martes, 18 de noviembre de 2014

El plante de los fiscales El plante de los fiscales catalanes, particularmente de su jefe de filas, al fiscal general del Reino, es un acontecimiento de la mayor gravedad, dentro de todo el episodio del independentismo catalán, por dos características: primera, porque el fiscal es, por definición, jerárquico, y debe atenerse a las normas que le llegan “desde arriba”, desde el fiscal general Torres Dulce. Si éste no tiene autoridad y no es capaz de imponerla, quiere decir que algo cruje, desentona y chirría en las relaciones de jefes y subalternos en una institución, la de los defensores de la legalidad, de la primera importancia cuando se debaten cuestiones de Estado. En esta materia de los fiscales ya hubo errores colosales, como el que en su momento cometió la líder del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, que anunció al día siguiente del 9-N que la querella de los fiscales “estaba al caer”, y que iba a señalar esto y aquello… Doña Alicia metió la pata hasta una profundidad que no se explica que no haya sido ya destituida fulminantemente. Sólo faltaba que la líder de un partido determinara por donde tenían que ir las querellas del fiscal. Si los fiscales catalanes ya eran reacios a querellarse contra Artur Mas, es comprensible que la intervención de la Camacho los terminara de convencer: ni hablar… Luego, Torres Dulce dio largas: Harán la querella cuando quieran, con libertad, dijo primero, mientras ya se esperaba impacientemente ese escrito que no terminaba de llegar… . Y finalmente, el portazo de los fiscales catalanes, abiertamente contrario, y cabe suponer que bastante alineados con los catalanes que entienden que proceder a una consulta popular no tiene por qué ser delito ni delictivo. Jiménez Villarejo, del grupo de os fundadores de Podemos, e ilustre fiscal catalán, es probable que lo sepa todo de este recorrido ahora tan de actualidad, y que tenga todas las claves del porqué, cómo y hasta dónde llega la revuelta de los fiscales-defensores de la legalidad, que está siendo una especie de carga de oxígeno sensacional para Artur Mas. Pero alguien tiene que caer, en este rifirafe: El fiscal general, el fiscal de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho… ¿Quién pagará este gravísimo desliz? Y todo esto sucede cuando Rajoy se dispone a viajar a Cataluña para decir a los catalanes que se olviden de la consulta. Que si quieren, se empieza a negociar una nueva aportación del Estado a las cuentas de la Generalitat… que , al fin y la cabo, es el origen de todas las protestas catalanas. Va a resultar que Cataluña y su Govern, a la postre, ganan el pulso echado a Madrid, por la pésima reacción que se ha producido desde el gobierno central, que ha tardado en reaccionar, que no supo replicar a los planteamientos independentistas, y que ha mareado la perdiz semana tras semana porque no parecía que tuviera otra cosa que hacer que “lanzar al Tribunal Constitucional”, o lanzar a los fiscales, contra la ilegalidad de una consulta-consultilla o forma de expresión popular que se venía preparando desde hacía dos años, y de la que nunca se quisieron enterar. Rajoy, mientras tanto, da su apoyo a un monaguillo llamado Monago, como hizo en su momento con Camps, con Fabra, Mato, Sepúlveda, y tantos otros corruptos del PP de los últimos tiempos. Rajoy siempre está al lado, delante o detrás de los corruptos de su grupo, como él mismo se definió en una reacción lamentable… JOSÉ CAVERO

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