LA MAXIMA RIVALIDAD.- Ni el presidente del Gobierno se ha visto al mkargen de la gran rivalidad deportiva de Barsa-Madrid, que esta tarde de sábado se dearrolla en el Camp Nou de Barcelona. Que gane el mejor, ha dicho el político culé… Otros han sido mucho menos diplomáticos, claro, y por qué no: Serrat ha dicho que el Barsa debiera ganar en todo caso, y aunque fuera por un penalti injusto en el último minuto… El Madrid ha llegado a la Ciudad Condal bajo de pilas y de méritos, y más necesitado que nunca de ganar a su enorme rival.
LOS CUATRO PROBLEMAS DE ZAPATERO.-Los españoles suelen, o solemos, poner en orden de prioridad a nuestros problemas en las encuestas del CIS, cuando proclaman que “a los españoles preocupa, en primer lugar, el paro, o el terrorismo, o la inmigración, o los efectos de la crisis, o cualquier otra materia… En ocasiones, se modifica el orden de los problemas pendientes. Pues bien, Zapatero ha hecho su propia preferencia de materias a resolver: la salida de la crisis, el terrorismo, la presidencia de la UE de 2010 y en cuarto lugar la financiación autonómica. No es el orden que algunos hubieran preferido, pero es el que tiene Zapatero para sí y para su Gobierno. Es muy probable que algunos de estos problemas los haya cedido en buena medida a algunos colaboradores –Solbes, Rubalcaba, Moratinos…-, y que otros los prefiera conducir él personalmente. El de la financiación autonómica es de los encargados a Solbes y Vegara, pero de los que Zapatero tiene muy puntual noticia: José Montilla y otros compañeros del PS catalán suelen recordarle a menudo que esa es una cuestión pendiente y apremiante.
TODOS APREMIAN.- Al PSC le apremia el Estatut, todavía en trámite del TC, y le apremian los restantes políticos catalanes, que han convertido la financiación en el primero y más destacado de los asuntos políticos y económicos de los catalanes. Pues bien, estas presiones son incesantes, y muy a menudo expresan la impaciencia de esos dirigentes políticos. Montilla o Artur Mas, pero también el conseller Castells, este último de manera algo destemplada y nerviosa últimamente, porque no ve suficientemente reflejadas sus aspiraciones de recibir más dinero del Estado, han llamado la atención a Zapatero sobre los retrasos que lleva ya acumulados esta cuestión, aunque menores, y ya muy clamorosos y escandalosos, a los de la propia tramitación del Estatut en el TC.
PRESIONES DEL PSC.- Pues bien, a estas presiones no escapan los socialistas catalanes del PSC que se integran en el Grupo parlamentario socialista. Castells, y probablemente Montilla, hubieran deseado que este grupo de 25 diputados ejerciera aún mayor presión, incluso amenazando con no dar su apoyo a los presupuestos generales del Estado que, devueltos por el Senado, están a punto de superar su último trámite en el Congreso. Zapatero insiste en que ese acuerdo de financiación está próximo, pero se niega a ponerse fecha tope, como ya hizo en ocasiones anteriores. No descarta que pueda estar cerrado antes de fin de año, pero no quiere pillarse los dedos de nuevo con un compromiso de difícil ejecución. Y prefiere recordar que esa financiación en debate habrá de mejorar para todas y cada una de las CCAA, y no solamente para la catalana, por sensible que esta comunidad esté siendo a estas “pelas”. Si se tienen en cuenta las aspiraciones de algunos dirigentes catalanes, es evidente que ni siquiera todo el dinero que se dedique a aumentar este capítulo de gastos del Estado llegarían a satisfacer mínimamente las apetencias de los dirigentes catalanes del PSC o de CiU…
DOS AÑOS DE MORATORIA.- No hay duda de que la crisis ha traído consigo la reiteración del término moratoria. Todos somos mucho más morosos que el año pasado, y todos seremos más morosos el año que viene, si las cosas no mejoran rápidamente…
Pues bien, atendiendo a ese clima de morosidad reinante y creciente, el gobierno ha decidido modificar la ley de sociedades anónimas para eliminar o posponer uno de los sujpuestos de disolución de empresas: la disminución del patrimonio. En adelante, las sociedades tendrán dos años e moratoria para reflejar la depresión de sus activos en su balance, en lugar de los dos meses que hasta el momento venía exigiendo la norma corregida.
Dos años de depreciación de activos es lo que se supone que deberán sufrir y superar no pocas empresas ahora sometidas a la “prueba de la crisis”.
Morosos, morosidad, moratorias… La cuestión es demorar y sobrevivir.
JOSÉ CAVERO
sábado, 13 de diciembre de 2008
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