martes, 9 de septiembre de 2014

Lo que suceda en Escocia Parece evidente que lo que suceda en Escocia en la consulta que tendrá lugar el próximo día 18, será una circunstancia que pese sensiblemente sobre lo que puede suceder, pocos días más tarde, en Cataluña, el nueve de noviembre. Pero también lo que acontecer antes, el 11 de septiembre, pasado mañana, jueves, Díada de Cataluña y momento en el que se producirán movilizaciones de muchos miles, y probablemente algunos millones de catalanes favorables a la secesión. O sea, que de momento hay tras escenarios “públicos” y distinguibles, pero también otros cuantos escenarios en los que los políticos, politólogos y técnicos en la materia hacen su correspondiente tarea para encauzar, reencauzar o frenar los correspondientes procesos. Esos días se ha comentado el esfuerzo de Londres por anticiparse a los acontecimientos, con la promesa de más facultades y prerrogativas para el gobierno de Escocia. A su vez, Mariano Rajoy, que ha estado alejado de esas estrategias, cultivadas a su vez por el PSOE, dice que tiene listas las medidas para impedir la consulta catalana. O sea, el palo o la zanahoria. En el caso de la Cataluña española, caben varias posibilidades: o se abre el marco de colaboración y de responsabilidad de los catalanes en España, por ejemplo, mediante fórmulas federales o federalistas, o se repasa con lupa la Constitución para ver lo que puede y lo que no pueden hacer los dirigentes de una comunidad “rebelde” como Cataluña, sin olvidar el famoso artículo de la Constitución que llega a permitir la disolución de ese ente autónomo y el envío a prisión de quienes promuevan un acto contrario a las normas constitucionales vigentes. Este martes le han preguntado a Rosa Díez en Radio Nacional por su encuentro con Rajoy de hace unos días, y negó que se hubiera considerado esa hipótesis del artículo “innombrable”. No, a Rosa Díez le bastó escuchar de boca de Rajoy que ya tenía estudiadas y en perfecto orden de aplicación, si así conviniera a la cosa pública y al orden interno, las medidas que impedirán la consulta catalana. A Rosa Díez le bastó esa apreciación de Rajoy, y según parece, no quiso adentrarse ni contratar más en esa estrategia “futurible”. Está por saber si Rajoy, que simpatiza poco con Rosa Díaz, se hubiera avenido a revelarle tales planes y proyectos “de combate”. Rosa Díez tiene, ahora mismo, otra preocupación, que se llama Sosa Wagner, y que llega a crisparle tanto como Rajoy y Artur Mas… Además, que Sosa es de su propio partido, lo que añade crispación y tensión interna en la UPyD que vine decreciendo de año en año, pese a algunos bienpensantes que, desde algún medio informativo, dieron apoyo sostenido a un proyecto que a pocos termina de complacer. ¿Colaboración de Ciudadanos de Albert Rivera con la UPyD de Rosa Díaz? Es lo que ha venido proponiendo Sosa Wagner, con gran enfado de Rosa. Ahora, parece que doña Rosa, calificada en sus prácticas de caciquil y autoritaria, se aviene a asumir conductas más democráticas y transparentes. Al menos, eso insiste en proclamar… Lo que opinan y proclaman las grandes instituciones internacionales, tipo FMI, BM, OCDE, ya lo sabemos bien. Hace meses que siguen insistiendo en la conveniencia de que España cuba el IVA y baje las cotizaciones para generar empleo. Es improbable que consigan modificar una política económica, la de Montoro, con la que Rajoy está felicísimo y sumamente “realizado”. Rajoy es de los políticos que se resistirán siempre a que les muevan y modifiquen su Gabinete y sus planteamientos doctrinales. El suele decirlo, que es perfectamente previsible. Ha cambiado a Cañete en su Gobierno porque no tenía más remedio, y otro tanto sucederá con Luis de Guindos. Y luchará porque ambos tengan un sillón más que cómodo “poderoso y potente” en Bruselas, y no cualquier cosa. Y si tiene que tardar un poco más para que el acomodo se produzca a su gusto y al de su “promovido” y auspiciado, esperará… JOSÉ CAVERO

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