martes, 5 de mayo de 2015

Susana, segunda sesión La presidenta electa de Andalucía, Susana Díaz, está aprendiendo la clase de oposición que, se supone, va a tener en las próximas semanas y meses, cuando logre superar el trance de la investidura, si es que lo supera… bien, si tendrá que recurrir a una “segunda vuelta” de nuevas elecciones, que no es la que ella misma propone. De momento, Podemos, Ciudadanos, PP e IU, es decir los cuatro partidos que, con el propio PSOE, componen la nueva Cámara andaluza, se hacen rogar y elevan el precio de sus votos, todos por igual. Si acaso, los más duros resultan ser el PP, que gobierna España y que defiende la tesis de apoyar la lista más votada, e IU, que gobernó conjuntamente con el PSOE en la anterior legislatura andaluza, paradójicamente. Cada cual trata de ser más duro e incomprable que el anterior. Veremos si, finalmente, Ciudadanos y Podemos terminan asumiendo el programa en el que Susana ha incorporado sus propias peticiones para darle su apoyo… El discurso de Susana parece que había aceptado esas pretensiones de “los otros”, pero en la segunda jornada de la sesión de investidura, se ha comprobado que tendrá que ser más generosa y más comprensiva con los opositores que tendrá…, salvo que se arriesgue a tener que convocar otra vez las urnas para conseguir una mayoría más amplia, que no requiera ese tipo de complicidades a menudo mezquinas y hasta ridículas, pero legítimas. En el tablero andaluz, por otra parte, se empiezan a jugar los futuros pactos de reparto de poder autonómico, y acaso nacional, cuando toque en cada caso, el 24 de este mes, en las autonómicas y municipales, y el 15 o 23 de noviembre para las generales… Todos estamos pendientes de si resultará, a la postre, más amable y comprensivo Podemos o Ciudadanos. Porque ya se excluye que puedan ser el PP o IU. De momento, los dos disimulan sus “presuntas cesiones” o presuntas exigencias, pero se miran con el rabillo del ojo para ver quién cede o acepta lo que la futura presidenta quiera ceder… En este final de campaña, llega el dato de paro del mes de abril, que es bueno, pero perfectamente mejorable. Obre todo, tiene el tato feliz de que ya somos l7 millones los contribuyentes a la Seguridad Social, lo que permite suponer que la caja de la SS no tendrá que seguir vaciándose al ritmo que lo venía haciendo, y que el sistema de pensiones tiene una más prolongada existencia de la que llegó a temerse. Pero aún estamos con un 23 por 100 de parados, lo que sigue siendo un disparate y una barbaridad, por mucho que los populares lancen las campanas al vuelo. Después de todo, algunas campanas es razonable que lancen, ya que en otros campos siguen dando la campanada de la corrupción. Es el caso del partido en Valencia, que bate récords de abuso y rapiñas sin cuento. Precisamente, Rajoy ha visitado Valencia cuando todavía está sin sustanciar el caso Rus, prototipo del caradura más comprobado y más audaz, del tipo de la alcaldesa de Alicante, otro caso extremo. El PP tiene que renovarse por completo en Valencia, y sobre todo, o previamente, tendrá que purgar por los excesos cometidos durante tanto tiempo y con tanta impunidad: Camps, Cotino, Fabra el del aeropuerto alicantino, y tantos otros, pasan ahora la factura al elector… Esperanza Aguirre está bailando chotis y cantando en inglés con tal de resultar simpática y atraerse algunos votos. Pero tiene que superar su propia biografía: la dama que no llegaba a fin de mes porque tiene en casa con techos muy altos y gasta mucha calefacción, la dama que promocionó a Ignacio González, Granados, los alcaldes de Pozuelo, Boadilla, el tren de la periferia madrileña, los hospitales vacíos o semiprivatizados, la fallida Ciudad de la Justicia, la desgraciada campaña contra los agentes de movilidad, su desafortunado episodio de desprecio a la autoridad cuando paró a un cajero para sacar dinero en plena Gran Vía madrileña… ¿Esta señora quiere ser alcaldesa? ¡Venga ya…! JOSÉ CAVERO

No hay comentarios: