sábado, 17 de marzo de 2012

EL CASO DEL MARIDO DE LA COSPEDAL, Y EL DE EMPRESAS Y CONSEJEROS SON VEINTE AÑOS DE INACTIVIDAD

Muchos loros comen chocolate largo tiempo

Si hay un elemento que, en tempos de paro, carestía y necesidades, llega a resultar crispante para los ciudadanos, es el agravio comparativo. Y en estos días hemos tenido varios casos de esa especie, en un tiempo en el que se anima, instruye y adoctrina permanentemente a cualquier responsable político municipal, autonómico o de instituciones nacionales a emplear los dineros públicos del modo más razonable y restringido. Desde luego, está en boca de todo el caso de “el marido de la César Cospedal”. Algún diario llega a emplear el caso con titulares poco menos que “de tragedia”, por sus dimensiones. Ya este viernes era asunto “de escándalo para algunos medios, como El Mundo. Este sábado, el diario El País lo eleva a la condición de primerísimo asunto, con el gran titular “Moncloa forzó que el marido de Cospedal renunciara a Red Eléctrica. Rajoy hizo llegar su malestar a la número dos del PP. Crítica en el Partido a los movimientos de Ignacio López del Hierro. Cospedal rectificó tras conocer el malestar de Rajoy. La polémica tapó la presentación del plan de austeridad de Santamaría”... Algunos relatos periodísticos han reparado en el hecho de que., además de “colocar” a su marido, la muy poderosa señora De Cospedal estaba igualmente feliz por tener colocado, en otro puesto público, a su hermano Ricardo, al frente de la Fundación Carolina, de la que poco o nada se sabe... Se ha comentado profusamente que lo de López del Hierro aumentó considerablemente el flujo de llamadas telefónicas en las propias filas “peperas” como en las del adversario, por igual. Situaciones de esa naturaleza no sin precisamente nuevas, pero son capaces de arruinar cualquier campaña que intente recuperar la bandera de la integridad y el buen uso de los dineros públicos, tan escasos... Y, ya de paso, se ha recordado que hay otros cuantos “familiares de ministros” o militantes o amigos del PP que se vienen beneficiando del reparto de altos cargos de quienes han cesado por su pertenencia al “la situación política anterior”: José Folgado, Josep Piqué, Elena Pisonera, Angeles Alarcón (ex de Rato), el cuñado de Arias Cañete, el hermano de Alvaro Nadal... Ciertamente, no han sido ni serán modelos a imitar o a seguir, sino todo lo contrario. Por lo demás, y volviendo al “marido de la general-secretaria”, no constan en el personaje las virtudes, conocimiento y habilidades como para ser consejero de Unión Eléctrica, como tampoco parece que lo fueran para haber sido designado, en etapa anterior, consejero de Caja Castilla la Mancha. También por virtud de la poderosa intercesión de doña Colores la manchega. Parece que la propia secretaria general del PP está cavando, a gran rapidez, su propia tumba política con casos nada ejemplares.
Desde el propio Gobierno, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría mostraba en la tarde del viernes su regocijo por haber procedido a clausurar una serie larga de empresas que hace hasta veinte años dejaron de tener razón de ser, y no ocultaba que los muchos consejeros de esas instituciones vacías de contenido, estuvieron percibiendo sueldos de importante niveles durante esas dos décadas. Pues ya era hora de que se descubriera la existencia de tales entes y elementos, por igual. A Soraya “se le escapó” un gesto “pícaro” cuando mencionó que esos muchos consejeros sin nada que hacer durante dos décadas, hubieran seguido percibiendo sus sueldos sin rechistar... Lo sorprendente no es que se puedan dar situaciones de esa naturaleza, sino que, hasta ahora mismo, ni siquiera sea posible determinar con exactitud wl número de empresas que dependen de las tres administraciones del Estado, como señala el diario El Mundo, que apunta a qu7e podría tratarse de más de cuatro mil, o acaso... el doble. ¿Se imaginan ustedes cuántas toneladas de chocolate se precisan para atender a tantísimos loros a cargo del Tesoro Público, y cómo es posible que el sufrido contribuyente participe, año tras año, en desmadre tan abultado y consentido, aunque sea por pasividad de los administradores de primeros niveles? Resulta que ha estado funcionando Barcelona Holding Olímpico, constituida para los Juegos del 92, o la Sociedad V Centenario, (del descubrimiento de América, 1492), cuya actividad también había quedado extinguida hace dos décadas... Pero, del mismo modo, se ha procedido a clausurar Carmen, la Cocina de España, que, presumiblemente, promocionaba nuestra cocina, o la Sociedad Pública de Alquileres, invento infeliz que se le ocurrió a Zapatero hace media docena de años... Desde luego, sólo con esas revelaciones y descubrimientos, Sáenz de Santamaría se ha ganado el sueldo del tiempo que perdure en su cargo. Nos ha situado en un mapa de abusos de difícil sospecha, como cuando nos contaron que los ciudadanos griegos desde hace años estaban pagando la pensión a cuarenta o cincuenta mil viudos-viudas también fallecidos... Pues hemos quedado a la misma altura que el sufrido país griego, por causa de la inoperancia, la pasividad y la indolencia, vicios ciertamente culpables todos ellos en un responsable político, cuando no de la prevaricación pura y dura de quien ha consentido, a sabiendas, el incumplimiento de la norma y con alto coste para el Estado. Si González no clausuró esas instituciones y cesó a sus consejeros, debió hacerlo Aznar, y si éste lo pasó por alto o lo ignoró, debió haber actuado Zapatero, sin esperar a que se apuntara el tanto la perspicaz Santamaría, que a buen seguro nos deleitará con otros hallazgos prodigiosos, de más chocolates y más loros..
Desde luego, el caso Cospedal-López del Hierro deberá marcar un antes y un después en el que ya no vale todo, y mucho menos, enchufar a la ubre pública a los esposos u otra clase de familiares del “mando”. En adelante, debieran tener explicaciones más minuciosas las designaciones de altos cargos de sueldo oficial, y las capacidades de los correspondientes asesores, la mayor parte de los cuales son perfectamente superfluos, y sin embargo, costosos para un país que se ve forzado a recortar en presupuestos sanitarios, educativos, en becas, en investigación científica, en atenciones a la dependencia “real”...
No hemos llegado a valorar lo que cuesta llevar un sueldo a casa, ni mucho menos, a contribuir con una parte de ese sueldo no sólo a las necesidades, sino, sobre todo, a los caprichos impresentables de quienes nos gobiernan...

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