo importante, junto con la permanencia en prisión de Correa, es que éste haya reiterado, presuntamente, y según la primera de las dos versiones, que una parte de los dineros con los que agradecías los favores llegaba al tesorero del PP, el senador Bárcenas, a quien el presidente Rajoy sigue manteniendo en sus cargos y su despacho en Génova. “He hecho ricos a Bárcenas y a alcaldes del PP”, confesó Correa, que no quiere verse solo en las responsabilidades y delitos de los que se le acusa. Correa seguirá en prisión, pese a sus dolencias, porque sigue existiendo riesgo de fuga. Se recordará que e vísperas de su detención, en febrero, Correa se prparaba para fugarse a un país centroamericano.
Hay otros relevantes acusados de la trama: Galeote ya no estará en las listas de candidatos al Parlamento de Estrasburgo, Varios alcaldes de Madrid han sido sustituidos en sus cargos. Pero se mantienen “en sus trece” tanto Bárcenas, pese a la revelación sobre sus presuntos créditos y sospechosas entregas de dinero al banco, y sobre todo Francisco Camps que parece crecerse ante el acoso de sus adversarios políticos, y que insiste en rechazar toda suerte de imputaciones, aunque algunos en su propio partido lo vean “políticamente agonizante”.

SE ESPERA ALGO MÁS.- No hay duda de que el jefe del Gobierno depositó en los llamados agentes sociales, es decir, en sindicatos y patronales, una confianza que no termina de dar frutos apetecibles. Cuando empezó a dictar medidas sobre cómo afrontar la crisis, cedió a Méndez, Fidalgo –ahora Toxo- y Díaz Ferrán, la atribución para pactar toda clase de acuerdo que pudieran favorecer la creación de empleo. La reforma laboral, dicho en oras palabras, que daba en sus manos. Nadie más tocaría asunto de tanta importancia…
Pero resulta que la inoperancia de esa mesa de diálogo llega a hacerse insoportable, cuando ya se han superado los cuatro millones de parados y no termina de producirse repunte alguno en la creación de nuevos empleos. “Ni muere padre, ni cenamos”, decía un cruel y viejísimo chiste. Ni hacen ni dejan hacer… Cada vez que alguien expone la conveniencia de modificar, por ejemplo, el contrato de trabajo, los sindicatos hacen valer su decreto al veto, y no se puede mover una hoja más de papel… Es hora de que Zapatero les quite aquellas prerrogativas que pueden estarle costando un gran deterioro en número de parados. No es menos cierto que, a cambio, se ha podido disfrutar de una “paz social” formidable, entre otras cosas, porque los parados suscitan escasa solidaridad de los sindicalistas. Es probable que en el próximo debate del estado de la nación se empiece a cambiar este estado de cosas, y alguna forma de pacto de Estado sustituya a esos agentes sociales de quienes se esperó mucho y no se recibe nada.
JOSÉ CAVERO

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