La pésima racha de la familia real
La familia real sigue atravesando una mala racha de acontecimientos. Al caso Urdangarín, que viene originando noticias sin pausa, y la mayor parte de ellas malas, se ha añadido la noticia del fallecimiento del padre del duque de Lugo. Según relata este sábado El Confidencial, la familia Urdangarín ya sabía la semana pasada que la situación del patriarca de la saga era irreversible, y así se lo hicieron saber a Iñaki, que tomó un vuelo con dirección a España para estar con su padre el tiempo que le quedaba de vida. Juan María Urdangarín había sido un hombre muy deportista, y quizá por eso el deterioro físico ha sido lento, y en las apariciones públicas no mostraba la realidad de su estado mental, que, sin embargo, sirvió para mantenerlo al margen de los escándalos empresariales de su sexto hijo. Ahora se sabe que el suegro de la infanta Cristina nunca estuvo al tanto del proceso, ni de su imputación en la causa Palma Arena, ni de cómo esos supuestos delitos afectaban a la monarquía y había llegado a provocar toda una ruptura familiar: De un lado, el Rey y don Felipe, y de otro, la Reina y su hija Cristina, con muy escasa o nula comunicación entre ambas partes. Describe Paloma Barrientos que el padre de Urdangarín vivía en los últimos tiempos en ese mundo donde el pasado, el presente y el futuro no se diferencian. Puede ser que oyera cómo su mujer defendía la honestidad de alguien sin darse cuenta de que ese alguien era el pequeño de sus hijos varones... Pero hace tiempo que la posibilidad de una mejoría del anciano era imposible, y desde las navidades pasadas, el deterioro era apreciable, como lo manifestaban los hijos a amigos y conocidos. Este año, la situación, además, era muy complicada y había recomendación desde la Casa de su Majestad para que los Urdangarín Borbón se quedaran en Washington. Cumplieron lo pactado y salvo las dos breves visitas de Iñaki a la casa de sus padres, que nunca fueron confirmadas desde Zarzuela, ni la duquesa de Palma ni los nietos se desplazaron para no provocar más revuelo.
De manera que “el patriarca”, Juan María Urdangarín,
murió a los 79 años en su domicilio y con la compañía de Claire, su mujer, sus
siete hijos, sus respectivas parejas y la mayoría de los veinticinco nietos.
Aquejado de afasia arrastraba un historial clínico complicado con
problemas respiratorios y arritmias, atendido con cuidadores y fisioterapeutas,
que mantenían el cuerpo en buen estado. Pero para la mente ya no había
solución. Desde que la enfermedad lo atrapó, Claire Liebaert ha tenido que dar
la cara ante vecinos y conocidos que le afeaban la conducta de Iñaki. La madre,
por lo demás, sigue convencida de su inocencia, cuando se insiste en que será
difícil que Iñaki pueda librarse de la cárcel. Según parece, Claire considera
que han engañado a su hijo, y que el socio es una mala persona. Aunque la
discreción ha imperado en su vida, tuvo un gran disgusto por la forma en que la Casa
Real, a través de Rafael Spotorno, denominó la conducta de su
hijo como "poco ejemplar". Pero a esas alturas, ya Juan María
Urdangarín era ajeno al escándalo empresarial que había organizado Iñaki, que
ahora vive su tragedia personal, y que ha sido origen de una ruptura muy seria
en la familia del Rey: De un lado, el propio don Juan Carlos y don Felipe en
defensa de la institución monárquica,
que han visto tambalear, y en el lado contrario, la Reina y doña
Cristina, tratando de salvar el matrimonio de ésta e incluso su paso por el
banquillo de los acusados, algo que se ve cada día más difícil por razón de la
estrategia de defensa del socio Diego Torres y su esposa. Pero no ha podido
sorprender demasiado la ausencia de don Juan Carlos y don Felipe en las
exequias mortuorias del suegro. Hubieran procurado escenas de notable tensión
que no podrían escapar a los fotógrafos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario