Caso Urdangarín: 500 preguntas en 23 horas de interrogatorio
A las cuatro de la mañana de este lunes terminaba el interrogatorio al que fue sometido, durante 23 horas del sábado y el domingo, Iñaki Urdangarín, yerno del Rey, llamado por el juez José Castro, del juzgado de Palma, a testificar por su implicación en el Caso Noos, una pieza separada del Caso Palma Arenas. Urgandarín había acudido el domingo por la mañana con semblante más relajado que el día anterior para reanudar su declaración . Pero se encontró con un interrogatorio prolongado y persistente, calificado de “muy incisivo” por el entorno de sus abogados, por parte tanto del juez como del fiscal Pedro Horrach. Urdangarín abandonó el juzgado a las 4.08. Su abogado ha subrayado que quedó demostrado que la infanta nada ha tenido que ver en la trama, que no hay ni un vestigio de paraísos fiscales, que Urdangarin atendió la orden del Rey de dejar los negocios. "Ahora el procedimiento acaba de empezar", aseguró el letrado, después de que el yerno del Rey reconociera en esta segunda jornada que siguió haciendo negocios en 2008, después de que el Rey le ordenara dos años años que se apartara del Instituto Nóos, aunque matizó que fueron actividades únicamente relacionadas con el ámbito privado, no con organismos públicos. El duque de Palma asumió así, a preguntas del instructor, que permaneció relacionado con la trama de actividades del instituto y con su socio Diego Torres después de que el Monarca le ordenara dejar los cargos internos de esa entidad supuestamente altruista y sin ánimo de lucro, que llegó a facturar casi seis millones con los Gobiernos de Baleares y Valencia. El juez Castro, a su vez, incidió en las operaciones realizadas por Nóos, antes y después de 2006. Castro, que investiga los supuestos delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental, fraude a la Administración y prevaricación, formuló al imputado un total de 500 preguntas en dos días. Y, cuando él terminó, empezó el interrogatorio del fiscal, que duró otras siete horas, hasta medianoche, cuando tomó el relevo la acusación particular, Manos Limpias, también muy dura. En su intervención, la fiscalía, muy incisiva, destapó una cuenta con la que Urdangarin cobró en Suiza. El rastro se detectó en el registro del despacho personal del duque. Tras serle mostrada una hoja con una cuenta manuscrita por su secretaria, el imputado asintió y argumentó, según fuentes del caso, que se trataba de un ingreso que hizo un empresario jordano residente en Suiza por su gestión para internacionalizar la sociedad Aguas de Valencia. También admitió que intervino para cerrar negocios con el empresario Domingo Díaz de Mera, promotor del ruinoso aeropuerto de Ciudad Real y presidente de un club de balonmano y de la empresa Global Consulting Partners. Por esta asesoría cobró 300.000 euros. A su vez, el fiscal Pedro Horrach, nada retórico, comenzó a preguntarle por las supuestas facturas falsas que presentó el Instituto Nóos a la Generalitat valenciana en relación con el proyecto de los Juegos Europeos de Valencia, alguna de ellas por 240.000 euros. También se interesó por los contratos de Nóos con el Gobierno de Baleares, así como por la trama exterior. Urdangarin descargó de nuevo en su exsocio Diego Torres, con quien acabó muy enfrentado, lo referido a las cuestiones económicas, y añadió que éste era quien ponía los precios a los contratos y que llegó a actuar a sus espaldas. “¿Le robó Diego Torres?”, le llegó a preguntar el fiscal. Respondió que sí. En cuanto a las facturas, apuntó al contable de la sociedad, y negó conocer la existencia de las falsedades y de la trama exterior. Una parte de los letrados defensores estaba incómoda por la extensión de las sesiones, por la obsesión del juez y los fiscales en concretar el sentido de sus interrogatorios. Desde el entorno familiar del duque de Palma se expresó también, de manera oficiosa, un evidente malestar por la duración de este acto judicial de dos jornadas, además de por el trato recibido por el imputado, que tuvo que someterse a 23 horas de interrogatorio, descontados los tiempos de descanso. Contra lo que se dijo el sábado, la fiscalía no llegó a pedir un careo entre Urdangarin y su exsocio Diego Torres, después deque el duque endosara toda la responsabilidad a Torres y sostuvo que al frente del Instituto Nóos él desempeñó siempre un papel institucional, ajeno a las actividades que se investigan. Urdangarin y Torres, como propietarios y gestores de Nóos, están bajo sospecha judicial por encabezar una supuesta trama que se apoderó de fondos públicos, con concursos y contratos ficticios y precios totalmente desproporcionados, según consta en el informe del fiscal anticorrupción Pedro Horrach. El yerno del Rey logró para Nóos entre 2004 y 2007 casi seis millones de euros de fondos públicos (2,6 del Gobierno de Baleares de Jaume Matas y 3,2 millones de la Generalitat valenciana de Francisco Camps). El duque de Palma siguió asociado con Diego Torres hasta que rompió con él por disputas serias en las liquidaciones sobre “lo que le tocaba”. Urdangarin le reclamó su parte de los beneficios. Desde el entorno del duque se explica que sólo continuó en los temas que había abierto y que aún estaban pendientes de liquidar. En ese sentido se justifica que en 2007, un año después de que el Rey le ordenada desvincularse de Nóos y de Torres, el esposo de la infanta Cristina llamara reiteradamente para reclamar a José Luis Pepote Ballester, que era director general de Deportes de Baleares, el pago de 400.000 euros pendientes de un convenio. Urdangarín dijo que hizo de mediador, en nombre de Torres. Sobre su esposa, la infanta doña Cristina, Urdangarín aseguró que su papel era "testimonial", y también reconoció que metió en Noos al secretario de las infantas, García Revenga, para tener una persona de su confianza que le asesorase, aunque negó que éste fuera un "conseguidor de contratos". Sin embargo, en la segunda sesión del interrogatorio, sin embargo, Urdangarin respondió ante las preguntas de la abogada de Manos Limpias, que su esposa sí firmaba las cuentas de Aizoon, aunque sólo lo hacía así por mero imperativo legal, ya que siempre estuvo al margen de la empresa que ambos compartían. Urdangarin habló también de sus hijos, los nietos del Rey de España, a quienes, cuando estos tenía 3 y 4 años, los hizo socios de la empresa Namaste. El marido de la infanta Cristina dijo que lo hizo porque quería que fuera "una empresa familiar" y para que sus hijos "tuvieran su parte".
Luego, los negocios con las comunidades balear y valenciana: El Duque de Palma contó cómo, tras reunirse con Rita Barberà y Francisco Camps, en la Generalitat Valenciana les dieron un contrato en tres días. Su ex socio Diego Torres ya llevó los proyectos hechos a la reunión y que fue él quien llevó las cuestiones económicas. Se desmarca de cualquier sobreprecio y de los costes de aquellas jornadas organizadas por su Fundación y bautizadas como Valencia Summit. Asimismo, el Duque de Palma contó el patrocinio del equipo ciclista Illes Balears, que se fraguó en Marivent en septiembre de 2003 tras una partida de pádel que jugó con Jaume Matas y Pepote Ballester. Durante el interrogatorio, Urdangarin reconoció que la fundación para niños enfermos con la que se desviaba dinero a Belice, la montó con dinero público del instituto Nóos. Aseguró que él no tiene nada que ver con la contratación de trabajadores 'fantasma' por parte de empresas vinculadas a Nóos y responsabiliza de ello a su ex socio Diego Torres y a los contables. Y se defendió de estas acusaciones diciendo que no llevaba esos temas y que él nunca hablaba de dinero. Al menos tres jóvenes confesaron a la Policía Judicial que cobraban 60 euros al mes de las empresas de Urdangarin sin prestar servicio alguno. En esta trama de falsos empleados, la Policía también descubrió que algunos de esos contratos se hacían por un solo día. Anticorrupción sospecha que estas contrataciones 'fantasma' estaban encaminadas a lograr fraudulentamente bonificaciones fiscales. En algunos medios se pon e de relieve hoy un pr5esunto exceso de celo del juez Castro: La Gaceta habla de “ flagrante parcialidad del juez por el interrogatorio inquisitorial de Urdangarín, y habla de animadversión y falta de neutralidad del instructor. Otra “confesión” se atribuye, en El País, al juez, quien habría reprochado al imputado, ante sus evasivas respuestas, que “mejor que no hubiera venido” En El Mundo se habla de “una declaración con muchos agujeros·, y que el duque faltó a la verdad sobre las facturas falsas, la evasión fiscal, el saqueo de Noos, su salida del instituto y el papel de Torres... Relata La Razón que periodistas, gráficos y fuerzas de seguridad apenas podían contener su cara de agotamiento, al término del interrogatorio. Y pone de relieve que el sindicato Manos Limpias pedirá una fianza millonaria para Urdangarín y que se le retire el pasaporte...
En fin, una larguísima declaración que, pese a todo, supo a poco...
lunes, 27 de febrero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario