Rato descendió a los infiernos Con bastante probabilidad, Rodrigo Rato está viviendo los peores días de su vida, y ha descendido en las últimas horas a los temores más profundos de que podría tener que vivir una experiencia inusitada: una estancia en alguna prisión del Estado. Sus andanzas financieras lo han conducido a una situación que nadie pudo haber previsto, aun que ya su paso por Bankia y la quiebra de este banco lo aproximaron mucho a posiciones de grave riesgo para la libertad personal. Pero ahora, a los probables delitos de Bankia se han sumado tres gravísimas sospechas que han impulsado a la Agencia tributaria a investigar a fondo todos sus papeles y sus cuentas, en las dos amplias y detenidas inspecciones que se desarrollaron en la tarde de ayer, sucesivamente, en el domicilio y en el despacho de don Rodrigo. Durante unas ocho horas, aproximadamente, los agentes tributarios revinieron y se llevaron consigo un gran caudal de información que ahora empiezan a repasar con detalle, y en la que se espera que afloren las razones por las que Rato se encuentra en el máximo nivel de desconfianza ante las autoridades, que llegan a acusarle de fraude y blanqueo de capitales. Muchos temieron, y posiblemente él mismo, que después de esa tarde tan “movida”, pasaría la noche en algunos calabozos o en alguna celda de prisión, pero finalmente, ya casi en la medianoche, era conducido nuevamente a su domicilio familiar. Hoy, naturalmente, y como ya sucediera en la tarde de ayer, Rodrigo Rato y esas andanzas probables, ocupan los espacios preferentes en la atención mediática, mezcladas con la especulaciones sobre las causas probables de sus malos pasos… En su primer titular, cuenta El País de este viernes que las investigaciones sobre quien fue primerísimo figura de la política y de la economía española, e incluso internacional, se central en el entramado de empresas familiares a cuyo frente se encontraba en los últimos años, desde la muerte de su hermano. Se cuenta también que Hacienda llevaba unos cuantos meses ya investigando los pasos económicos y fiscales de Rato, y se llega a asegurar que pudiera haber un cierto visto bueno de Rajoy a esas inspecciones de quien fue su gran rival a la hora de suceder a Aznar en la presidencia del PP y del Gobierno de la Nación. El diario El Mundo relata que Rato creó distintas empresas en diversos países a nombre de sus familiares. “Fue el orgullo y ahora es la vergüenza”, se lee en un análisis de la situación del ex todopoderoso caballero Rato. Se advierten en ABC los temores del gobierno por la eventualidad de que el caso Rato pueda pasar factura a las candidaturas del PP… Tanto en ABC como en La Razón se da cuenta de las nuevas inspecciones y registros en los aposentos de Rato, y pone de relieve La Razón el hecho de que el antiguo hombre modelo y ejemplar sea hoy víctima de todas las peores sospechas de conductas irregulares…, pese a la insistencia de Rato en proclamar su confianza en la Justicia. Ciertamente, no hay asunto que pueda competir con los que protagoniza Rato, por más que algunos de ellos sí reclamen atenciones ampliar y preocupaciones muy extendidas, como sucede con la formación del nuevo Parlamento andaluz, producida en medio del escándalo y las protestas de la mayor parte de los grupos representados en la Cámara, Particularmente, del PP, que ve reducido a una sola persona su representación en la mesa de dicho Parlamento regional, pese a disponer de seis veces más diputados que IU, que también dispondrá de un diputado representante… De todo ello se deduce de manera general, que Susana Díaz tendrá más dificultades de las que ya se le habían planteado para su propia sesión de investidura. Y que vuelve a estar en el centro de las críticas por su “concomitancia” y relación con hombres presuntamente tiznados de corrupción: el nuevo presidente de la cámara autonómico fue sancionado hace unos pocos años con multa de 60 millones por su gestión en la dirección de Caja Sur… Y mientras tanto, se le menciona de manera continua la presunta relación de Griñán y Chaves, más el añadido Zarrías, con el gran escándalo de los ERE… JOSÉ CAVERO