martes, 18 de marzo de 2014

El hijo de su padre Cuenta hoy El País que el Ministerio del Interior reaccionó ayer destituyendo a Antonio Tejero hijo cuando el propio diario le informó de la paella que había organizado en el cuartel de Valdemoro en homenaje a su padre, al cumplirse 33 años del tejerazo. O sea, que los servicios de información de la guardia civil siguen siendo tan ineficientes como lo fueron en los preparativos de aquel golpe de Estado, y como lo fueron en los preparativos del mayor atentado que se ha producido en España, el 11-M. En todos los casos, se enteraron de la novedad por los periódicos o las emisoras de radio… Bueno, pues, efectivamente, sucedió como ayer por la tarde ya contaban todos los medios informativos y conforme hoy relatan con mayor detalle los periódicos escritos. Para resumir. El Tejero junio, que ya no loes tanto, tuvo la ocurrencia de invitar a su papá y otros golpistas al cuartel de Valdemoro para celebrar un aniversario del frustrado golpe, Los agasajó debidamente y pasaron varias semanas para que el ministro y sus colaboradores se enteraran de la chulería del muchacho Tejero. Y en ese punto, destituyó al “muchacho”, que ya no lo es tanto, y ordenó una investigación de los hechos, de la que probablemente no volvamos a tener noticia. Y se acabó el episodio, hasta que un Tejero nieto aparezca reclamando los méritos del abuelo de los disparos en el techo del Congreso. Nos lo contarán los periódicos algún día. Los periódicos también nos han contado las reacciones que han suscitado las conclusiones del “comité de sabios” encargado de dar ideal al Gobierno para reformar la fiscalidad vigente. Parece que el titular que más ha molestado es el que dice que “los sabios” y sus propuestas se inclinan por los que menos pagan y harán pagar a quienes ahora mismo ya pagan más. Y se han quedado tan anchos, los sabios, y tan molesto el ministro Montoro, que no quiere que trascienda esa impresión causada por los papeles de Lagares y de su equipo. Desde luego, Lagares y sus colaboradores en el experimento no darán satisfacción a nadie. Es probable, además, que molesten a casi todos un poco más de lo que ya lo hacen los impuestos. Montoro dice ahora que ésa no es la propuesta del Gobierno, cosa que ya sabíamos. Pero que esa propuesta sí inspirará las decisiones de los gobernantes. La deuda, entre tanto, sigue engordando. Estamos ya en el 95 por 100 del PIB. El “pasivo público”, o sea, el gasto del Estado, experimentó el mayor crecimiento hasta el mes de mayo: seiscientos dos millones de euros diarios, de promedio. Unos 22.000 euros de media, debemos los españoles…, más la deuda privada, que suele ser bastante mayor que la pública. Ahora, la culpa del aumento la tienen el pago a los proveedores, o sea el adelanto de dinero a los gobiernos autonómicos para que reduzcan la morosidad en el abono de los bienes y servicios que contratan a las empresas. Bueno, que debemos muchísimo, como país, y cada vez más. Y que, en contra de lo que nos prometió Rajoy, ese gasto no sólo está controlado, sino todo lo contrario: crece y crece descontroladamente. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que la prima de riesgo vuelva a encresparse y asuste a don Mariano otra vez? Y seguimos buscando el avión Boeing 777.¿Dónde queda por buscar? ¿Han mirado en Corea del Norte? Dicen responsables de la aviación internacional que, de verdad, de verdad, no se tiene ni una sola pista sobre el aparato evaporado, pero que se impone la idea de que alguien dentro del avión desconectó los sistemas de comunicación y el Boing se fue a volar por su cuenta y riesgo vaya usted a saber dónde… JOSÉ CAVERO

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