lunes, 7 de julio de 2014

Cataluña como Escocia Cuenta este lunes El País que todas las miradas de los nacionalistas europeos están pendientes de lo que sucede o puede suceder en Escocia, donde está pendiente, como en Cataluña, un deseo de separación de la metrópoli para tener vida propia y Estado independiente. Dice este informe que las dudas crecen a dos meses del referéndum de independencia, y que se está cavando un foso de desafectos y rupturas para enterrar tres siglos de historia compartida y de convivencia. Ay ansiedad, zozobra y vértigo, pero las emociones se recalientan o se enfrían a conveniencia, y nadie suelta la calculadora, dice el cronista. En Escocia, como en Cataluña, ya hay fecha de la decisión: Nueve de noviembre en Cataluña, y 18 de septiembre en Escocia. Se señala también que los soberanistas escoceses transmiten la idea de que todo seguirá igual si gana el sí, que Edimburgo, capital de Escocia, y Londres, están enzarzados en una guerra de informes. Y que existe ansiedad, zozobra y vértigo después de sodas años de campaña y de argumentos cada vez más sofisticados y depurados… Igualico que en Cataluña-Madrid, podríamos decir, donde también todo parece pendiente de la calculadora de los intereses y réditos que pueden llegar o perderse en una operación económica-política nacionalista. Por si fuera poco, al batiburillo escocés inglés se unen las aspiraciones de Cameron de separarse progresivamente de la Unión Europea. Con lo que ha costado la unidad de los europeos, y ahora unos pocos patriotas nacionalistas quieren romper el mapa y construir otro nuevo y distinto… Y a todo esto, Mariano Rajoy, que no parece mover un dedo en la materia –ojalá un día nos sorprenda con la revelación de que no ha parado de negociar, proponer, plantear, tratar de resolver---- , dice que confía en que el cambio que están buscando los socialistas en sus mandos no altere la política del PSOE y del PSC hacia Cataluña. Por lo menos que no intervengan para entorpecer el proceso de sucesión socialista, como acaba de hacer la líder catalana pepera, doña Alicia, diciendo que el PSOE está buscando otro Zapatero que España no necesita. ¿Quién la necesita a ella? En cuando a la Unión Europea, cada vez son más las voces, antes calladas o mudas, que se atreven a reclamar empleo y crecimiento en la Unión, y no recortes y paralización, como ha venido sucediendo en los últimos años. Parece que el mando de la Merkel está terminando, y que se imponen criterios más abiertos y constructivos. Bien estuvo frenar ciertos desarreglos, pero el coste de paralizarlo todo, ya lo hemos visto en el número de parados y en el descenso formidable de los productos brutos de cada país, y en la capacidad adquisitiva de cada ciudadano. Ahora, así como hace unos pocos días lo reclamaba Mateo Renzi, el líder italiano, así lo solicitan también los franceses. Moscovici acaba de proclamar que con empleo y crecimiento volverá la confianza en la Unión Europea. Lo contrario, lo conocemos ya bien: seguirá el paro, la incertidumbre la caída de la capacidad adquisitiva de cada cual… Este Papa, de origen argentino, y jesuita, acaba de pisar un callo: Nada menos que ha tenido “la ocurrencia” de excomulgar a la mafia calabresa, la muy famosa y activa Ndragheta. Y la primera reacción de los mafiosos ha sido no acudir a una procesión. Es más, los responsables de esa misma procesión detuvieron la imagen de la Virgen frente a la casa de un viejo capo, en señal de protesta. Hay que ver hasta qué punto se pueden alterar la racionalidad y el buen sentido, para atender a dictados de viejos y jóvenes mafiosos, capaces de llevar la contraria al mismísimo Papa que ha tenido el atrevimiento de condenar el asesinato de un niño de tres años en el ajuste de cuentas de una familia mafiosa. Este Papa Bergliolo vuelve a apuntarse un buen tanto, ya ha demostrado valor suficiente para enfrentarse a la poderosísima mafia calabresa… JOSÉ CAVERO.

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