El Código de Gallardón y el
40 cumpleaños de doña Letizia
Largamente anunciado, el ministro
del Interior, Alberto Ruiz Gallardón echa a andar su ambiciosa reforma del
Código penal, que, desde su arranque, merece atenciones abundantes en la mayor
parte de los periódicos de este sábado, al recoger los acuerdos del consejo de
Ministros de la víspera. En todos los titulares se hace referencia a uno de los
aspectos de la reforma que, de antemano, ya han resultado más debatidos y que
más rechazo, también, producen: la introducción en nuestra normativa de la ya
conocida como cadena perpetua revisable. Titula El País, sin grandes alharacas:
La prisión permanente da otra vuelta de tuerca al Código Penal. El Mundo hace
del asunto su primera materia: Cadena perpetua revisable para los peores
asesinos. Con la reforma Gallardón, los
terroristas y quienes se ensañen con sus víctimas pasarán
la vida en la cárcel si no se arrepienten. Dice ABC: Terroristas y asesinos de
menores serán castigados con prisión permanente. El endurecimiento del Código
Penal afecta a violadores y
magnicidas. En La Vanguardia: Gallardón
presenta el Código Penal más duro. La reforma incluye la prisión permanente,
que los jueces revisarán cada dos años. Titula El Periódico de Cataluña de
manera explícita: Cadena Perpetua. Y explica, a continuación, que Gallardón impulsa una
dura reforma del Código Penal en la que introduce la figura de la prisión
permanente revisable. En fin, el diario barcelonés
se hace eco de la dura reforma del Código Penal impulsada por el Ministro de
Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en la que el Gobierno introduce la figura de
la prisión permanente revisable para cinco supuestos: Homicidios terroristas,
magnicidios y genocidios; Crímenes de bandas organizadas; Asesinato tras
agresión sexual; Asesinato múltiple; y Asesinatos de menores. Y en La Razón, ya
habitualmente, y con certeza el más entusiasta de todos los propósitos del
Gobierno, Nuevo Código Penal, se hace justicia- El Gobierno introducirá la
prisión permanente revisable para asesinatos terroristas y de menores. Caso
Marta del castillo: Se agravará la pena por la ocultación del cuerpo y por
agresión sexual. Protección infantil: El Ejecutivo ha tenido en cuenta la
alarma provocada por casos como el de Bretón. No a la impunidad: los etarras
podrían estar en prisión más de 40 años y no salir tras 18, como De Juana. En La Gaceta hay una crítica implícita a la
incoherencia del Gobierno en su titular: El Gobierno avala la prisión
permanente tras excarcelar a Bolinaga…
El
diario El País hace una
detenida observación del proyecto del Código
Penal, uno de los más severos de Europa,
con penas de hasta 40 años para los delitos más graves, y que se ha ido
endureciendo en las últimas dos décadas por las reformas sucesivas de los
Gobiernos del PP y el PSOE, que siempre han ido en la misma dirección: penas
más altas. Ayer, Alberto Ruiz-Gallardón dio
otro giro de tuerca: su proyecto de reforma del Código Penal no agrava por lo
general las penas, pero crea dos figuras nuevas, la prisión
permanente revisable (que
además se aplicará a más casos de los que él dijo en un principio) y la
custodia de seguridad, amplía el alcance de otra, la libertad vigilada
post-pena, y exprime el alcance de otras cuantas. El resultado es, una vez más,
un paso más, el Código Penal más duro de la democracia, en uno de los países
con mayor tasa de población reclusa de Europa, según datos de Instituciones
Penitenciarias. Ruiz-Gallardón, que presentó el informe con las líneas maestras
de ese proyecto durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros,
apeló en dos ocasiones a casos que “han ocurrido en España” y que “en la mente
de todos están”; lo hizo al explicar la pena de prisión permanente revisable
para asesinatos sumados a agresión sexual y al anunciar que la detención ilegal
con desaparición de la víctima será equiparada al homicidio. Negó, sin embargo,
que la ley tenga un barniz populista o pretenda dar respuesta a casos recientes
de gran impacto social, como el asesinato de Marta del Castillo o la
desaparición de los niños José y Ruth Bretón Ortiz. También lo desvinculó de la
polémica por la excarcelación del etarra enfermo Iosu Uribetxeberria Bolinaga.
“Llevamos meses trabajando en este proyecto”, argumentó.
El texto articulado del nuevo Código Penal aún debe ser cerrado por Justicia, y
entonces pasará al Congreso. En cualquier caso, no se aplicará a delitos
cometidos antes de su aprobación. Estas son algunas de las novedades anunciadas
por el ministro. » Prisión permanente revisable. Es una pena similar a la cadena
perpetua, con la diferencia de que, si el preso demuestra estar reinsertado,
puede ser excarcelado a partir de un cierto momento. Ese momento aún está por
decidir, pero el plazo mínimo de permanencia en prisión (antes del cual no se
podrá revisar la condena) estará “entre los 25 y los 35 años”, dependiendo del tipo
de delito y de si es uno o varios cometidos conjuntamente. El PP, en campaña
electoral, apuntó a que esa nueva pena se aplicaría a delitos terroristas y
sexuales; después, Ruiz-Gallardón rectificó y anunció en mayo que únicamente
iría dirigida a delitos de terrorismo. Ahora ha cambiado de parecer: la prisión
permanente revisable será aplicable a homicidios terroristas, magnicidio,
genocidio, delitos de lesa humanidad y también a los casos de “asesinato
agravado”; en este último supuesto entran los asesinatos de menores de 16 años
o de personas especialmente vulnerables (por razón de discapacidad o de edad),
los asesinatos múltiples, los cometidos por organizaciones criminales y los que
sean “subsiguientes a un delito contra la libertad sexual”. En esos casos, el
tribunal sentenciador tendrá que aplicar imperativamente la pena de prisión
permanente revisable, no otra. Según el tipo de delito, se fijará un plazo
mínimo y a partir de ahí se revisará la condena “de oficio, cada dos años”, o a
petición del reo cada año. ¿Quién decidirá si el preso está rehabilitado?
Ruiz-Gallardón dijo que “el tribunal sentenciador”; fuentes de Justicia
matizaron que está en estudio aunque en todo caso será un tribunal colegiado,
no el juez de Vigilancia Penitenciaria. Pero también explicaron que, a partir
de cierto momento (otro plazo que hay que fijar), el reo podría acogerse al
tercer grado penitenciario y a los permisos consecuentes, así que por ahora es
imposible saber cuál sería el tiempo mínimo de cumplimiento efectivo en
prisión. Si el reo no se rehabilita y por tanto su condena no es revisada,
estaría toda la vida en prisión, como en una cadena perpetua. Si se le revisa
la condena, saldría durante un tiempo en prisión condicional, hasta comprobar
que está totalmente reinsertado (para esa libertad condicional tampoco se ha
fijado plazo ni condiciones aún), y después ya quedaría definitivamente en
libertad. Fuentes de Justicia subrayaron que “casi todos los países europeos”
tienen en sus legislaciones la pena de prisión permanente revisable». Custodia de seguridad. Es una medida de seguridad, no una
pena, pero en la práctica significa añadir hasta 10 años más de prisión (o de
internamiento en algún tipo de centro) a un preso que haya cumplido ya su
condena. Se aplicará cuando el tribunal sentenciador (la medida debe
establecerla en el momento de dictar sentencia, no a posteriori) crea que hay
“especial peligrosidad”. Y podrá revocarse en cualquier momento si desaparece
esa peligrosidad. Se aplicará a delitos “de especial gravedad”: asesinatos,
homicidios, secuestros, agresiones sexuales, delitos con violencia, terrorismo
o tráfico de drogas. A diferencia de la prisión permanente revisable (que será
obligatoria en los delitos para los que está pensada), esta medida será discrecional:
el tribunal podrá dictarla o no. Fuentes de Justicia explican que habrá dos
supuestos: para los delitos más graves, la custodia de seguridad podrá dictarse
en la primera condena; para el resto habrá que esperar a que el delincuente
reincida para aplicarle esa medida —si el juez quiere— en la segunda condena. » Libertad vigilada. Esta medida ya se incluyó en el Código
Penal aprobado por el Gobierno socialista en 2010, para delitos sexuales y de
terrorismo. Ahora se amplía a otros delitos, como los patrimoniales, robos o
delitos violentos (por ejemplo con resultado de lesiones). Consiste en que el
preso, una vez cumplida su condena en prisión y puesto en libertad, debe
someterse a control o vigilancia judicial (con distintos mecanismos, como la
obligación de presentarse en el juzgado o la colocación de dispositivos
electrónicos) durante un plazo de 10 años. Debe imponerse también en el momento
de dictar la sentencia, y puede ser revisada y retirada. Tanto la custodia de
seguridad como la libertad vigilada son medidas “basadas en pronósticos [de
peligrosidad], no en hechos”, admiten desde el ministerio. “Pero el pronóstico
se hace sobre una situación objetiva previa”, añaden. » Detención ilegal con
desaparición de la víctima. La
pena por este delito (ahora, diez años) será equiparada a la de homicidio (de
10 a 15) cuando el autor no diga qué ha hecho con la víctima, pudiendo llegar
“hasta a 20 años si las víctimas son menores de 16 años o la detención está
relacionada con una agresión sexual”, precisaron fuentes de Justicia. » Libertad condicional. Si un preso recibe la libertad
condicional y, ya en la calle, vuelve a cometer un delito, al regresar a
prisión tendrá que cumplir todo lo que le quedaba de pena cuando salió en
libertad condicional; con el Código actual, el tiempo que ha pasado fuera de la
cárcel se le descuenta de la pena. Por otra parte, los condenados por primera
vez a penas de hasta tres años y que muestren una conducta irreprochable
tendrán más fácil acceder a la libertad condicional: podrán hacerlo a mitad de
condena, frente a los dos tercios actuales. » Delito continuado. Desaparece esta figura para los casos
de delitos sexuales, lo que hará “que vean incrementada la pena”. » Incendios forestales. Se endurecen las penas: hasta seis
años de cárcel (en lugar de cinco años) en casos muy graves, y hasta nueve años
si el incendio afecta a espacios naturales protegidos. » Hurtos y faltas. Los “hurtos sistemáticos”, como los
cometidos por carteristas, que ahora son faltas, implicarán prisión de hasta
tres años si se cometen con “profesionalidad”. Por otro lado, el ministerio
hará una “limpia” para convertir algunas faltas en sanción administrativa y
otras en delitos (sin aumentar la pena). » Delitos económicos. Habrá una nueva regulación de la
malversación y una persecución “más eficaz” del fraude y la ocultación de
bienes en procesos de quiebras societarias.
Comenta en su editorial El
Mundo que el ministro de Justicia presentó ayer la reforma del Código
Penal cuyo anteproyecto aprobará el Gobierno en las próximas semanas. Se trata
de una reforma muy profunda que da respuesta a las demandas de una gran parte
de la sociedad. Llega a la conclusión de que esta reforma es un intento
del Gobierno por reconciliarse con buena parte de su base electoral,
profundamente descontenta por la puerta en libertad del etarra Bolinaga. También ABC editorializa sobre
el proyecto Gallardón: La prisión permanente revisable, sostiene ABC, es la que mejor se acomoda al principio de
reinserción como objetivo de la pena, porque si el delincuente evoluciona favorablemente podrá ser
excarcelado y, si no, seguirá en prisión. Observa La Vanguardia que según Gallardón, el propósito de endurecer el castigo en delitos
"especialmente reprochables" es el que ha impulsado la modificación
de la normativa penal. Y que entre las principales novedades del texto, se
impone la nueva pena a casos de magnicidio del jefe del Estado español o de
jefes de Estado extranjeros que se encuentren en España, así como algunos casos
de genocidio con resultado de muerte o violaciones masivas. Además de los delitos de terrorismo,
a los que el ministro ya había hecho mención en anteriores ocasiones, el
informe plantea el "máximo reproche penal" en determinados actos de
tal "brutalidad" en los que las víctimas sean menores de 16 años, o
personas con discapacidad especialmente vulnerables y que tras la agresión
sexual se produzca el asesinato. De todos modos, el ministro ha asegurado que
existe un número mínimo de años para que el preso pueda conseguir la libertad
condicional. Este periodo puede oscilar entre "25 o 30 años"
dependiendo de las características del caso y nunca será "antes de como lo
regula el Código Penal vigente". En La Razón se sostiene que la medida más relevante, sin
precedentes en nuestro ordenamiento jurídico pero presente ya en legislaciones
de nuestro entorno, es lo más parecido a una cadena perpetua, aunque en este
caso se podrá revisar cada dos años (o a instancias del reo) a partir de un
límite mínimo de estancia en prisión que se determinará, según fuentes del
Ministerio de Justicia, en función del número de condenas y de la gravedad de
los delitos cometidos. Presumiblemente, esa horquilla se situará entre los 25 y
los 35 años. No sólo se aplicará a los homicidios terroristas, sino
también a los cometidos contra el Rey o el Príncipe heredero o contra jefes de
Estado extranjeros; a casos de genocidio y crímenes de lesa humanidad; cuando
la víctima sea menor de 16 años; a homicidios precedidos de delitos sexuales; a
los de carácter múltiple y a los perpetrados por una organización criminal. La
aplicación de la prisión permanente revisable, no obstante, no impedirá que el
condenado pueda beneficiarse del tercer grado y, en su caso, de la libertad
condicional si cumple los requisitos penitenciarios. Pero no es ésta la
única medida de calado en la reforma abanderada por Gallardón. Con carácter
excepcional, se establece la custodia de seguridad para los autores de delitos
de especial gravedad (contra la libertad sexual, de terrorismo o de tráfico de
drogas, entre ellos), a quienes se podrá seguir privando de la libertad por un
periodo máximo de diez años incluso una vez que hayan cumplido su pena «si se
mantiene su peligrosidad». En todo caso, esta medida deberá ser incluida en la
sentencia por el tribunal que los haya condenado. No menos trascendente
es el cambio legal que castigará con la misma severidad que un homicidio el
delito de detención ilegal con desaparición o la supresión de las faltas de
nuestro ordenamiento, que permitirá ahorrarse los 400.000 juicios de faltas
anuales, «una barbaridad y una pesadilla para la Administración de Justicia»,
según fuentes del Ministerio. Algunas desaparecerán, y se perseguirán
únicamente por la vía administrativa, y otras se considerarán delitos leves,
que en todo caso no computarán como antecedentes penales. Quienes sí
saldrán beneficiados por los cambios legales serán los que sean condenados por
primera vez a penas de hasta tres años. Si acreditan una conducta irreprochable
podrán beneficiarse de la libertad condicional a mitad de la condena (sin
esperar a cumplir los dos tercios, como ahora). La «profesionalidad» de
quienes protagonicen robos reincidentes se considerará una agravante que
llevará aparejadas penas de uno a tres años. Por último, en los delitos
económicos la administración desleal se regulará como un delito patrimonial y
se podrá castigar con mayor facilidad la malversación y la insolvencia punible.
El cumpleaños de Leticia.- Hay un segundo asunto en el que coinciden también todas las
primeras páginas de este día 15 de septiembre: el cuarenta cumpleaños de la
Princesa doña Leticia. El País señala, en una breve
llamada en portada, que la princesa de Asturias rediseña la Corona española, y
que celebra su 40cumplaños con un inusual reportaje de la familia de la fotógrafa
Cristina García Rodero. El Mundo
ofrece una foto del personaje: La Princesa Leticia, a los 40. Es el asunto de
mayor relieve en la portada de ABC:
Cuarenta años y una familia feliz. Con motivo del aniversario de doña Leticia,
los Príncipes posan con un reportaje gráfico sin precedentes. La Vanguardia también destaca
ese “album para Leticia en sus cuarenta años”. El Periódico titula Cuarenta años no son nada, y que la princesa
Letizia protagoniza una sesión fotográfica por su aniversario. La Razón ofrece en su portada
la foto de los príncipes y las infantas, el reportaje de García Rodero, con el
título “cumplir con España”. “Retrato de la Princesa madura” es uno de los títulos
del reportaje de La Razón. En
La Gaceta se habla de “una
princesa en constante evolución”…
En su información sobre el cumpleaños,
dice El Periódico que “no se
sabe si Letizia tendrá hoy
una fiesta sorpresa, como sucede a menudo cuando alguien cumple 40 años, un
aniversario de lo más redondo. Confesó ayer la princesa que esperaba celebrar
el día de su aniversario «tranquila y en casa», así que parece que no espera
nada imprevisto para hoy. Pero si no la homenajean en privado con un sarao
especial e inesperado, al menos tendrá como regalo la sesión fotográfica que ha
protagonizado con su familia en el palacio que ocupan en El Pardo, donde
también está La Zarzuela. Unas fotos cuidadas realizadas por Cristina García Rodero, Premio
Nacional de Fotografía, en las que aparecen su marido, Felipe, y sus
hijas, Leonor y Sofía. Con los tres
muestra siempre una actitud de lo más cariñosa y cómplice. Las imágenes,
tomadas a principios de agosto, fueron distribuidas ayer por la Casa Real con
la condición de que no se publicaran hasta hoy mismo. En unas aparece en el
jardín, con las niñas y el príncipe, ya sea jugando, leyendo un cuento o
charlando cariñosamente con ellas, y en otras, se dejan inmortalizar en uno de
los salones de su residencia, sentados distendidamente en un sofá. También hay
retratos de la princesa, la protagonista del día que se ha convertido en el
valor en alza de la monarquía española; luce ante la cámara tres vestidos: uno
rojo, otro blanco y un tercero, negro. Y añade El P. de C.:
En sus ocho años junto a Felipe (se
comprometieron en noviembre del 2003 y se casaron en mayo del 2004), Letizia llega a los
40 convertida en una princesa que ha demostrado su compromiso activo en favor
de la infancia y la juventud, la educación, la lucha contra enfermedades
penosas y la investigación científica. El
diario El Mundo proporciona
ese ya famoso Album de doña Leticia conmentado. La Casa Real ha difundido 16
fotografías con motivo del cuarenta cumpleaños de la Princesa Letizia. Algunas
consideraciones acerca de estas imágenes. Primero: la selección
del fotógrafo. Cristina García Rodero, cálida y cercana, más
reportera que retratista. Una mujer en la cúspide mundial, gracias a su
pertenencia a la agencia Magnum. El resultado es muy poco arriesgado, muy
comercial, muy de ¿estudio fotográfico de ciudad de provincias? Tres sesiones y
varios cambios de ropa: Blusa con paillettes y pantalón blanco, Pantalón blanco y
blusa Burdeos, blusa color coral, vestido rojo, traje de encaje negro, madre...y
esposa. Segundo: en todas las fotos
institucionales el
palacio o sede oficial tiene presencia destacada. Es una forma de transmitir
poder, pero también una manera de llamar a la polémica. La línea que separa la
elegancia de la ostentación es realmente fina. En este caso el palacio apenas
aparece. Es una manera de evitar la controversia. Se cuela ligeramente el
ladrillo en una imagen por la parte derecha. Si no fuera así, podríamos pensar
que se trata de la suite de un hotel. Y muy parcialmente en la parte
derecha de otra. La mayor parte de las fotos sólo muestran el jardín. Tercero: las sesiones tenían como
principal objeto la imagen de la Princesa. Con fotos de primer plano, de plano
medio, reflejada en el cristal, retrato clásico de estudio, y, fundamental,
aquella en la que aparece junto al Príncipe en primer plano. La Princesa se
sienta delante, acaparando protagonismo. Un par de detalles más en esta imagen:
mientras el Príncipe mantiene sus manos distensionadas, doña Letizia sujeta la
mano derecha de su marido. Cuarto: apariencia de naturalidad.
Al menos eso es lo que se ha buscado. La Princesa posa descalza mientras
Felipe de Borbón juega con una de su hijas, Leonor. La Infanta Sofia parece
dormir mientras su madre le acaricia el pelo. Quinto: la incomodidad del Príncipe. Aun sonriente, aparece con el
ceño ligeramente fruncido. Doña Letizia posa con más naturalidad. Sexto: ¿dormida en mitad de la
sesión? La Infanta Sofía aparece adormilada en varias fotos... incluso
irritada en otra de ellas. Séptimo (y último).- El resultado, pretendiendo naturalidad es melifluo. Y un detalle que seguro no es
gratuito: el anillo de boda de la princesa es visible en diez de las fotos. –Comentarios
de El Mundo a las fotografías.
Dos asuntos, dos, protagonizados por Gallardón
y por doña Leticia, que merecen y merecerán abundantes comentarios y observaciones,
unos a favor y otros menos…
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