martes, 15 de mayo de 2012

TAMBIÉN LOS REYES PUEDEN DIVORCIARSE...


Los ricos también lloran, pero muchísimo menos

Se ha celebrado, pero poco, el medio siglo de matrimonio de la pareja real. Hay ya muchos testimonios que insisten en que a don Juan Carlos y doña Sofía “se les acabó el amor” ya hace bastante tiempos, unos cuantos años probablemente, y que es, a todas luces, irrecuperable. Ni siquiera faltan analistas políticos, sociales o del ámbito “del corazón”, que  apuestan abiertamente por una solución “como el común de los mortales”, o asea, divorcio puro y duro, como muchos miles de españoles han venido practicando desde que Paco Fernández Ordóñez elaboró, defendió y llevó al Boletín Oficial del Estado la primera ley del Divorcio, en su primer momento sumamente revolucionaria y novedosa para los españoles. ¿Divorciarse los Reyes? Muchos se harán crucen ante la mera eventualidad o debate público de una cuestión que, por supuesto, traspasa y va más allá de la Casa Real. Pero es la fórmula vigente, y no hay por qué hacer ascos a la posibilidad…  ¿O esperamos a que se produzcan otros episodios como el del elefante de Botswana y la ausencia de doña Sofía en la Pascua griega, y su fugaz “visita del médico” a la clínica en la que convalecía su esposo legítimo? Es algo que deberán considerar, si no lo han hecho ya, con sus asesores, los miembros de la pareja real, que posiblemente ya hayan llegado a alguna clase de conclusión y decisión. ¿Tal vez esperar a que se produzca la abdicación y al momento en el que don Felipe y doña Leticia sucedan a los actuales monarcas? Es una posibilidad… Pero es evidente que “el horno no estaba para bollos” en esta muy redonda conmemoración de medio siglo de matrimonio que, por lo demás, ha sido extraordinariamente beneficioso y feliz para los españoles en su conjunto, a quienes ha dado la imagen de estabilidad de la institución monárquica.
Las celebraciones “sotto voce” de esos cincuenta años, por lo demás, han movido a recordar los problemas que deberán resolver, en el banquillo de los acusados, el “yernísimo” Urdangarín, víctima, como tantos, del deseo apresurado de hacerse rico cuanto antes y con el menor esfuerzo. Este mismo martes isidril, el historiador británico Henry Kamen, hispanista de muchísimos libros  de investigación, ha firmado en las páginas del diario El Mundo un artículo en el que, inevitablemente, hemos tropezado muchos lectores, porque, en plena celebración del primer aniversario del “día de los indignados”, escriba sobre la “suculenta” materia de “riqueza, asunto para indignarse”. En un subtítulo, pone de relieve el artículo de Kamen que “el número de nuevos ricos en España sigue creciendo pese a la crisis; hay ya unos 150.000 millonarios en este país”. Ha leído usted bien la cifra: 150.000 millonarios en la depauperada España de la crisis, de los casi seis millones de españoles sin trabajo, y de los casi dos millones de hogares en los que no entra un euro a lo largo de un mes y otro mes… Kamen resulta especialmente expresivo en su artículo: En todo el mundo,  y no menos en España, dice, los buitres han engordado y los pobres son más pobres. La diferencia en salarios se ha ampliado y ha aumentado la desigualdad de los ingresos familiares… ¿Quién dice que hay pobreza en España”, se pregunta luego el hispanista. Y menciona el caso de la exdirectora de la Caja del Mediterráneo, con un sueldo anual de 600.000 euros y que blindó en su finiquito una pensión de por vida de 370.000 euros al año. Otros cinco altos cargos de la CAM se jubilaron anticipadamente con ingresos millonarios… O el escándalo de Nova Caja Galicia, donde cuatro de los directores se otorgaron sumas millonarias en pagos. Kamen llega a una penosa conclusión: El número de nuevos ricos en España sigue creciendo pese a la crisis. El de personas con ingresos muy altos en España crece por miles cada año, según un informe de Merril Lynch, que cifra el esos ya mencionados 150.000 los millonarios existentes en nuestro depauperado y sufriente país. Con una tasa de crecimiento de millonarios “el doble que en Alemania, y superior a la de Italia y Reino Unido”.  El mismo diario, pocas páginas más adelante, relata  que la marca Porsche, representativa de coches de lujo y deportivos, ganó un 18 por 100 más hasta marzo.
O sea, que va a ser verdad que los ricos son cada vez más y más ricos, y los pobres más y más pobres…

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