martes, 14 de abril de 2015

Derecho a discrepar Cuesta un mundo que las estructuras de los partidos asuman la capacidad de un parlamentario o militante de relieve parea discrepar y disentir de la norma impuesta desde la cúpula. Sucede en todos los partidos, por igual, y como estamos comprobando: en el PP se debate esta misma tarde el proyecto de reforma de la ley del aborto, y parece seguro que un grupo de parlamentarios se abstendrán o votarán en contra, o se ausentarán para hacer saber su discrepancia con lo que ha establecido el partido-Gobierno. Que es cosa muy distinta a la que en su día estableció Ruiz Gallardón, destituido en el ministerio de Justicia tras rechazarse su propuesta de modificar ese comprometido texto. ¿Qué le sucede al PP en esta materia? Parece que se ve entre dos fuegos: De un lado, comprueba que la sociedad ha asumido la ley del aborto vigente, y de otro lado, quiere mantener algunas de sus planteamientos antiabortistas “de siempre”, lo que le lleva a plantear reformas, incluso, como la actual, mínimas y casi diríamos que estúpidas… La edad de las eventuales abortistas y la autorización paterna para que una joven pueda o no abortar. Eso sí, el partido se niega a aceptar el derecho público a discrepar del parlamentario… Pero sucede al mismo tiempo en el PSOE que el debate interno no cesa. Si ayer el diario El País señalaba la importancia de Felipe González pidiendo el apoyo de todos al líder Pedro Sánchez, hoy el mismo diario destaca que los barones socialistas se resisten a aceptar esa posición común y prefieren esperar a lo que determine Susana Díaz. Esta, por su parte, está en los días finales previos a su investidura y al establecimiento de la nueva formación del Parlamento andaluz, y escuchar cómo se plantea reiteradamente la posibilidad de una nueva convocatoria a las urnas por las dificultades que se encuentran para la constitución de esa nueva legislatura e investidura. En el PSOE, asimismo, parece que no todos están felices con la marcha de la campaña por Madrid: Carmona y Gabilondo tienen registros distintos y escasamente coincidentes. El primero ve al segundo excesivamente “marmota” o impasible, frente al ritmo más vivo que él quisiera aportar a la campaña. En UPyD, a su vez, seguimos vientos confusión y espectáculo gratuito: Rosa Díaz y los suyos siguen resistiendo e incluso dicen saber que su militancia crece, pese a las bajas operadas en su dirección en las últimas semanas. Es la demostración de que sólo se ve lo que se quiere ver… En IU, asimismo, la confusión es profunda, tras el confuso proceso de elección de sus candidatos: primero con Podemos, y luego, sin Podemos como socio y aliado… Y en cuanto al PP, y en la misma organización electoral comprobamos cómo “la lideresa” se ve obligada a cambiar candidato a alcalde en alguna localidad de su territorio tras comprobar que la había engañado en materia de imputado por corrupción. Rajoy hizo ayer un ejercicio más de funambulismo en materia de “conflicto con Cataluña”: Participó con Artur Mas en un acto europeísta, y ambos intervinieron con mensajes cruzados y diversos, cada uno en lo suyo… Cada cual va a su bola, como ahora se dice. ¿Se encontrarán algún día y debatirán cara a cara para aproximar posturas o debatir las cuestiones a considerar? No parece sencillo, llegados ya a este punto. Por lo demás, la jornada de ayer, lunes, por lo demás, resultó especialmente negra en el ámbito literario, por la muerte de dos beneméritos escritores de larga trayectoria y producción, Gunther Grass en Alemania y Eduardo Galeano en Uruguay. Dos pérdidas irreparables, aunque su avanzada edad y estado de salud hicieran pensar que sus días en la Tierra iban a ser ya breves. Los dos personajes dejan un abultado testimonio de su compromiso político y ciudadano: No han sido ajenos, sino todo lo contrario, a los problemas de nuestro tiempo… JOSÉ CAVERO

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