CRECEN LOS INDIGNADOS DEL 15-M
Ni la Junta electoral ni la lluvia fueron obstáculo para un a nueva acampada nocturna de varios miles de personas en la Puerta del Sol de Madrid. La Junta electoral, de manera discutible, había prohibido la manifestación, alegando que la marcha afectaba al libre derecho al voto, pero la policía se limitó a recordar a los concentrados que esa movilización no estaba autorizada. Y la lluvia persistente durante casi toda la noche no abandonó a los acampados ni bajó su moral. Los concentrados, basta contemplar las fotografías, fueron bastantes más de los tres mil de los que hablan algunos medios informativos escritos, medios, por cierto, que no terminan de aclararse sobre lo que hay detrás o quién está dirigiendo esa movilización de personas, generalmente jóvenes, pero no solamente de pocas edad... Basta repasar los titulares, los análisis y las sospechas que se vierten en ellos: “Puede ayudar a la izquierda a mejorar sus resultados electorales”, dice Amando de Miguel en La Gaceta. Según El País, “la llama sigue viva y no parece que vaya a apagarse de aquí al domingo”.. Y cuenta que los indignados agitan la campaña y los grandes partidos les piden el voto, aunque las formaciones políticas creen que el movimiento no es pasajero.,. Josep Ramoneda concluye que lo que piden es reanimar la democracia y conseguir que sea algo más que votar cada cuatro años. Benjamín Prado observa que “esto es un acto de resistencia, no una renuncia a la política, sino su reivindicación; una política cuyo objetivo debe ser mejorar nuestras vidas. García Abadillo dice que estamos ante una concentración que dice a la clase política que el sistema no sirve y exige un cambio radical, pero que no es el inicio de ninguna revolución. Según Victoria Prego, si los concentrados fueran sospechosos de votar al PP se les acusar`´ia de ultras. Hasta Penélope Cruz opina: Hay muchos chavales muy preparados y con muchas posibilidades que no encuentran futuro. ABC observa que “ha terminado la campaña electoral en su formato convencional, y asegura que el aire que corre por la puerta del Sol y por las sedes de los partidos levanta ciertos temores en las formaciones políticas, como ver si prende el mensaje abstencionista y a quién perjudicará. También se lee en ABC que el PP mira con recelo al PSOE con temor a una nueva manipulación. Y cree saber que la policía detecta los movimientos de los antisistema para radicalizar las protestas. “Los indignados amagan con reventar la jornada de reflexión”, advierte también ABC. En El Periódico de Cataluña se recogen propósitos de los indignados, que reclaman un cambio como no se ha visto en décadas. Pero también advierte que los activistas admiten que se ven desbordados Y habla de algunos asistentes: jubilados de tradición revolucionaria, críticos con los sindicatos, ven en la protesta un nuevo motivo de esperanza. EL Economista expone lo que reclaman “los indignados”: Más gasto social, pisos para todos, control a la banca, menos gasto militar, clase política sin privilegios, más impuestos para grandes fortunas, eliminación de las Sicav, Tasa Tobin... O sea, la carta a los Reyes Magos. Se destaca en Público que Pons alabó las revueltas en Egipto, pero ahora critica a los “radicales” de España. Por cierto, que cuenta alguna crónica que, como sucediera en El Cairo, los vecinos y comerciantes de la zona abastecen de comida y mantas a los reunidos. Esperanza Aguirre, que tiene a las puertqs de su despacho a los manifestantes, se pregunta por qué no protestan junto a la Moncloa. Cayo Lara, a su vez, dice que con el 15-M va a cambiar el curso de la historia. Carme Chacón cuenta que sigue las concentraciones y que sus peticiones no le parecen utópicas o irreales, como se ha dicho. También Zapatero “hace suyas las demandas del 15-M”, como dice La Razón. Este mismo diario insiste en proclamar que “la izquierda radical está tras las protestas de los indignados”, y llega a asegurar que en los incidentes se utilizaron técnicas de guerrilla urbana. También señala que Interior, o sea, Rubalcaba, ha permitido la concentración en Sol pese a la prohibición de la Junta electoral. Rajoy entiende que los jóvenes se echen a la calle con el actual nivel de paro...
Ya no hay otro asunto que las movilizaciones de la Democracia Real Ya o de los indignados del 15-M, que ya no se sabe si es un solo movimiento o son dos distintos y diferenciados... Pero lo cierto es que la campaña electoral, que comenzó centrando su atención en Sortu y Bildu, el TS y el TC, termina con estas movilizaciones y concentraciones ciertamente novedosas, que no se sabe bien a quién pueden favorecer. Ciertamente, “los indignados” han venido a apagar los ecos de unos vibrantes en sus mítines de Rajoy y Aguirre, convencidos de su victoria inminente y amplísima, y decididos a relevar con la mayor urgencia a los actuales administradores del Estado, aunque no sea ésa la primera tarea de estas elecciones del domingo. Una vez más, quieren “quemar etapas” y acelerar un proceso que ven inevitable, por mucho que Zapatero, Rubalcaba y Blanco insistan en proclamar que, de ser así, sería una victoria inmerecida, porque ni Rajoy ni el PP han movido un dedo para ayudar a resolver los problemas que trajo consigo la crisis que nos acompaña y atenaza desde hace tres años. No hay duda de que estas elecciones se presentan como sorprendentes y distintas a cualquier otras conocidas...
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