miércoles, 2 de abril de 2014

Los datos del paro y el incómodo visitante Se han divulgado este miércoles los nuevos datos del paro, y el revuelo de campanas de ha escuchado por doquier. Eso sí, los sindicalistas dicen que no es para tanto jolgorio, porque a este ritmo, habremos recuperado las cifras de parados anteriores a la crisis allá por el año veinticinco o así. Pero menos da una piedra, probablemente. Incluso Montoro anuncia plazos no previstas para funcionarios públicos y para agentes tributarios. Es evidente que el gobierno del PP no quiere desmentirse a sí mismo, y quiere cumplir a rajatabla lo previsto: un año antes de las elecciones, las cosas tienen que empezar a mejorar “a ojos vistas”, en la mayor parte de los asuntos pendientes. Caiga quien caiga, estamos ya en los tiempos felices de creación de empleo, mayores tasas en la seguridad social, concesión de créditos bancarios…Por eso rompe los esquemas Caritas cuando proclama que el número de españoles pobres sigue aumentando, y que también siguen creciendo los niños malnutridos. Eso desespera al portavoz Montoro, que extinguiría con un rayo feroz a la ONG católica episcopal… Aún no conocemos a quién se le ocurrió la peregrina idea de invitar al presidente ecuatoguineano, Teodoro Obiang, a participar en eventos españoles: primero en el funeral por Suárez y después una conferencia en la sede del Instituto Cervantes en Bruselas. Seguramente son esas invitaciones que se hacen a todos los jefes de Estado, y como ninguno suele responderlas, o las pasa al jefe de protocolo, tiene un destino favorito, la papelera. En el caso de Obiang no ha sucedido así. Deben ser muy pocas las invitaciones “en nombre del Rey de España” que lleguen a su palacio guineano, y en esta ocasión, ha decidido atenderlas, originando múltiples complicaciones. El Rey ha tenido que negar que él lo hubiera invitado, Rajoy no quiere entrevistarse con él… Nadie quiere el contacto con el dictadorzuelo, por mucho petróleo de que disfrutes sus cuentas personales. Algo sorprendente, por lo demás, cuando todo el mundo está acostumbrado a tratar con corruptos de toda clase y consideración. Eso sí, Obiang parece que tiene las manos manchadas en sangre, y eso lo aleja de los protocolos internacionales y lo hace especialmente rechazable. Pero, por lo demás, ¿qué más le dará a Rajoy saludar a Obiang que a Bárcenas, a Fabra o a Camps, o enviar, a uno y otros, correos de afecto y consideración? Quieren hacernos creer que todavía hay clases… Dice La Razón que el PP tiene las elecciones europeas ya ganadas, incluso sin haber revelado quién será su cabecera de cartel. O sea, que vencerá las elecciones sin bajarse del tren. Y el espabilado de Floriano insiste en que “en breve contaremos quiénes son nuestros candidatos, aún estamos en tiempo hábil”. Claro que estamos, o está el señor Rajoy, parece que entretenido en tareas de mayor urgencia y calado. Un día llegará el vencedor “de antemano”. Hay un dato que viene preocupando de manera creciente a las autoridades: La inflación sigue “en punto muerto”, en torno al cero por ciento de crecimiento, y a ese paso, pisaremos pronto la deflación, peligrosísimo mal. De ahí que Guindos impulse alguna actuación de Draghi para remediar ese peligro. Pero es probable que no sea cuestión del BCE, sino de los patronos españoles, que deberían mostrarse un poco màs generosos en sus pagos al postrado trabajador nacional, incapaz de mantener los niveles de consumo, y no digamos ya de ahorro. El enfermo está ya tan débil, que roza la anemia, y pudiera morirse. Salvo transfusiones urgentes- Resulta que a nuestros chavales les faltan habilidades, y que las enseñanzas que reciben no subsanan esas carencias. Menos mal que llega de inmediato la señora Gamudio, o algo así, y nos dice que eso lo mejorará la Lomce inmediatamente, que para eso han hecho la Ley Wert esa, de tantos destrozos y recortes. Veremos, claro, si es tan eficaz para aliviar los varapalos que año tras año nos proporciona PISA.¿Les faltan habilidades de la vida cotidiana a nuestros chavales? ¿Están superprotegidos en la familia?. Puede que ahí arranquen muchos males, hasta para saberse mover en el transporte público,. O en la concesión de becas… De todos modos, mayoritariamente, el ciudadano no se lo cree. No ve tan torpes a nuestros jóvenes. José CAVERO

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