Volvió, con gran fuerza, el movimiento 15-M
Un año después de su aparición en escena, y sin que haya proporcionado grandes ni llamativas novedades prácticas –si acaso, las campañas contra el desahucio de inquilinos morosos con el banco que les concedió la hipoteca-, ha regresado, con notable vigor y presencia pública, el movimiento ciudadano del 15-M. Eso sí, no se faltan severos oponentes y críticos. Basta comprobarlo en la lectura del muy progubernamental diario La Razón, que enumera hasta “quince mentiras” que atribuye a “los indignados”. Entre ellos, que no todos son pacifistas, que no se rebelan contra toda forma de injusticia social, que no son solidarios, que no representan a la mayoría, que sólo quieren un modelo mixto socialista, comunista y anarquista… En el resto de los diarios e ha saludado la vuelta del movimiento “indignado” con respeto y atención: El 15 recupera el aliento, dice El País, que destaca el tono festivo de las concentraciones. En el Mundo, que miles de personas celebraron el aniversario hasta la madrugada, a pesar de la prohibición de Interior. La Vanguardia ha señalado que el 15-M ha salido a las calles un año después de su eclosión, con miles de indignados en Madrid y Barcelona y un importante despliegue policial y sin incidentes. El Periódico de Cataluña destaca el desalojo policial y que los indignados reclaman el fin de los desahucios. La Gaceta asimismo habla de “los indignados ilegales”, que desafiaron al Gobierno al no cumplir los horarios dictados por Interior. ABC prefiere hablar de “los desencantados del 15-M: los pioneros que han abandonado el movimiento” en este tiempo de un año…
Lo cierto es que más de 80 ciudades españolas y 50 países se sumaron este fin de semana a una convocatoria que da inicio a varias jornadas de debates y charlas hasta el próximo martes, en el aniversario del 15-M. Las protestas han llenado las calles y, sobre todo, su lugar más emblemático, la Puerta del Sol. A las diez de la noche, límite horario impuesto para protestar en el lugar, miles de personas desafiaron la prohibición de la Delegación de Gobierno. Poco a poco Sol se fue vaciando, aunque hacia las tres de la mañana unos cuantos cientos de indignados, en un ambiente festivo, seguían ocupando la plaza. La fiesta, sin embargo, no pudo terminar en paz, porque la policía desalojó, sobre las cinco de la mañana, al grupo que aún se mantenía en la plaza, varios centenares de manifestantes. Hay, al menos 18 personas detenidas, tras resistirse a abandonar el lugar, y cuatro lesionados, dos agentes de policía y dos manifestantes. Además, se han llevado a cabo un total de 200 identificaciones. Los desalojados, en su mayoría jóvenes, habían instalado tres toldos y una tienda de campaña, cuando un centenar de agentes antidisturbios entró en el recinto para presionar a los manifestantes y los arrinconó en torno a la estatua ecuestre situada en el centro. La mayor parte comenzó a dispersarse, por lo que no fue necesario el uso de la violencia, pero algunos de ellos se resistió y se produjeron forcejeos con la policía, que tenía como objetivo principal vaciar el lugar y retirar los toldos y la tienda de campaña ya instalada. El desalojo se produjo en apenas 10 minutos y sin incidentes de gravedad. El Gobierno había advertido de que las fuerzas de seguridad intervendrían para evitar que los asistentes desplegaran el material necesario para pasar la noche en el lugar. La protesta también concluyó en desalojo en otras ciudades como Cádiz, Valencia o Palma de Mallorca. En cuanto a las marchas, las manifestaciones fueron masivas sobre todo en Madrid (35.000 personas según Interior, hasta el doble según otras fuentes) y en Barcelona, donde los Mossos cifraron la participación en 45.000 personas.
En todo caso, el movimiento, que, muy discretamente, ha seguido su labor en los barrios y en las redes sociales, ha demostrado su fuerza al cumplirse un año de su nacimiento. Los miles de personas que este sábado salieron a las calles de las grandes ciudades revivieron el espíritu de protesta que nació hace ahora un año, y que pretende manifestarse contra los recortes económicos y sociales, y a favor de lo que han denominado 'justicia social'. En la asamblea que se llevó a cabo en la tarde y noche del sábado en la Puerta del Sol se debatieron nuevas formas de protesta y se descartó levantar una nueva acampada. Al término de la asamblea, los 'indignados' se dividieron en las distintas comisiones de trabajo, al tiempo que los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Madrid comenzaban las labores de limpieza. Poco después, la policía efectuó el desalojo de la plaza. A su vez, efectivos de las fuerzas de seguridad desalojaron a unas 70 personas concentradas en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. Agentes de Policía les comunicaron que tenían que irse de allí y, los concentrados se fueron voluntariamente. De igual modo, durante la madrugada, la policía desalojó a los 150 'indignados' que permanecían en la Plaza de España de Palma, después de que un portavoz de las fuerzas de seguridad advirtiera a los manifestantes de que abandonaran el lugar. El Ministerio del Interior indicó que la operación había concluido antes de las 05.00 horas "tras una jornada tranquila", en la que no se produjeron "ni incidentes, ni acampadas". Todas las intervenciones se han producido de forma pacífica, tanto por parte de la Policía como de los manifestantes que, salvo en casos aislados, obedecieron las órdenes de los agentes. Pese a ello, los 'indignados' continuarán con los actos de protesta convocados hasta el próximo martes.
Parece que esta vez estuvieron de acuerdo en la suavidad de comportamientos el director de la policía, Ignacio Coixidó, la delegada Cristina Cifuentes, la presidenta Aguirre y la alcaldesa Barberá, éstas dos últimas más belicosas que las restantes autoridades con mando en plaza… Pero todos coincidentes en que bastante tensa está ya la situación general como para echarle más leña al fuego…
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