domingo, 27 de abril de 2014

Los indultos, otra vez De nuevo reaparece el caso o la cuestión de los indultos, y a quién o por qué se puede beneficiar con estas medidas de gracia a algunos ciudadanos. El País se refiere este domingo a varios casos concretos, Garzón, Matas y Ortega Cano, así como el exalcalde de Torrevieja y Carromero, ex dirigente de Nuevas Generaciones en Madrid, sobre cuyo perdón ha de informar próximamente el Ministerio de Justicia. Si se hiciera una encuesta sobre estos casos, los resultados serían muy variables, con toda probabilidad. Los informes de Justicia, por su parte, llegan ala conclusión unánime de que no se dan las circunstancias para aplicarles indulto a ninguno de estos individuos. Pero finalmente, será el Gobierno, o el ministro Gallardón, quien decidirá conforme a su propia opinión, como ya lo hizo en ocasiones anteriores, a menudo contra el parecer y la opinión de casi todos… Desde luego, a primera vista, no hay por qué rectificar o enmendar la plana a los tribunales que ya han juzgado y sancionado una conducta. Si acaso, el juez Garzón, sobre cuya actuación estuvo lejos de haber unanimidad ni razones contundentes. Más bien parece que prevaleció una opinión pública y nos celos profesionales inconvenientes o inadecuados. En el resto de los casos, no parece que sus señorías los jueces merezcan ser enmendados o rectificados, por lo que será lo más probable que agoten su pena privados de libertad. En todo caso, no convendría repetir situaciones de indultos controvertidos e irrazonables, que dejan con el culo al aire a quien los otorga… Que un banco diga en su publicidad “trajimos libertad, creamos el simple, transparente y fácil…”, parece abiertamente pretencioso.¿Un banco trajo libertad? Todos ellos traen la libertad que ofrece la competencia, la posibilidad de hacer algo distinto a los demás… Pero es indudable que todos los bancos influyen unos en otros, y que nadie tiene el privilegio de hacer aportaciones grandiosas o insuperables. Si acaso, podrían vanagloriarse de no haber costado jamás un euro al contribuyente. Y eso sí que sería meritorio y digno de ser destacado… En otro trabajo periodístico de este domingo, se analizan con detalle las razones por las que la última y muy reciente Semana Santa ha resultado tan trágica en las carreteras. Resulta sorprendente una de las conclusiones que se destacan: un alto cargo de Interior sostiene que “vivimos de las rentas de Pere Navarro”. Pero, ¿no era la señora Seguí el no va más, la primerísima experta en la materia y la gran aportación del PP a una asignatura tan relevante? Pues ahora, resulta que no, y que empieza a echarse de menos a Pere Navarro, cuyo nombre había desaparecido con sorprendente y escandalosa facilidad y rapidez de los recuentos de la DGT. Resulta que Navarro lo hacía mejor…. Vergüenza da la situación que viven los murcianos de la ciudad de Lorca, a quienes, después de tres años del terremoto que asoló una parte de la ciudad, sólo cuatro de cada cien vecinos ha conseguido la nueva residencia que reclamó. ¿Dónde está la pasta de los ayudas? Hace tiempo que se extendió en Lorca el desánimo y la desconfianza en los políticos, de quienes, en verdad, se espera mucho más de lo que han logrado para sus representados. Que tres años después Cáritas siga siendo ayuda imprescindible, y se vea en la necesidad de repartir caridad entre los afectados por aquellos temblores, en una de las fierras más ricas y fértiles de la nación, es para que se caigan muchas caras de vergüenza. Los fines de semana, ya hasta el 25 de mayo, serán fechas propicias para contarnos encuestas sobre esas próximas elecciones europeas. Insisten, como las anteriores, en que todo está muy empatado entre PP y PSOE, entre Cañete y Valenciano. Cañete, por cierto, ha regresado a los discursos de la herencia recibida, para desprestigiar a los socialistas, sin reconocerles mérito alguno. Por el contrario,. Valenciano está resucitando a un Zapatero que algunos de sus propios correligionarios habían escondido vergonzosamente, y que, en cambio, dejó una herencia de actuaciones nada despreciable ni vergonzosa… JOSÉ CAVERO

No hay comentarios: