viernes, 18 de julio de 2014

Crimen nacionalista No gozan de buena fama, en los últimos tiempos, los nacionalistas. El caso del avión malasio derribado por un misil cuando sobrevolaba la zona Este de Ucrania, donde pelean prorusos y el Gobierno de Kiev, es muy probable que pase a encabezar los grandes crímenes nacionalistas, si se con firma que un misil de los profusos fue el causante del derribo del avión y la muerte de sus casi trescientos ocupantes, 295 exactamente. Será muy difícil que la diplomacia esconda los orígenes de crimen tan bestial, se supone que en tiempos de paz en la vieja Europa. Unas `pocas horas después de conocerse la tragedia, circulaban profusamente versiones sobre el conocimiento de los mandos rusos de lo que había sucedido, y de quién se responsabilizaba del disparo criminal contra “un pájaro Boeing 777 en vuelo comercial”…A la misma hora, los prorusos se gloriaban de disponer ya de las cajas negras del avión, y consiguientemente, de las explicaciones del certero y criminal disparo de un misil tierra aire desde suelo ucranio-proruso. No son buenos tiempos, no, para las tesis nacionalistas, para los nacionalistas exacerbados, para los nacionalistas radicales, dispuestos incluso a producir muertes con tal de humillar al adversario. Mala suerte la de los ucranios, pero peor suerte la de la aviación comercial, que has pagado la factura de los fanáticos radicales. ¿A quien debe apuntarse la factura de los trescientos muertos en el Boeing 777? Putin tendrá algo que explicar, probablemente… En nuestro país seguimos atentos a cualquier movimiento que tanga que ver, o pueda suponer algo, en el choque de trenes Govern nacionalista de Cataluña-Gobierno central. Que si se encuentran Rajoy y Mas, que si alguno de los dos debería ceder en sus posiciones… Hoy se asegura que Rajoy acepta negociar sobre la financiación de Cataluña. Pues, esa es la cuestión, y ninguna otra. “la pela” marcó el principio de la actual crisis, y la pela resolverá el conflicto. Pero Rajoy, si es así, deberá satisfacer las aspiraciones de los nacionalistas catalanes, incluso de los menos nacionalistas, y enfrentarse al resto de las Comunidades autónomas, todas las cuales, sin excepción, tienen quejas del trato de favor que viene recibiendo Cataluña en su financiación. No hay más que echar mano de las cuentas del Fondo de Liquidez Autonómica, FLA, para comprobar la generosidad del gobierno central hacia el señor Mas y adláteres, frente a, por ejemplo, la tacañería que les merece el gobierno de la comunidad de Madrid, por muy afín que sea al PP gobernante. Claro está, que Ignacio González quiere estar en las listas autonómicas a cualquier precio, y por eso está cediendo hasta lo impensable, en la comparación con el trato a Cataluña. Pero, repito, si es cierto que Rajoy muestra su deseo y acepta negociar sobre la financiación de Cataluña, estamos en el principio de la solución o del arreglo, por la sencilla razón de que, en el fondo y en la forma, no hay otro problema que la financiación del Govern de Artur Mas. Cabe recordar que todo se agrió, de repente, cuando el Gobierno central dijo a los nacionalistas catalanes que no eran tiempos para crear otro cupo y conciertos del Estado con Cataluña del tipo de los que funcionan con Euskadi y Navarra. Si esos acuerdos de dinero que Cataluña ansía se suplen por una mejoría de la fórmula autonómica, ¿qué más da? Lo difícil será que las restantes autonomías, y los medios informativos, acepten, asuman y callen, con tal de mantener la paz y la estabilidad de la nación. Lo que sucede es que la apetencia de más y más dineros será siempre insaciable. Desde siempre se ha comparado a los nacionalistas con la suerte de un chorizo: quienes disponen de cuchillo siempre estarán dispuestos a cortar un poquito más, y un poquito más, y otro pedazo… JOSÉ CAVERO

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