sábado, 17 de enero de 2015

Gurtel, primera parte Calculan los expertos que el juicio propiamente dicho puede “caer”, más o menos entre las dos citas electorales del año. (En realidad, habrá tres elecciones, si tenemos en cuenta las catalanas)Sería el primer juicio oral por el caso Gurtel, con un centenar de testigos, y tendría lugar allá para junio o agosto…, en plena canícula, si Ruz no se rinde. De momento, ha sido el fiscal de Anticorrupción quien ha tomado la iniciativa de revelar los contenidos esenciales del caso, y las penas que él mismo reclamará para los encausados. Nada menos que 125 años de prisión para Correa, 42 para Bárcenas, 83 par Pavlo Crespo, 45 para José Luis Izquierdo, 40 para Jesús Sepúlveda, 42 para Guillermo Ortega 46 para López Viejo, y así sucesivamente. Desde luego, no son, en ningún caso, penas leves. Ni siquiera para Sanchís o Lapuerta, 4 y 8 años. También se destaca en todos los medios que Ana Mato y el propio PP han sido considerados partícipes del gran robo a título lucrativo. Doña Ana está mencionada por lago de sobornos para mítines y viajes, y deberá devolver al Estado 28.467 euros… Una minucia al lado de los 1,84 millones que se piden a su exmarido. Bueno, ya hay un primer papel serio y con membrete de lo que se propone hacer la Audiencia con esta notable pandilla de ladrones de guante blanco, que son muchos y codiciosos, muy codiciosos. Ahora está por ver el espectáculo de cómo se sientan en el banquillo y aguantan el chaparrón de la autoridad judicial. Pero para eso habrá que esperar. Y mientras tanto, tal vez Bárcenas se canse de esperar, -él y su santísima esposa doña Rosalía, la de Astorga- y eche los pies por alto tratando de alcanzar a alguien más como responsable de todos sus males. Sin ir más lejos, siempre anunció que todas las operaciones que él hacía tenían el conocimiento y la aprobación previa del presidente y del secretario general. Ojo, don Mariano, que se le menciona con reiteración y se le apunta con el dedo… A todo esto, repito, al juez Ruz ni se le menciona en estas revelaciones de Anticorrupción, El juez sigue adelante, y contra reloj. ¿Alguien podrá dar marcha atrás y desdecirse de todo lo investigado por el juez? Parece improbable, y resultaría harto escandaloso, claro. Aunque maniobras ya ha habido, y abundantes, para apartarlo del camino y dejar quesos papeles caigan en manos de un presunto sucesor… No menos que con la juez Alaya, que ahora mismo también tiene vía libre para su ascenso, y consiguientemente, para dejar el caso ERE. Eso debiera estar prohibido. El juez que realiza una investigación, y ardua, e intensa, durante mucho tiempo, debiera tener prohibido cambiar de ocupación hasta completar el Casio y dejarlo juzgado y sentenciado. Todo lo contrario de lo que parecen desear algunos órganos, competentes, de las más altas instancias de la Judicatura patria… Y más codas, halando de juicios pendientes, observen que el nuevo pacto de Ezquerra con Mas salva nuevamente al “presunto honorable Mas” de comparecer por el caso Pujol. O, qué genios de la coincidencia, los abogados de tan ilustrísima persona. No es de extrañar que Villarejo diga que la Justicia tolera la corrupción… Mientras tanto, desde el gobierno de la nación se ataca, una y otra vez, a Mas, a quien se le reprocha que se dedica a convocar elecciones porque no sabe gobernar. Y otra que tal baila: Sonia Castedo, reciente descubrimiento de los medios, en particular de las teles . La bella ex alcaldesa niega haber beneficiado a un constructor, Enrique Ortiz. Negará lo que quiera, pero las empresas de Ortiz reciben uno de cada cinco euros que gasta el ayuntamiento de Alicante. Y desde luego, las cartas conocidas entre Ortiz y Castedo son un dechado de descaro y sucio a favor del constructor, por quien la Castedo mostró una inclinación morbosa. “Hola, bombón”, se decían el uno a la otra… Tal `para cual JOSÉ CAVERO

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