Dos escenarios, el interno y el exterior. Movilizaciones en la calle y déficit público en los despachos
Las atenciones de ayer, hoy y posiblemente mañana, están divididas en, por lo menos, dos clases de escenarios, unidos entre sí por la cuestión de los dineros públicos. Los primeros escenarios -en Barcelona, en Madrid, en Valencia, en Sevilla- se llaman movilizaciones, manifestaciones, y en algunos casos, incluso, disturbios callejeros. Es el caso de las calles de Barcelona, en las que se produjeron incidentes que han atraído las mayores atenciones, y que reclaman valoraciones incluso en la mayor parte de las primeras páginas de los diarios de este jueves: Los estudiantes encienden la mecha de la protesta en la calle, describe El País, que cuenta que miles de jóvenes se movilizaron en Barcelona, Valencia y Madrid. La protesta estudiantil degenera en actos vandálicos en Barcelona, relata El Mundo, que habla de grupos radicales organizados y de disturbios que duraron horas, con cortes de calles, autopistas y líneas de t6res, ardieron coches y contenedores. Cambia el tono en ABC: Desafío en la calle contra las urnas, sostiene este diario, que añade en mayores caracteres, y probablemente con propósito irónico “la oposición responsable del PSOE: Los socialistas justifican las protestas muy violentas en Barcelona con asaltos a bancos. Titula La Vanguardia: El malestar social aflora en Barcelona y Valencia. Miles de estudiantes salen a la calle contra los recortes. Las protestas acaban con incidentes de radicales en la capital catalana. Y apunta aún más El Periódico de Cataluña: El malestar juvenil invade Barcelona. Miles de estudiantes se manifiestan a favor de la universidad pública. La mayoría se enfrenta a algunos violentos que revientan el final de la marcha. El diario La Razón se alinea con la interpretación de ABC: Prende la llama del PSOIE. Tras la campaña de agitación de Rubalcaba, los radicales incendian Barcelona. Los sindicatos se burlan de las víctimas y convocan un paro para el 11-M y planean huelga general para el 29. Y en la misma lóinea “de portavoces del PP” puede inscribirse La Gaceta, que tras hablar de los graves disturbios de Barcelona, dice que “los sindicatos y Rubalcaba convocan otra algarada para el aniversario del 11-M, y que la izquierda reedita la crispación contra el PP que desplegó tras los asesinatos de Atocha. Las víctimas se rebelan por la instrumentalización política del aniversario. Como es fácil comprobar, hay dos versiones de los hechos: Los que sitúan a jóvenes airados en las movilizaciones y quienes creen ver la larga mano del PSOE y de los sindicatos detrás de estas “movidas”...
Ese es el primer escenario, el que ha predominado en las últimas horas. El otro, con muy estrecha relación con las protestas por el recorte de determinados gastos públicos, es el que se juega en la mesa de negociaciones y en la elaboración de los presupuestos de 2012 y 2013, los de los grandes recortes del gasto. Este jueves por la noche, el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, tiene previsto cenar con el resto de líderes de la UE en Bruselas, en vísperas de la cumbre comunitaria de este fin de semana. La Moncloa confía en que, a esa hora, la negociación que viene manteniendo con el comisario comunitario Olli Rehn sobre el déficit que deberá cumplir España en 2012, esté resuelta. Ha cambiado, sin embargo, la que parece “doctrina oficial”: Frente a “lo que determine Bruselas”, en las últimas horas prevalece la idea de que el recorte de gasto será “el que pueda acometer, y al que se comprometa, el gobierno español”. La frase de Rajoy es muy expresiva sobre el particular: Frente un déficit estricto y exigente del 4,4, que a todos parece incumplible, Rajoy aboga, muy a la gallega, por recortar “todo lo que podamos”, sin concretar más. La Razón indica que un informe de la UE indica que “se podrá prorrogar la corrección”, pero en otras informaciones se refleja lo contrario: Bruselas, dice La Gaceta, rechaza flexibilizar el objetivo de déficit para España este año... En cambio, asegura El País que Rajoy confía en que Bruselas asuma que lo obligatorio es llegar al tres por ciento en 2013. Está previsto que el viernes, Hacienda anuncie el cuadro macroeconómico, en el que se plantean las previsiones de crecimiento, de inflación y de déficit, y que es fundamental en la elaboración de los Presupuestos. No se sabe si, además, aprobará el techo de gasto, en el que tiene que determinarse qué objetivo de déficit fija. Según han asegurado algunas informaciones periodísticas, aparecidas en los últimos días tanto en La Razón como en El País, en este momento, el Gobierno viene trabajando con un déficit que podría superar el 4,4 previsto en la negociación con el anterior Gobierno, y que podría elevarse hasta el 4,9 por ciento, según fuentes del Ejecutivo. En resumidas cuentas, que no se sabe bien si la decisión final está en manos de las autoridades comunitarias o en sus conversaciones con De Guindos y Rajoy. Algunos sospechan que la decisión se tomará con el particular estilo del presidente: prácticamente en el último minuto, en función del signo de las conversaciones con Bruselas. De hecho, ante la posibilidad de que no sea posible obtener la flexibilidad que espera el Gobierno, se plantea retrasar la aprobación del techo de gasto, y presentar sólo el cuadro macroeconómico. De este modo, se ganaría una semana para proseguir la negociación del déficit unos días más, por cuanto todos esos datos de previsiones y compromisos deben ser aprobados en el Congreso y los Presupuestos serán presentados el 30 de marzo. Entre tanto, han reaparecido las tensiones entre los dos departamentos, Economía y Hacienda, que se ocupan de estas materias. Montoro y De Guindos no parecen compartir los datos de que disponen: El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, segundo de Montoro, aseguraba el martes que el Gobierno aprobará el viernes el techo de gasto y dejó abierta la puerta a una revisión del objetivo de déficit: “La lógica de las cosas hará que las instituciones comunitarias y el Gobierno alcancen un acuerdo (sobre el déficit), que se plasmará en los Presupuestos de este ejercicio. Dentro de cuatro días se sabrá la cifra”. Montoro ha explicado el trámite: primero hay que conocer el objetivo de déficit, luego, aprobar el techo de gasto, y a continuación, elaborar y aprobar los presupuestos... Guindos puso en entredicho esas afirmaciones de Beteta, porque será el mismo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien deberá convencer a los mandos de la Unión. “Lo de España vamos a solucionarlo”, dijo el martes, de manera rotunda, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que preside el Eurogrupo. Juncker dará la palabra a Luis de Guindos, en la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona, para que explique la desviación del déficit de 2011, hasta el 8,5% del PIB, muy por encima del 6% pactado inicialmente, y que es una cifra que dificulta sobremanera el recorte del déficit hasta el 4,4%, porque supondría fuertes recortes en el gasto y nuevas subidas de impuestos, por un importe de unos 44.000 millones (incluidos los 13.000 millones de subida del IRPF que ya han comenzado a ser recaudados en las nóminas de febrero. Esos 44.000 millones parecen a casi todos una cifra probablemente inalcanzable. Un exceso que, a juicio del Gobierno e incluso de Bruselas, agravaría el hundimiento de una economía ya claramente en recesión. El presidente Rajoy ha insistido: “Haremos todo lo que podamos para reducir el déficit. Sin prisas, pro sin pausas. Vamos a reducir todo el déficit que podamos, en la administración central, en los autonomías y en los ayuntamientos. Saldremos de esta situación y lo haremos pronto..” Ya se ve la relación de los dos escenarios: las movilizaciones no tendrían razón de ser con un recorte menos exigente y drástico...
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