miércoles, 30 de abril de 2014
Santamaría, bajo sospecha
No duda el diario La Razón, diario gubernamental donde los haya, en calificar de “Juego sucio del PSOE: intenta salpicar a la vicepresidenta con los sobresueldos sin pruebas”. Y explica que Soraya Rodríguez la acusó de cobrar en negro basándose en datos publicados por Internet que Ferraz no supo explicar después”. Pues, parece evidente que tenemos caso abierto, o siquiera entreabierto, no hay duda. Sucede, sin embargo, que el PP hace tiempo que tiene muchas cosas que explicar. A partir de las revelaciones de su exadministrador Luis Bárcenas, todo está en supuestos, conjeturas, especulaciones y presunciones. ¿Cobró en negro Rajoy? Pues todo permite suponer que sí, y que como él lo hicieron Cascos, Arenas… ¿Y por qué no Santamaría? Es que, por parte de los dirigentes del PP, es muy fácil decir que “la palabra de un delincuente no es digna de crédito”. Pero es que sólo exdelincuente en los dos últimos años, y apenas. Y que, antes, era un ciudadano libre de toda sospecha. ¿A cuál de las dos fases de Bárcenas corresponden esas revelaciones conocidas ahora? Lo cierto y verdad es que en el PP corrieron, en un período bastante largo de tiempo, fortísimas cantidades que beneficiaron, sobre todo, a los altos cargos, procedentes de las donaciones que el partido acumulaba en su Fondo B. Y desde luego, todo permite suponer que el PP no tiene el menor deseo de reconocer ni aquellas entregas de dinero negro, ni el fondo mismo. Entre otras razones, porque quedaría demostrado que el PP jugó con ventajas en las elecciones de los últimos años, disponiendo de bastante más dinero, y más incontrolado, del que las leyes vigentes permiten a los partidos. Eso tampoco es juego limpio, claro…
Después de todo, Santamaría se ha erigido en patrocinadora de la transparencia. Obras son amores, y no buenas razones.
Se nos asegura que el 70% de gasto en Educación se destina a para pagar el sueldo de los profesores, y aseguró ayer Rajoy que nunca, jamás, el Estado había destinado tanto dinero a la concesión de becas a los estudiantes. Hasta ahí, posiblemente todo sea cierto y hasta elogiable. Luego entran ya los matices y las diferencias. Sobre todo, a la hora de determinar los criterios de concesión de becas: ¿A quiénes se le entregan esos dineros públicos? ¿A quiénes menos tienen, a quiénes más esfuerzo hacen, a quienes mejores notas obtienen –no es igual esfuerzo que notas altas- a quienes las han recibido ya en los años anteriores? El catálogo de posibilidades es casi infinito y las posibilidades de concesión, por tanto, también lo son. Pero por lo menos este año –de tantos retrasos en la concesión- nos hemos acercado un poco al meollo de la cuestión. Ha habido dinero para becas, es discutible el criterio de concesión. Y la información ha sido lamentable de manera permanente.¿Hay que esperar a que acabe el curso para saber todo eso?
Mucho están dando que hablar los datos del paro conocidos este lunes. El Gobierno, desde el primer momento, aseguró que eran una nueva demostración de que hay recuperación, hay cambio de tendencia y que empieza a crearse empleo neto. La oposición, con los sindicatos por delante, han rebatido cada una de esas afirmaciones y no ven por parte alguna ni la tan cacareada recuperación ni mucho menos sus efectos en el paro. Y mucho menos, los presuntos beneficios de la reforma laboral de la señora Báñez, doña Fátima. Los datos, ya se sabe, suelen tener muchas caras por donde ser tomados en consideración, pero los de este lunes permiten todo menos la euforia que suele derramar el Gobierno “sin causa justificada”. Hay unos pocos parados menos, ciertamente, pero la destrucción de empleo sigue siendo espectacular. No extrañan los titulares de prensa con muchas dudas y desconfianzas, en algunos diarios. ¿Recuperación? ¿Eso qué es? ¿De qué me habla usted?…, Por aquí no la hemos visto pasar… etc.
JOSÉ CAVERO
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