miércoles, 18 de mayo de 2011

LOS POLÍTICOS, CONFUSOS CON LAS REVUELTAS CIUDADANAS

“LOS INDIGNADOS”, “DEMOCRACIA REAL YA”, ELEMENTO ELECTORAL
Todavía no hay acuerdo sobre cómo denominar el movimiento de ciudadanos que, desde el domingo pasado, se vienen manifestando en las calles de varias ciudades españolas para expresar su disconformidad y protestar contra las perspectivas que se les parecen ofrecer en la sociedad española de nuestros días, profundamente afectada por la crisis económica. En los diarios de este miércoles, sin embargo, se sigue hablando de esa iniciativa, llamada por algunos “movimiento de los indignados·, y potr otros, Movimiento Democracia Real Ya, pero también calificados como “elementos antisistema”, o “marchas de los ni-ni” -ni estudian ni trabajan. El portavoz del PP Esteban González Pons los ha calificado de “izquierda extrema”, escapados del socialismo. En todo caso, parece evidente que se han convertido, en unos pocos días, en símbolo de un rechazo pacífico al sistema, por más que, como relata un cronista, “los manifestantes son tan diversos como sus propuestas”: el bipartidismo, el poder financiero, la corrupción, la falta de vivienda y el paro, aparecen como cuestiones de preocupación en los lemas de las concentraciones y los concentrados. Algunos dirigentes políticos han mostrado evidente inquietud por este fenómeno “de masas”, mientras otros parece que aspiran a beneficiarse de sus movilizaciones y sus propuestas. Los movilizados han expresado su vluntadn de seguir “en acción” hasta las elecciones generales, o cuando menos, hasta el domingo próximo, cuando se producirán las elecciones de concejales, alcaldes y presidentes y diputados autonómicos. A los propios movilizados -o a algunos de ellos, porque no parece que tengan una portavocía clara y única, les parecen patéticos los intentos de los dos partidos mayoritarios por atraerlos o por desautiorizarlos, por igual. Tampoco parece que los partidos tengan clara la actitud que corresponde tener hacia ellos, aunque se supone que “de algún lado” han de caer, finalmente, sus votos: a la derecha opositora y aspirante a dar un severo castigo al PSOE, aunque gobierne en una buena parte de ayuntamientos y autonomías, o a la izquierda que dice coincidir con “los indignados” en muchos de sus planteamientos, como ciertos abusos y corrupciones. La izquierda parece mostrar mayores simpatías por la movilización, entre otras cosas, porque el PP ya tiene muy creída su victoria y nada le desagrada más que alguien venga ahora a desbaratarle lo que los sondeos le garantizan reeiteradamente. Hasta el punto de que un medio informativo dice este miércoles, en el pie de foto de la concentración de la Puerta del Sol, que “esto huele a Rubalcaba”, por más que los “movilizados” insistan en su distanciamiento de cualquier partido. La Gaceta, en particular, se significa por sospechar que el PSOE podría estar detrás de “los indignados” o tratar de apropiarse de sus votos: “Esto huele a la gran treta electoral de Rubalcaba”, llega a decir, probablemente recordando las reacciones de Rubalcaba cuando puso en marcha la campaña “merecemos un gobierno que no nos engañe”, cuando el PP se obstinaba en su versión de que habían sido elementos de ETA, y no el islamismo radical, los autores del mayor acto terrorista cometido en Europa en los trenes de cercanías de Madrid.
¿Cómo acabará este movimiento de indignados? De momento, el movimiento ciudadano “de los indignados” se ha ido extendiendo, y ya han sido 61 las ciudades españolas marcadas por esta “sublevación”, en la que algunos insisten en observar elementos comunes a las “movidas” que, en los últimos tres meses, han ido conduciendo al relevo, o siquiera a la confrontación, con los regímenes arcaicos y nada democráticos de Egipto, Túnez, Libia, Siria, Yemen, etc. En el caso español, a muchos de los concentrados en las plazas de la protesta la democracia española les parece necesitada de renovación, enquistada ya en un bipartidismo sin fórmulas ni procedimientos que resuelvan los problemas de los ciudadanos. Rajoy se ha visto forzado a replicar a uno de los eslóganes que más éxito han tenido entre “los indignados”: el líder del PP, cada día más convencido de su inminente victoria, se ve urgido a defenderse de quienes acusan a los políticos de que “no nos representan”. Rajoy explicaba ayer en una plaza de toros llena de seguidores, en Valencia, donde hizo grandes elogios al imputado Camps, que “es fácil descalificar a la política y a los políticos”...
¿Tenemos moviliazación para mucho tiempo, o empezará a diluirse tras las elecciones del domingo? Cabe suponer que empezarán a apuntarse algunos líderazgos, o tendencias, y que se irán determinando ideológicamente. Cambio político, regeneración de la clase política, fin del bipartidismo, empleo masivo de las redes sociales... De momento, predominan unos cuantos eslóganes con éxito ya indiscutible “que no nos representan, que no”, “lo llaman democracia y no lo es”, “poco pan para tanto chorizo”... A partir de ahí, en estas movilizaciones con pancartas, a menudo con pancartas atractivas, de momento no resulta fácil determinar qué color político tiene o predominará. Todavía no...
JOSÉ CAVERO

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