El secesionismo avanza en los planes del Govern de Cataluña
La “deriva secesionista” emprendida por el Govern de
la Generalitat catalana que encabeza Artur Mas, sigue en su empeño, como hoy
describen varios diarios, en particular, los que se editan en Cataluña. Por
ejemplo, cuenta La Vanguardia que el
Parlament de Catalunya prepara un pronunciamiento soberanista, y que los grupos
políticos elaboran la proclamación del derecho de Catalunya a decidir su futuro. El compromiso es que la Cámara asuma la
reivindicación que se escuchó en la marcha de la Diada. La declaración fijará la correlación entre
soberanistas catalanes y españoles
Señala esta crónica
que Mas
prepara con Duran los escenarios de la nueva etapa catalana. El Parlament de Catalunya hará
esta semana un pronunciamiento
soberanista. Los grupos parlamentarios están elaborando la
proclamación del derecho de Catalunya a decidir su futuro, ya
sea dentro o fuera de España. No será simplemente un texto enunciativo para
afirmar el derecho de Catalunya a la autodeterminación, porque eso ya se ha
aprobado varias veces en la Cámara catalana. Esta vez se pretende ir más allá y
expresar de forma inequívoca la voluntad del pueblo catalán de pronunciarse
respecto al vínculo con el Estado español. El
pronunciamiento tendrá forma de resolución que presentarán conjuntamente los
grupos que estén dispuestos de antemano a apoyarla y se votará al final del
debate de política general que empezará el martes, o sea que el pronunciamiento
tendrá lugar el próximo jueves, día 27.Los grupos parlamentarios están
trabajando en la redacción definitiva del texto, negociando aspectos que
incluir, como la posibilidad de comprometerse con un calendario para ejercer el
pronunciamiento del pueblo catalán o la conveniencia de fijar nuevos horizontes
políticos, como la conversión del Estado propio dentro de la Unión Europea. Los
grupos que están negociando el texto son los que apoyaron la propuesta de pacto
fiscal, es decir Convergència i Unió, Iniciativa per Catalunya y Esquerra
Republicana y también Solidaritat per la Independència, que apoyó la manifestación de la Diada.
Existe un principio de acuerdo entre estos grupos para que el Parlament, como
máxima institución representativa, asuma el mandato de las voces que salieron a
la calle el 11-S.
Según fuentes
parlamentarias consultadas por La Vanguardia,
en las conversaciones preliminares, estos grupos parlamentarios han constatado
que “después de la Diada tenemos un mandato claro del pueblo catalán y si ahora
no fuéramos capaces de ponernos de acuerdo y por intereses electorales
volviéramos a dar la imagen de división que dimos cuando el Estatut, no sólo
estaríamos haciendo el ridículo, sino que los ciudadanos no nos lo perdonarían
y cometeríamos una irresponsabilidad histórica de consecuencias incalculables”.
La resolución girará pues en torno al derecho a decidir, que es el mínimo común
que comparten los grupos parlamentarios que apoyaron la manifestación de la
Diada. Las negociaciones se centran no sólo en el contenido sino también en la
conveniencia o no de que una vez fijada la posición común cada grupo pueda
añadir sus propios objetivos políticos. Esquerra Republicana ya se está
posicionando a favor de una declaración unilateral de independencia previa al
referéndum de autodeterminación. Pero más allá de la diversidad de posiciones
políticas, la aprobación de una posición común mayoritaria en el Parlament
tendrá una enorme trascendencia no sólo por el pronunciamiento en si, sino
también porque automáticamente quedarán definidos los bloques políticos de cara
a las elecciones, que se presentan inevitablemente plebiscitarias. Los
ciudadanos de Catalunya se pronunciarán inequívocamente por la soberanía de
Catalunya o por la soberanía de España. Está claro., sigue relatando La
Vanguardia, que el concepto compartido es la soberanía y no la independencia.
Algunos partidos ya han empezado a situarse en lo que podría denominarse la
pole position soberanista. Sin ir más lejos, Iniciativa per Catalunya,
formación que no se define como independentista, ya se ha pronunciado a favor
de un “pacto nacional por la autodeterminación”, incluyendo en su
reivindicación la convocatoria de un referéndum, que como todo el mundo sabe no
está previsto en la legislación española, un extremo que parece que ya no tenga
importancia. Joan Herrera, el líder de la izquierda verde, lanzaba ayer la
propuesta de un frente común de federalistas e independentistas contra los
partidarios de la España centralista. Es en cierto modo una suerte de opa más o
menos hostil al Partit dels Socialistes, el grupo que ha quedado más
descolocado con la evolución frenética de los acontecimientos de las últimas
semanas. Tanto es así, que todo se está moviendo también en el PSC. donde de
repente están resurgiendo presuntos defensores del derecho a la
autodeterminación empujando a la dirección para que asuma ese objetivo antes de
que Artur Mas convoque las elecciones. Temen verse identificados con el bloque
soberanista español junto al PP y Ciudadanos y convertirse en un partido
residual alejado de la centralidad. El debate interno en el seno del socialismo
catalán va a adquirir cierta dimensión por cuanto un PSC converso al
soberanismo podría sumarse al pronunciamiento del Parlament y provocaría
probablemente una crisis en el PSOE. Y si no lo hace, la dirección se arriesga
a que surjan nuevas deserciones en el grupo parlamentario justo cuando se va a
estrenar la nueva cúpula designada por el líder, Pere Navarro. Que el
soberanismo está calando en la sociedad se puso de manifiesto ayer en la
asamblea del Futbol Club Barcelona. El presidente de la entidad, Sandro Rosell,
hizo una declaración: “La institución siempre será fiel a su historia, a sus
convicciones y a sus raíces. Siempre defenderemos el
derecho de los pueblos a decidir su futuro... el Barça es parte de
la sociedad catalana y siempre defenderá la voluntad de la mayoría de nuestro
pueblo”. En La Vanguardia se recogen y destacan declaraciones del cardenal
secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, que sostiene que la
lengua y la historia de los pueblos sonm realidades sublimes… También recoge el
aviso de Rajoy a Mas, de que no se sale de la crisis creando problemas. Y la
afirmación de García Margallo: La solución pasa por reconocer el hecho catalán
y la realidad hispana.
-- "Rajoy ofrece ahora a Mas "dialogar y
escuchar"", dice, a su vez, la portada de El Periódico de Catalunya. El
presidente del Gobierno advierte de que "no se sale de un problema creando
otro". La portada de El Periódico se hace eco este domingo de la
evolución de las relaciones entre el Gobierno de Madrid y la Generalitat. Rajoy ofrece ahora a Artur Mas "dialogar y escuchar". El presidente del Gobierno advierte de
que "no se sale de un problema creando otro".Convergència reserva el Sant Jordi para el 23 de noviembre por si hay elecciones dos
días después.
-- Para El País es éste, a su vez,
primerísimo asunto de portada, pero con otro enfoque bien distinto: La UE
observa con preocupación el litigio
desatado en Cataluña. Un proceso secesionista no tendría encaje en la legislación
europea. Cuenta luego la historia de un economista estadounidense que hace unos
meses asistió junto a su esposa a una conferencia del ministro de Finanzas
alemán, Wolfgang Schäuble, y que a medio discurso la mujer lo vio claro y
distinto: “A la salida nos darán un látigo para que nos fustiguemos”. Las
crisis funcionan como artefactos de esquematización: el relato alemán de la
crisis europea es un cuento moral, basado en la creencia de que el patatús
económico se debe a la irresponsabilidad fiscal de los pecadores del Sur, a
quienes hay que castigar. A partir de ese falso guión, las soluciones son más y
más difíciles, los mecanismos de solidaridad escasean, la ciudadanía de algunos
países del Norte recela, en el Sur asoma un sentimiento antialemán (o antieuropeo)
y en muchas de las últimas elecciones resurgen los extremismos, que en Europa
funcionan como ese genio que sale de la lámpara y que tan difícil resulta
volver a meter en ella. España es una especie de microcosmos de la crisis del
euro: el desencuentro escenificado por Cataluña traza extraños paralelismos con esa
historia. De nuevo un genio del pasado sale de la lámpara, el encaje de algunas
autonomías, en plena crisis. Las causas directas de los problemas económicos
catalanes son la profunda recesión tras una burbuja inmobiliaria de aúpa y la
labor de varios Gobiernos a lo largo de los años: no el más que discutible
expolio fiscal (pese a que el sistema de financiación es imperfecto, y el
tamaño del déficit fiscal puede ser debatible) que esgrime el separatismo para
justificar sus pretensiones, según el análisis de Bruselas. Por eso, la UEvio venir esa polémica con extrañeza, que se ha
metamorfoseado en preocupación al aflorar en el peor momento de la crisis
española, según media docena de fuentes. Cataluña, evidentemente, no es
Alemania: para empezar, sufre en carne propia los estragos de la recesión y el
paro. Pero en otras muchas cosas la analogía funciona: una vez más el Norte
rico, en medio de la crisis, quiere limitar sus transferencias de solidaridad
con la excusa de que ese dinero se usa “para ir al bar del pueblo” (Duran i Lleida), o para construir autovías
y aeropuertos hacia ninguna parte (Merkel). Bruselas asiste con desasosiego a ese debate:
“Cataluña es una fuente adicional de inquietud; España tenía ya abundantes
problemas, y ahora resulta que una de las comunidades más ricas tiene que
solicitar un rescate al Estado (y uno se pregunta cómo estarán las demás), y
casi el mismo día amenaza con la independencia (problemas políticos a la vista) y
plantea un mal llamado pacto fiscal, que al final consiste en aportar menos recursos
a las arcas del Estado ahora que la salud de las cuentas públicas genera
dudas”, afirma un diplomático. El presidente de la Generalitat ha hecho al
menos un par de incursiones en Bruselas en busca de comprensión para la demanda
de un sistema de financiación, de apoyo para el compromiso de Cataluña con la
austeridad, incluso en labores de lobby para el uso del catalán en el
Europarlamento (algo que no defiende el embajador de la Generalitat en la
capital europea, Joan Prat, que no atendió a la llamada de El País). Mas se ha
entrevistado con el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, con el del
Parlamento, Martin Schultz. Prácticamente con todo el mundillo europeo. Pero
más allá de la habitual ambigüedad calculada, las fuentes consultadas, que en
algunos casos presenciaron esas reuniones, no recuerdan una sola alusión a las
aspiraciones secesionistas de Cataluña. “No renunciamos a lo que somos... Más
Cataluña y más Europa es nuestro lema”, dijo Mas ante la prensa en una de esas
visitas. O sea, ¿menos España?, se le preguntó. “No. Nosotros somos positivos;
afirmamos, no negamos nada”, aclaró. De ahí que la primera reacción en Bruselas
haya sido de incredulidad. Seguida de una advertencia clara: “Algunas de las
reivindicaciones catalanas se ven con cierta simpatía. Pero se está cruzando
una frontera peligrosa. Puede entenderse esa aspiración por mejorar la financiación,
pero ni siquiera en Alemania, con un sistema fiscal federal que puede servir
como modelo, se entiende que se rebase tan a la ligera esa línea de las
aspiraciones independentistas, que en Bruselas dispara alarmas ante el riesgo
de efectos miméticos en otros lugares", afirma un funcionario europeo. La
independencia de Cataluña comportaría evidentes problemas jurídicos, a juzgar
por el elegante redactado del artículo 4.2 del Tratado de la Unión. Además, la
toma de decisiones en la UE se encamina hacia las mayorías cualificadas salvo
en un punto que siempre requerirá unanimidad: la entrada de nuevos Estados.
Esas barreras pueden funcionar como diques de contención: el presidente de la
Comisión, José Manuel Durão, ha dejado clara la doctrina al respecto. Por un
lado, ese es un asunto “interno” de España. Por otro, en caso de un hipotético
caso de un proceso secesionista en un Estado miembro, “la solución tendría que
encontrarse dentro del ordenamiento legal internacional”. El Gobierno del PP ha
dejado caer que el problema del déficit español es culpa de las comunidades
autónomas. Falso. Y ha amagado con iniciar una cierta recentralización de
competencias (con la excusa de los deberes que impone Bruselas) que genera
recelos en Cataluña y que explica en parte esa reacción. Ahí, una vez más, el
paralelismo con Europa es inquietante: la Troika envía a los hombres de negro a
Madrid, y a su vez el Gobierno envía a sus propios hombres de negro a las
comunidades rescatadas como Cataluña. Madrid evita referirse directamente a un
rescate y prefiere aludir a una línea de crédito en condiciones ventajosas, y
Artur Mas exige que la ayuda no tenga “condicionantes políticos”. Wolfgang
Münchau, que dirige el think
tank bruselense Eurointelligence, asegura que el circo político montado a
ese respecto “sería cómico si no estuviera relacionado con la profunda crisis
española y sus consecuencias para la gente de a pie”.
-- El Mundo
también tiene “el tema catalán”como primera asignatura de este domingo, con el
título Rajoyu intenta desactivar a Mas ofreciendo puntos reencuentro. Afimna
que está dispuesto a hablar y dialogar. El expresidente Azmar por su parte,
advierte que un Estado no puede ser frágil, confuso y ausente. Relata la
cronista de este diario, LucíaMéndez, cómo 'La Vanguardia' nos ha contado, este
sábado, la intrahistoria del viaje de Artur Mas a Madrid, que el
president ha interiorizado de forma épica, como los héroes griegos
que se enfrentaban a los monstruos en oscuras cavernas. Es lo
que puede pasar cuando se tiene todo el día a la vista a San Jorge matando al
dragón. Nada más acabar la rueda de prensa, la mejor de su vida, según le hizo
llegar por twitter un admirador, Artur Mas bajó con su séquito a comer al
restaurante "Nihil prius". Un bonito nombre para un local y una
expresión del latín que significa: "Nada antes". "Nihil prius
fide", por ejemplo, es el lema de los notarios. "Nada antes que la fe".
La divisa de Mas bien podría ser "Nihil prius Catalunya". El
presidente catalán, sigue contando Lucía, se ha metido en un lío, debe ser el
signo de los tiempos, pero no se puede quejar de cómo le trata Madrid. Gracias
a sus viajes a la capital de España, Mas se ha convertido en un
líder de masas, cosa que no era antes porque el carisma de su
antecesor impedía ver sus cualidades. El presidente catalán empezó a sobresalir
el día en el que, siendo líder de la oposición en Cataluña, Zapatero le citó en
La Moncloa, el 21 de enero de 2006, para llegar a un acuerdo sobre el Estatuto,
al margen del presidente de la Generalitat, que entonces era Maragall. Allí,
durante seis horas, ambos políticos hablaron y hablaron entre el humo de los
cigarrillos. Zapatero le prometió que
le dejaría gobernar si tenía mayoría en las elecciones, pero Montilla iba por
libre y montó un segundo tripartito, haciéndole un corte de
mangas al entonces líder socialista, de la misma forma que éste se lo había
hecho al PSC pactando con CiU. Artur Mas ha dejado de fumar, aunque se muerde
las uñas, es un hombre frugal,
austero y estoico. Casi un monje, que come solo un plato y no
toma café. Más de seis años después de aquella primera cita en La Moncloa, ha
vuelto a salir de allí convertido en todo un líder al que reciben miles de
personas a su vuelta a Barcelona. Si saca la mayoría absoluta que busca en las
próximas elecciones, ya puede agradecérselo a Rajoy. Porque el presidente del
Gobierno no podía, pero anda que si le llega a decir que sí... De momento, Mas ya parece que se
siente psicológicamente independizado de España. El diario de
referencia cuenta que sólo le interesa la prensa internacional. Su jefe de
Comunicación insistía en informarle durante la comida del impacto nacional de
su comparecencia en los medios. Pero él únicamente quería leer lo que publicaba
el 'Financial Times'. En eso y en muchas otras cosas Mas se parece a Rajoy. De
hecho, en los ambientes catalanes más influyentes, se dijo después de las
últimas elecciones que ambos se iban a llevar de maravilla porque tenían
caracteres parecidos y biografías políticas plagadas de obstáculos y de sapos
que tuvieron que ingerir antes de llegar al poder. Además, eran los sucesores
de dos líderes carismáticos, lo que suele unir mucho. La crisis se lo lleva
todo por delante y ha destruido esa posibilidad de entendimiento, aunque como
dijo Artur Mas, con Rajoy "es
imposible enfadarse porque es muy correcto en el trato".
En efecto, el presidente del Gobierno ha optado por ser impecable en el trato y
no quitar la mano tendida. Hay
elecciones a la vista en Cataluña y el PP no puede permitirse el lujo de
aparecer ante los electores catalanes como enemigo de las ansias de libertad
del pueblo.
-- La Razón es el
otro diario que también mira a Cataluña desde su primera página, titulada Hora
de sumar, y con muchas referencias claras a los propósitos soberanistas de Mas.
Los datos de la encuesta que proporciona indican que el 83 por 100 de los
españoles cree que sin unidad no saldremos de la situación de crisis. Y añade
el diario que Cataluña tendría que pagar más a la UE que el conjunto de España
si se independizara. Cada catalán aportaría 247 euros al año a Bruselas, frente
a los 204 de ahora. Las exportaciones hacia España, por el efecto frontera y
los aranceles, provocarían un aumento de los precios del 40 por 100. Y la frase
de Alicia Sánchez Camacho: “Artur Mas no puede imponer la ruptura de España”. Alicia
habla ya con la autoridad presidencial: “Revisaremos la financiación, pero
entre todos y de manera serena y responsable”. La revisarán, en todo caso, el
Gobierno de la Nación con los gobiernos autonómicos, pero no una diputada del
PP catalán…
-- No hay referencias a Cataluña en
la portada de ABC, pero sí en
su interior. Cuenta en una crónica desde Orense que Rajoy recuerda a Mas que no
se sale de una crisis creando otra, y que se muestra dispuesto a dialogar y asegura
que es posible crear puntos de encuentro. Y en otra información, señala ABC que
Barcelona gastará 1.900 millones en su
plan independentista, y que el Centro de Interpretación de los hechos de 1714
ha costado 84 millones.-. También la afirmación de Aznar: Nadie va a romper
España
-- En La Gaceta, la
frase de Aznar, Nadie va a romper España. Y luego, en una crónica, que Rajoy
buscará puntos de encuentro con Mas, y Aznar advierte de que nadie romperá
España. Rajoy tiende la mano a Mas para buscar `puntos de encuentro y no crear
otra crisis
Bono, en todas las salsas
Junto
con el protagonismo que sigue teniendo Cataluña, hay este domingo otro primer
actor, llamado José Bono, presente en casi todas las salsas por razón del libro
de Memorias que acaba de publicar y que ahora promociona. En La Vanguardia, dice Bono:
Prefiero morir a ver España rota. No me imagino a Cataluña y España separadas y
prósperas. En El País, afirma
Bono: Pujol auguróla indepenencia de Cataluña en una generación más. . Pujol
preparó la separación con la bandera, la lengua y la enseñanza. El Mundo lleva a su portada la afirmación
de Bono: El Rey no puede ser el mozo de estoques del Gobierno. Mientras PP y
PSOE se pelean, España se deshilacha y se empobrece. Cataluña y País Vasco
precisan un trato propio, no el café para todos. La alteración del territorio
necesitaría un referéndum de todos los españoles, dice también Bono a El Mundo. En ABC,
afirma Bono: Vi que todo se desbocaría cuando
el PSC gobernó con los independentistas. Dice La Razón que Bono ajusta cuentas. Según cuenta Rubalcaba,
Guerra dijo que os cajones que más tuvimos que limpiar en Ferraz fueron los de
Felipe..Dice también Bono: Rubalcaba es el socialista más listo que he
conocido. España necesita que PP y PSOE no entiendan para dar solución a la
crisis y al secesionismo. Me duele cuando representa a la España constitucional
y solidaria como madrastra. Pujol me confesó que obtuvo mucho menos del PSOE
que del PP. Por supuesto, ni una línea
en La Gaceta a las memorias
de Bono. Ya recordarán la pelea que el diario tuvo con el que fuera presidente
del Congreso a cuenta de los presuntos juegos sucios del político…
Con la Cataluña secesionista y el Bono hablador, hay
suficiente materia como para pasarse la jornada dominical bien amenizada y
entretenida…
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