lunes, 24 de septiembre de 2012

ESTA SEMANA TAMBIÉN SERÁ CRUCIAL


Secesión catalana, informaciones contradictorias

Informaciones abundantes, pero confusas y a menudo contradictorias, sobre los planes que los convergentes de Mas tienen y ofrecen sobre sus presuntos planes soberanistas o secesionistas. Da la impresión de que se lo están pensando, o no tienen plena,mente decidido qué quieren y cómo, en qué plazos. ¿Declaración radical se independencia, o declaración federalista, o estado libre asociado? Los titulares que este lunes ofrecen los diarios resultan reveladores sobre la confusión que domina esta materia.
  • El País: Cuatro partidos negocian la moción del derecho a decidir de Cataluña. CiU, ERC, ICV y Solidaritat abren vías hacia la independencia. PSC, PP y Ciutadans rechazan la solución parlamentaria
  • El Parlamento catalán aprobará la hoja de ruta del derecho a decidir. CiU negocia con ERC, ICV y Solidaridad una resolución soberanista. El texto se aprobará el jueves y no tiene carácter vinculante. CiU aguardará al discurso de Mas para difundir la propuesta
  • El Rey cree que su mensaje sobre Cataluña no daña el papel de árbitro. Don Juan Carlos llega mañana a Barcelona tras su reunión con Bill Clinton
  • El Mundo: Mas plantea que Cataluña tenga el mismo status que Puerto Rico. Explica a empresarios que no contempla la independencia y propone un Estado libre asociado igual que la isla caribeña
  • Cataluña, un Estado como Puerto Rico. Mas confiesa a unos empresarios que no cree en la independencia, sino en ese modelo. Le pidieron que no perjudicara sus intereses en el resto de España
  • CiU pide ahora a Rajoy que mueva ficha y dialogue. Ve prematuro decir si incluirá la independencia en su programa
  • La incógnita de Convergencia i Unió. No hay ola independentista en el Parlament: Sólo 14 diputados representan a fuerzas explícitamente secesionistas. Unió es el partido de 17 de los 62 diputados de CiU nen la Cámara catalana. Durán siempre se ha opuesto a la independencia, pero fue a la manifestación
  • ABC.- Chacón y Durán, víctimas del independentismo -Pilar Cernuda en ABC
  • El PP dice que Urkullu sembrará el odio a España, como Mas -
  • El Parlamento catalán aprobará una resolución independentista
  • La Vanguardia: El PSC intenta no quedarse aislado junto al PP. Navarro se muestra ahora a favor de una consulta si hay mayoría soberanista en el Parlament. Crecen los pronunciamientos públicos en España partidarios de construir un sistema federal -
  • Leve giro español: menos acritud y brotes de un federalismo sobrevenido. Rajoy intenta el apaciguamiento y nadie habla ya de elecciones catalanas ilegales
  • El PSC se afana en evitar el voto con el PP contra el soberanismo. Oriol Pujol reta a Rajoy a mover ficha para demostrar su voluntad de diálogo
  • El Periódico de Cataluña: Los socialistas descartan unirse al PP. El PSC se abre a una consulta soberanista. Navarro asume un referendo sobre la independencia pero insiste en la vía federalista. CiU, ERC e ICV negocian un texto del Parlament de apoyo a la autodeterminación
  • La Razón: CiU, ICV, ERC y SI preparan una resolución a favor de la autodeterminación -
  • Cataluña guisa el referendum. CiU, ICV y SI preparan una resolución a favor del derecho a decidir. Pujol afirma que su programa electoral defenderá la autodeterminación. CiU responde a Rajoy que si tiene voluntad de dialogar, que mueva ficha
  • Independismo sin recortes: 16 millones en nueve meses. Pese a que la Generalitat no puede pagar las nóminas, no rebaja las ayudas al catalán
  • Convergencia reserva el Palau Sant Jordi, donde celebra el mitin final,m para el 23 de noviembre
  • La Gaceta: CiU aspira a una mayoría basada en la ola separatista. El Rey visita Cataluña trs la cibercarta sobre ,as quimeras de Mas.. Mas coincide dos veces con el Rey en pleno órdago secesioinista: En la entrega del Premio Conde de Barcelona y en una inauguración del puerto
  • La Voz de Galicia: El Parlamento catalán hará una declaración soberanista el jueves. CiU recela de la propuesta de diálogo de Rajoy y lo insta a mover ficha
  • Expansión: CiU analiza con tres partidos una declaración independentista. Sánchez Camacho, que ha permitido la aprobación de los dos presupuestos de Mas, amaga con retirarle el apoyo
  • Cinco Días: El Parlamento catalán votará una resolución por la autodeterminación. CiU, Iniciativa y Solidaritat tratan de acordar un texto.

  • EL DEBATE DEL REY.- El Rey está convencido de que su irrupción en el debate público sobre el futuro de Cataluña, a través de la carta difundida en su web el pasado martes, no le ha restado capacidad de arbitraje y que su iniciativa ha sido bien acogida por la mayoría de los españoles, según fuentes de la Casa del Rey. Se trató, agregan las mismas fuentes, de una decisión muy meditada, consultada previamente con el presidente del Gobierno, y en buena medida condicionada por las circunstancias, tanto en la forma como en el momento. Don Juan Carlos, alegan las fuentes citadas, estaba obligado a pronunciarse sobre un asunto crucial que le afecta de lleno, en la medida en que su figura simboliza la unidad del Estado, y no podía convocar al presidente de la Generalitat, como ha hecho, por ejemplo, con los líderes sindicales, antes de que lo recibiera Rajoy, el pasado jueves. Esperar hasta su primer discurso público, que pronunciará precisamente en Barcelona el martes, habría significado mantener un prolongado silencio que no habría entendido la ciudadanía. Don Juan Carlos coincidirá con Mas el martes por la tarde en la entrega del premio Conde de Barcelona al cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, en el palacio de Predralbes; y volverá a la capital catalana el jueves para inaugurar una terminal de contenedores en el puerto. Tendrá ocasión de medir sobre el terreno el efecto de su polémica carta. En la Casa del Rey se asume que pueda sufrir algún abucheo. El Rey volará a Barcelona directamente desde Nueva York, donde ayer y hoy asiste como invitado de honor al encuentro anual de la Clinton Global Iniciative, un foro que reúne a líderes políticos, mecenas y responsables de ONG de todo el mundo. El Rey se reunió ayer, por espacio de 45 minutos (diez de ellos a solas), con el expresidente Bill Clinton, reconvertido en activista filantrópico y uno de los mayores apoyos de Barack Obama para revalidar la Casa Blanca el 6 de noviembre. Según fuentes de la Casa del Rey, Clinton ha expresado su confianza en la fortaleza de España, Italia y Portugal para superar su actual crisis (de Grecia no ha dicho ni una palabra) y en que Alemania accederá finalmente a actuar en beneficio de la UE, mediante la compra de deuda por el BCE o la emisión de eurobonos. También ha mostrado su preocupación por la inestabilidad en el norte de África y el auge de los salafistas; y, como no podía ser de otro modo, ambos han analizado las próximas elecciones en Estados Unidos. Clinton, según las mismas fuentes, confía en la victoria de Obama, pero alerta de que aún queda mucha campaña. Don Juan Carlos coincidirá en Nueva York con Rajoy, a quien se espera hoy por la tarde, pero no está previsto que se vean en ningún momento. El Rey ha renunciado incluso a acudir a la recepción que Obama ofrecerá a los mandatarios asistentes a la Asamblea General de la ONU para no restar protagonismo a su jefe del Gobierno. Será Rajoy quien se haga la foto con Obama en el hotel Waldorf Astoria, mientras don Juan Carlos mantendrá múltiples contactos. De la mayoría de ellos no informará la Casa del Rey al ser de carácter “privado”. En El PAÍS
EL PROBLEMA HISTÓRICO CATALÁN.- Dijo Ortega y Gasset, en 1932 que «el problema catalán no se puede resolver, sólo se puede conllevar; es un problema perpetuo y lo seguirá siendo mientras España subsista». La multitudinaria manifestación independentista de la última Diada o la intención del Parlamento catalán de declarar próximamente un Estado propio no son más que el último episodio de las complicadas relaciones que han mantenido Cataluña y España en los últimos 300 años. En concreto, desde que el 11 de septiembre de 1714, Barcelona cayera en manos de las tropas borbónicas de Felipe V, tras un año y dos meses de asedio. Una tensión histórica que ha tenido casi siempre la independencia como telón de fono, y que ha continuado hasta nuestros días a pesar de que Cataluña es ahora una de las regiones con mayor nivel de autogobierno de Europa. Estás son las fechas clave que han marcado (a sangre y fuego a veces) el ADN de la convivencia entre la comunidad catalana y el resto de España
Decretos de Nueva Planta (1716).- Dos años después de la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas, los Decretos de Nueva Planta, del 16 de enero de 1716, abolieron la gran mayoría de las instituciones catalanas. Con la aprobación del Consejo de Castilla, se suprimieron las Cortes y el Consejo de Ciento, el idioma oficial de la administración dejó de ser el catalán y se impuso castellano (aplicándose obligatoriamente en escuelas y juzgados) y se establecieron nuevos impuestos sobre las propiedades, beneficios del trabajo, la industria o el comercio. A esto, según otros autores, hay que sumar una represión sistemática que abocó al exilio a más de 25.000 catalanes. El historiador Ignacio Sotelo, catedrático emérito de la Universidad Libre de Berlín, cree que esta fecha ha quedado en la memoria histórica como «el hito que marca el final de una época en la que Cataluña, con más o menos dificultades, supo conservar sus instituciones».
Un estado catalán… de dos días (1873).- El 5 de Marzo de 1873 fue proclamado por sorpresa el Estado catalán. Un pequeño éxito de catalanismo que duró sólo dos días y fue aplastado por la fuerza. Periódicos como “la Correspondencia de España”, informaban de que «16.000 voluntarios han declarado independiente el Estado catalán y preso a las autoridades». La Revista Política iba más allá y hablaba de las dificultades de organización del nuevo Estado, asegurando que aún faltaba que «se formen del mismo modo estados semi-independientes o independientes, por donde quiera. Luego surgirán las rivalidades entre ciudad y ciudad por la capitalidad de cada Estado, entre provincia y provincia por ser independientes unas de otras, y no formar un estado mismo; y hasta entre villa y villa y aldea y aldea».Pero no se trataba de una proclamación de independencia realmente, sino federalista republicana promovida por la burguesía que utilizó el independentismo como modo de presión. Antes de que el 7 de septiembre la sublevación fuera aplastada, se habló de formar un gobierno provisional que convocaría elecciones a las Cortes catalanas y la disolución del ejército español en la región.
Primera manifestación (1901).- Se trata probablemente de la primera manifestación verdaderamente independentista de Cataluña. Fue convocada por Lluís Marsans i Sola junto con varias asociaciones como «Catalunya i Avant». La marcha acabó ante el monumento de Rafael Casanova, uno de los considerados mártires de aquella caída de Barcelona de 1714 que, en contra de lo que algunos creen, murió 30 años después en su cama.
En 1901 entraron en Las Cortes los primeros diputados catalanistas.- Tras colocar una corona de flores sobre el monumento de Casanova, igual que se hace en la actualidad, se produjeron enfrentamientos con la policía en la que resultaron detenidas más de 30 personas. Esto provocó que se fundaran nuevas sociedades de apoyo a los presos y se convocaran manifestaciones de protesta que llegaron a concentrar a más de 12.000 personas. Fue el mismo año en el que entraron en las Cortes españolas los primeros diputados catalanistas, a los que se vio entonces como una amenaza que podría convertir a Cataluña en la nueva Cuba, por sus deseos de abandonar una patria maltrecha como aquella tras el desastre del 98.
La Mancomunidad catalana (1914).- Las diferencias en torno al termino «nación» y Cataluña estaban a la orden del día desde años antes. Enric Prat de la Riba impulsó, desde que asumió su cargo en la presidencia de la Diputación Provincial de Barcelona en 1907, el proyecto de integrar por primera vez a las cuatro diputaciones en un instrumento de autogobierno. En 1913, el político conservador Eduardo Dato, autorizó la unión de estas, pero con fines puramente administrativos. Y el 6 de abril de 1914, se constituyó finalmente la Mancomunidad bajo la presidencia de Prat de la Riba. Constaba de una Asamblea General con 96 diputados y un Consejo permanente, que incluía nada menos que las consejerías de Caminos y Puertos, Cultura e Instrucción, Agricultura y Servicios Forestales, Beneficencia y Sanidad, Obras Hidráulicas y Ferrocarriles, Teléfonos, Política Social y Hacienda. Es cierto que carecía de capacidad legislativa y recursos propios, pero desarrolló una importante labor de cohesión en torno al catalanismo.
Proyecto de Estatuto catalán (1919).- Fue aprobado por la Mancomunidad el 24 de febrero de 1919 y votado a favor por más del 98% de los ciudadanos (2.076.251 de los 2.099.218 consultados). Pero el conflicto de intereses entre el Gobierno catalán y el español pusieron freno a este primer proyecto de Estatuto, que fue descartado finalmente por Primo de Rivera tras el golpe de Estado de 1923. Fue otro de los momentos de tensión entre Cataluña y España, debido al apoyo no sólo de los partidos catalanes, sino de radicales como Alejandro Lerroux o socialistas como Largo Caballero, además de varias entidades cívicas y corporaciones tales como el Centro Regionalista Andaluz, el FC Barcelona, o el Bloque Regionalista Castellano.
Referéndum de 1931.- En las Cortes Constituyentes de 1931, durante la Segunda República, sumergió con fuerza el debate. El nuevo estatuto, que otorgaba a Cataluña un amplio autogobierno, fue todo un éxito para los catalanistas, aprobado en referéndum por más del 99% de los votantes, primero, y por las Cortes españolas, después, con 314 a favor y 24 en contra. Pero los enfrentamientos no tardaron en llegar. Para los catalanistas, aquel primer Estatuto rebajaba las pretensiones originales del proyecto, que en vez de declarar que «Cataluña era un Estado autónomo dentro de la República española», establecía que «Cataluña se constituye en región autónoma dentro del Estado español». Aún así, creían que era un paso importante para la «emancipación de la patria catalana». Entre los partidarios del Estado unitario, en cambio, provocó una profunda alarma, pues creían que España se desintegraba. ABC aseguraba que Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, había traicionado sus propios principios otorgándole a Cataluña tantos poderes. Con la llegada Franco, como era de esperar, el estatuto fue suprimido de inmediato.
Un millón de manifestantes (1977) .- Bajo los últimos años del Franquismo, los autonomismos renacieron con fuerza. Tanto que, durante la Diada de 1977, un millón de personas se manifestaron en Barcelona pidiendo el retorno de las instituciones de autogobierno. Era la segunda fiesta nacional catalana que se pudo celebrar tras la muerte del dictador. «Más de un millón de gargantas y una sola voz: ¡autonomía!», rezaba la portada de La Vanguardia. Anatomía: Diada millonaria, titulaba ABC. Tuvo un eco extraordinario entre la prensa nacional y extranjera, que ABC contaba así: «Por primera vez en la historia de los últimos cuarenta años, las emisoras barcelonesas no transmitieron en la tarde del domingo ningún espacio deportivo. La Diada nacional de Cataluña había conseguido movilizar al pueblo catalán de forma insospechada, demostrando claramente su voluntad de recuperar la autonomía».
Estatuto del Sau (1979.- El estatuto catalán de 1979 fue la siguiente fecha clave, aprobado en referendum por el m88 por 2100 de los votos, aunque con una abstención por encima del 40%. «Tanto el referéndum del Estatuto de 1932 como el de 1979 tienen en común que el pueblo catalán demuestra que desea autogobernarse», dijo Josep Tarradellas, primer presidente de la Generalitat, después de ver aprobado el texto con Adolfo Suárez, como presidente del Gobierno.
Estatuto catalán de 2006.- En 2003, un nuevo estatuto volvió despertar la tensión entre Cataluña y España, sobre todo después de que Zapatero, por entonces candidato a la presidencia, prometiera su apoyo al nuevo texto si ganaba las elecciones. El primer artículo, que proclamaba que «Cataluña es una nación», fue aprobado en 2005 con el aval de todos los partidos catalanes a excepción del Partido Popular, que quería definir a la comunidad autónoma como «nacionalidad» y no como «nación». Con algunas diferencias sustanciales, sobre todo en lo referente a la financiación, el texto fue aprobado con el 73,24% de los votos en un referéndum que contó con una participación de tan sólo el 48,85%. Finalmente, en el Congreso, en 2006, se sacó adelante con 189 diputados a favor y 154 en contra. Muy lejos de aquella proporción de 314-24 de 1932. Aunque la llama, a juzgar por los últimos episodios, parece que sigue muy viva. ABC





El PSC SE MUEVE- Los socialistas catalanes, como el resto de partidos con escasas excepciones, están actualizando a marchas forzadas su ideario y posición respecto al independentismo tras la masiva manifestación de la Diada y el fracaso del pacto fiscal. Una muestra de ello eson las instrucciones que el secretario de política municipal del PSC y alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, ha remitido a todas las agrupaciones municipales de su partido. Bustos les reitera que deben pronunciarse en contra de las numerosas mociones independentistas que se están sometiendo a votación en los ayuntamientos. Pero abre la puerta a apoyar los textos que reclamen un referendo sobre la independencia. Navarro asume una consulta sobre el derecho a decidir pero insiste en la vía federal. EL PERIODICO DE CATALUÑA





UN FANTASMA RECORRE ESPAÑA.- De la margen izquierda de la ría de Bilbao al palacio de San Telmo de Sevilla, de la calle Nicaragua de Barcelona al despacho de Felipe González en la calle Gobelas de Madrid, de la mansión de Julio Iglesias en Miami a la Fundación Alternativas, del entrelineado del último discurso de José María Aznar en México al Escolta, Catalunya de Juan Luis Cebrián ayer en el diario El País. Todos lo convocan -con acentos diversos, como diversos son los humores de España- y todos quieren decir alguna una cosa distinta. Es el fantasma de Francesc Pi i Margall. Es el intento de formular una respuesta rápida e inteligente a la incierta revuelta de Cataluña El conjuro se llama federalismo. La idea federalista fue triturada y ridiculizada en España después del sonoro fracaso de la Primer República. El general Joan Prim i Prats ya lo había advertido: "Mientras yo viva, no habrá república en España". Prim envió a Isabel II al exilio en 1868 y quiso entronizar una dinastía liberal. Tanteó la opción portuguesa y acabó escogiendo a la casa de Saboya. Amadeo I fue el primer rey votado por el Parlamento español. El día que el príncipe piamontés desembarcó en Cartagena, Prim, tiroteado en la calle del Turco de Madrid, yacía en un ataúd. El italiano aguantó dos años. "Non capisco nulla, siamo in una gabbia di pazzi" ("no entiendo nada, estamos en una jaula de locos"). Abdicó, regresó a Turín y en 1873 se proclamó la Primera República, bajo la advocación intelectual de Pi i Margall, federalista y proudhoniano. No había masa crítica, y al país le estallaron las costuras. Las célebres revueltas cantonales. "Señores, estoy hasta los cojones de todos nosotros", dijo el presidente Estanislau Figueres antes de dimitir y coger un tren a París. Nicolás Salmerón y Emilio Castelar intentaron reanimar el muerto y no pudieron. Volvió Isabel y desde entonces la palabra federalismo está maldita. Es sinónimo de algarabía. ¡Viva Cartagena! Siglo XXI. Diez días después de la gigantesca manifestación del Onze de Setembre en Barcelona, comienza a salir gente del armario federal. Felipe González y Julio Iglesias; José Antonio Griñán y Patxi López, Juan Luis Cebrián y algunos de los articulistas de la prensa de Madrid que no se han echado al monte de la indignación. González, el hombre que ve crecer la hierba. ha desempolvado la expresión federalismo asimétrico, que hace años rechazó con gesto abrupto. Barcelona, marzo del 2002. Auditorio de la Pedrera: "Pasqual, esto que nos estás diciendo no, no puede ser". Pasqual Maragall, piedra, cuchara y manzana, ayer sonrió.  También se mueven el Gobierno y el Partido Popular. Alguien ha mandado bajar los decibelios. La secuencia es fascinante. El jueves, un diario de Madrid, citando fuentes gubernamentales, sugería una posible anulación de las elecciones catalanas si estas se convocaban en clave de plebiscito o con la intención de dar pie a una legislatura constituyente en Catalunya. Suspensión electoral. Un atropello y un disparate que colocarían a España por debajo de Bielorrusia y de las repúblicas autoritarias de Asia Central. Rauda como un tuit, Alicia Sánchez-Camacho se apuntó de inmediato al mensaje de las "elecciones ilegales". Piscina sin agua. Horas después, Mariano Rajoy interpretaba desde Galicia los compases de la nueva partitura: "En España es posible crear puntos de encuentro". Después del educado portazo en la Moncloa -que Artur Mas esperaba y en buena medida necesitaba-, la mano medio tendida. Esbozo de estrategia electoral en clave perfectamente marianista: bajar el tono, no movilizar al adversario. Los institutos de opinión han comenzado a trabajar a destajo. Retóricas de apaciguamiento. Los huesos del viejo Pi i Margall, enterrados en el cementerio Civil de Madrid, se estremecen. El PP comienza a planear sobre el cielo del Empordà, y se esperan novedades de Alfredo Pérez Rubalcaba, que en el último GPS todavía aparece "enfrente". Carme Chacón, 725.700 votos en la circunscripción de Barcelona en las últimas legislativas, mantiene un stendhaliano silencio. LA VANGUARDIA)

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