viernes, 21 de marzo de 2014

Suárez está yéndose El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez González, según ha adelantado su propio hijo, se halla ante un desenlace que puede ser muy próximo. A estas horas, esta tarde, mañana… Suárez, víctima de un Alzheimer que lo retiró fulminantemente de la vida pública, ha vivido los últimos años en la semioscuridad de su propio hogar familiar, después de ver cómo fallecían algunos de sus seres queridos más próximos empezando por Amparo Illana, su esposa. El cáncer de sus familiares fue minando su salud y terminó con un estado de muy escasa comprensión hacia lo que pasaba a su alrededor. Para la historia quedan muchas fotos de Suárez: Cómo no, las del 23-F, el Puedo prometer y prometo de la reforma política, la legalización del PCE, los Pactos de la Moncloa, la reforma fiscal de Ordóñez, … Y también sus desastres electorales en los últimos intentos por seguir teniendo voz y voto en el Congreso, cómo líder del CDS. Suárez se quejaba de que seguía teniendo muchos fans y seguidores, pero que eso no se traducía en votos y apoyos electorales. Una de las últimas fotografías mostraba a Suárez con el Rey don Juan Carlos, paseando por los jardines de su casa. Suárez ya apenas conocía a nadie, y se ha relatado que cuando recibió al Rey le preguntó si también él tenía a pedirle dinero… Bueno, pues este Adolfo irrepetible y que tanto nos ha dado que hablar, se apaga aceleradamente. Se extingue. Y ahora, en los próximos días, vendrá la catarata de elogios a su obra. El abulense de Cebreros se habría reído un largo rato. Se ha ido, también tras larga enfermedad, Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao, el mejor alcalde del Mundo, según fue calificado repetidamente. También ha dejado muchos amigos y muchísimos ciudadanos agradecidos por sus tareas públicas. Cuando un político ejerce sus funciones honorablemente es difícil que a0arezca en las páginas de tribunales, como tantos “chorizos” de hoy en día. Pero sí merecen el reconocimiento y las alabanzas y los reconocimientos, siquiera a título póstumo, de sus compatriotas contemporáneos. Azkuna también está mereciendo formidables necrológicas. Ana Botella es consciente de lo que haga o diga reclamará atenciones en los medios informativos de las horas siguientes. No hay duda de que la señora Botella quiere seguir siendo alcalde. Es más, quiere ser alcalde electa, y no designada a dedo por su amigo y patrocinador Gallardón. Y para ello, tiene que hacerse olvidar algunos episodios como su escapada al SPA de Lisboa el día después de la tragedia de la discoteca Madrid Arena. En su campaña electoral, Botella acaba de anunciarnos que se rebaja el sueldo: de 101. 988 euros, pasará a percibir cien mil. Todavía bastante más que el jefe del Gobierno, sin ir más lejos. Bueno, menos da una piedra. Algo menos. Teniendo en cuenta que pudo haber hecho un anuncio a la inversa, es decir, que su sueldo se incrementaría un dos o un tres por cierto… Eso sí, compensará su reducción con la anulación de sueldos a buena parte de sus concejales, los que no son de su color político. Esos, tal vez no se ganan el sueldo… Y mientras tanto, el juez Ruz se esfuerza en cerrar la instrucción del caso Gurtel, en la que lleva trabajando con esfuerzo en los últimos años. Para guinda final, Ruz había reservado las declaraciones de “los tenores” de la Gurtel, pero éstos han preferido callarse ante el juez. Alguno de ellos con el argumento peregrino de que el caso debió haberse archivado cuando se le quietó a Garzón por la grabación de comunicaciones de los acusados. Claro que hubieran preferido que el caso no existiera, y que no se hubiera llegado a conocer el cúmulo de sus andanzas nada santas y de sus suculentos negocios. Escuchar que uno de los cabecillas, el mismísimo Correa que da nombre al caso –Gurtel es correa en alemán- decir que ha perdido la confianza en la Audiencia es para reírse largo rato. La Audiencia, sin embargo, será quien ría la última, a cuenta de esos “tenores” pegados durante años a los buenos negocios del PP… JOSÉ CAVERO

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