miércoles, 8 de abril de 2009

CONSIDERACIONES DE LOS NUEVOS MINISTROS, CÓMO SE ANUNCIÓ EL AJUSTE, LAS TAREAS DE ZAPATERO, NO HABRÁ CIEN DÍAS DE INDULGENCIA, EL CASO BUSCHI

CONSIDERACIONES ANTES DE ACTUAR.- A partir del anuncio efectuado a primera hora de la tarde de ayer por Zapatero de su muy renovado Gobierno, e incluso antes, daban comienzo las interminables consideraciones pertinentes o impertinentes a la que dan ocasión los cambios. A unos les gusta, y otros ya han expresado la abominación, repulsa y desagrado que les origina la recomposición. Parece evidente que “nunca llueve a gusto de todos”, y muchos menos en tiempo de exigencia como son éstos de la crisis económica que a todos afecta, en algunos casos hasta extremos heroicos. A lo largo de la mañana de este miércoles santo, los nuevos ministros, al tomar posesión de sus cargos, han expresado sus propósitos y buenas intenciones. Sin duda, el momento más emotivo y que más expectación despertaba, era la sucesión de Pedro Solbes, quien venía a dar fin a sus más de cuarenta años de vida pública, como funcionario siempre ejemplar sobre quien muy a menudo han recaído importantes responsabilidades.

QUEDA MUCHO POR HACER.- Queda mucho por hacer, ha sido la reflexión última de Pedro Solbes, sucedido por una mujer que también tiene ya larga trayectoria de servicios al Estado, pero a quien no se atribuye, como a su antecesor, la condición de “profesor” y “maestro” poco discutible en la dirección de la economía. Elena Salgado merece atenciones amplias, bien es cierto, por su dureza, su exigencia, sus dotes de organización y mando, pero deberá demostrar que se impregna pronto de las exigencias que le impone su nueva condición y el tiempo para el que ha sido designada. Probablemente le ha correspondido la tarea más difícil, y ni siquiera tendrá el beneficio de la duda por parte de quienes ya de antemano habían suspendido a este “nuevo Gobierno”, no precisamente “de penenes”, sino de políticos muchas veces muy curtidos en sus tareas anteriores: Los veinte años de Chaves en la presidencia de Andalucía, la resistencia del “látigo” José Blanco, el “rector de rectores” que ha sido Gabilondo... , por lo menos se supone que aportan abundante experiencia y capacidad de encaje en tiempos severos.
Pues bien, después de esas primeras manifestaciones de intenciones, este gobierno renovado deberá dar imagen, sensación y efectos de que funciona y hace cosas, algo que no siempre consiguieron los anteriores ocupantes de carteras ministeriales.

TAREAS PARA CADA CUAL.- Por ejemplo, y empezando por Gabilondo, no se le ha escapado, en su primera intervención ministerial, que “ya le quema” el “asunto Bolonia”, que tiene enardecidos a muchos universitarios de ahora y de los años siguientes. El exrector conoce bien esta materia, y deberá exp0licarnos a todos lo que supone y lo que algunos intentan convencernos que también supone... A González Sinde no debiera resultarle demasiado difícil mejorar a un César Antonio Molina de quien nadie llegó a saber qué ocupaciones desempeñaba, y que posiblemente pasó por el Gobierno “sin romperlo ni mancharlo”. De Trinidad Jiménez también se espera que ponga en marcha la que se nos anunció como “ley decisiva” y pilar del estado de bienestar”, la Ley de Dependencia. Todos reconocimos en Bernat Soria a un “sabio”, pero no llegamos a ver la eficacia de su gestión. José Blanco también hace un cambio trascendente en su vida: de flagelar al adversario pasa a gestionar la cartera se las infraestructuras, que a no pocos antecesores ha enterrado en vida, incapaces de controlar un “ministerio tan grande” y con tan numerosas y variadas competencias... ¿Será capaz Chaves de coordinar las autonomías y de cerrar el episodio carísimo de su financiación, particularmente en Cataluña? Como se ve, a ninguno ha de faltarles tarea, yen particular a Elena Salgado, la nueva vicepresidenta segunda, que deberá suponer un cambio sustancial con relación a su “maestro antecesor”.
No lo tienen fácil, pero tampoco llegan “para situaciones de estreno”. Su amplia experiencia anterior los avala y debiera garantizar su eficacia.

CRÓNICA DEL REAJUSTE DEL MARTES SANTO.- Finalmente, al mediodía se anunciaba que se había convocado rueda de prensa en la Moncloa para las 13,15 de este martes “santo”, que habían sido abundante en rumores sobre la remodelación o reajuste del gobierno. A esa hora del mediodía, ya se tenía noticia de que el jefe del Gobierno había despachado, o despachaba aún, con el jefe del Estado en el Palacio de la Zarzuela, se suponía que para anticipar al Rey lo que contaría poco más tarde a los medios informativos. Y desde ese momento, empezaban a filtrarse los probables o acaso seguros nombramientos, el primero de los cuales era el del rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Ángel Gabilondo, como nuevo ministro de Educación. Había sido una especulación que lanzaba esa misma mañana el diario La Razón, al referirse a la eventualidad de unificar las carteras de Educación y Cultura. En el mismo diario se daba alguna otra pista de esta remodelación “urgente”: posiblemente algunos de los ministros cesantes -Magdalena Álvarez, Mercedes Cabrera, César Antonio Molina, tal vez Beatriz Corredor...-, pudieran aprovechar la oportunidad de la fecha para situarse en las listas de candidatos a las elecciones al Parlamento Europeo, ahora mismo ya en avanzada elaboración...

UN REAJUSTE AMPLIO.- En todo caso, el nombre de Gabilondo venía a confirmar la otra sospecha de esta crisis: que, contrariamente a los rumores iniciales, del domingo o lunes, no se iba a reducir al cambio de cinco integrantes del Gobierno: dos nuevos, Chaves y Blanco, dos salientes, Solbes y Magdalena Alvarez, y algún ajuste más para redondear y rellenar los huecos que surgieran, por ejemplo, Elena Salgado, la nueva “mujer fuerte-fortísima” al frente de la cartera de Finanzas. Otro nombre aparecía inmediatamente: con Chaves aterrizaría en el Gobierno central su “segundo de siempre”, Zarrías: El vicepresidente primero y consejero de la Presidencia andaluza, Gaspar Zarrías, abandonará la Junta de Andalucía para ocupar una Secretaría de Estado en la Vicepresidencia del Ejecutivo central que, previsiblemente, ocupará Manuel Chaves en la remodelación del Gobierno.
Otro segundo nombre de nueva ministra, ya anticipado en torno a la una, era el de la también andaluza Trinidad Jiménez, hasta ahora secretaria de Estado para Iberoamérica, para la cartera de Sanidad y Política Social. Otra sorpresa, sin duda, y nueva demostración de que el gobierno “echaba mano”, preferentemente, de los nombres más cotizados del partido. Pero sorprendía, sobre todo, su destino, Sanidad, y no Exteriores, su especialidad, lo que venía a confirmar el buen momento de Moratinos, seguro en su cargo... Gabilondo, Trinidad Jiménez, Chaves con Zarrías..., y los correspondientes cesantes. La crisis tomaba dimensiones no previstas.

LAS HORAS PREVIAS.- Había revelaba esta misma mañana el diputado Ramón Jáuregui que la dirección del PSOE había recibido la tarde-noche del domingo la consigna de guardar silencio sobre la filtración del ajuste que ya se había divulgado, y que casi todos atribuían a Chaves o alguno de sus colaboradores.
El presidente Zapatero había regresado a España, desde la II Cumbre de la Alianza de Civilizaciones, en Estambul, con tiempo suficiente, pero justo, para hacer efectiva una crisis de Gobierno que supuestamente planea desde hace semanas: Apenas levantarse, esta mañana, Zapatero comunicaba las destituciones y nombramientos a los ministros afectados. A continuación, el jefe del Ejecutivo se trasladaba al Palacio de La Zarzuela para informar de su decisión al Jefe del Estado. No se podía perder un minuto, porque los nuevos titulares tendrían que jurar el cargo de manera inmediata para poder participar en el Consejo de Ministros convocado para este miércoles, el primero que se celebra el miércoles de Semana Santa en mucho tiempo. Concretamente, desde 1991. Luego, sí, vacaciones. Y análisis y comprobación del reto presidencial: “A ver si aciertan” las especulaciones sobre el alcance de la remodelación...
Ciertamente, el Gobierno así “reajustado” tenía dos grandes claves: el nuevo responsable de Finanzas-crisis económica, y los fichajes de relevantes personajes y altos cargos del PSOE, su presidente nacional, Manuel Chaves, su vicesecretario José Blanco, y la ascendida Trinidad Jiménez, ministrable desde hacía años. El PSOE, más que nunca, gobernaba y se hacía una piña contra eventuales adversarios y ante las pruebas siguientes: la crisis misma, las elecciones europeas de junio, y el semestre europeo de presidencia española, esencialmente.

LOS SEIS NOMBRES DE LA CRISIS.- Finalmente, poco después de la hora prometida, 13,20 horas, el propio presidente Rodríguez Zapatero hacía público el contenido global de la remodelación que había anunciado al Rey:
Elena Salgado, vicepresidenta segunda y mtra de Economía y Hacienda
Manuel Chaves, vicepresidente tercero y ministro de cooperación interterritorial
José Blanco, ministro de Fomentto
Angel Gabilondo, ministro de Educación, en el que se integra la secretaria de estado de Universidades e Investigación
El Consejo de Deportes pasa a depender del presidente del gobierno
Angeles González Sinde, nueva ministra de Cultura
Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad y Políticas Sociales
Y finalmente, la arenga y explicaciones del presidente, que señalaba que todos estos cambios están ligados a la evolución del contexto político y económico, y que aspiran a ser nuevo impulso y mayor fortaleza para la etapa que ahora se inicia, que tendrá un momento importante en el segundo semestre con la presidencia española de la UE. La lucha contra la crisis, recordó también Zapatero, se encuentra en fase decisiva, y que el Gobierno ha tomado decisiones de gran trascendencia, destinando recursos públicos de más del 2 por 100 del PIB. A Elena Salgado corresponderá el desarrollo integral de la política con grandes dosis de iniciativa y de diálogo. De igual modo, valoró las tareas de los restantes ministros: Chaves, Blanco, Gabilondo, González Sinde, Trinidad Jiménez... Palabras de agradecimiento a los ministrso que dejan de serlo, con palabras especialmente amables y de gratitud dirigidas a Pedro Solbes. Y más de trámite Magdalena, Bernat Soria y Cabrera.
Contra reloj, Zapatero iniciaba una nueva etapa con una remodelación bastante más profunda de lo previsto inicialmente.

CIEN DÍAS DE INDULGENCIA.-Nadie va a dar cien días de indulgencia y de permiso vacacional a los nuevos ministros, ni mucho menos. Todos vienen enseñados, y a ninguno de ellos se fuerza a ocupar una cartera ministerial, que era una condición que parecía pesar sobremanera en Solbes. Nadie está obligado a ser ministro, pero todos tenemos derecho a que cada uno de los miembros del gobierno dé de sí todo lo posible, y que ya se conoce, con bastante aproximación, por su trayectoria anterior. Todos han podido decir que no, que se pasara de ellos ese cáliz de amarguras que viene a ser, a la postre, una cartera ministerial, mucho más ácida que dulce.
Lo de los “cien días de indulgencia” para los nuevos Gobiernos hace tiempo que pasó a la historia. Ayer mismo, y antes de que Zapatero terminara de explicar los propósitos de su recompuesto equipo, ya estaba “poniéndolo a escurrir” el líder de la Oposición, Mariano Rajoy. O sea, que no llegó a tener un solo minuto de tregua ni de dejar a ver lo que saben hacer. El país tiene prisa en comprobar lo que este recompuesto gobierno sabe hacer. Y la oposición tiene más prisa todavía por tener la oportunidad de sucederle en el mando. ¿Al precio que sea, al mayor precio, “cuando peor mejor”? A menudo da la impresión de que así es... Y eso también puede restar puntos a la acción impagable de los opositores.

JUECES, POLICIAS, GUARDIAS CIVILES O FISCALES.- Desde que se supo que el individuo que aterrorizó a José Luis Moreno en su casa se había fugado, era previsible pensar en la alarma social que se iba a producir, y en que se organizaba “un gran follón”. Y en ello estamos: jueces, policías y guardias civiles se intercambian ya desde hace unos días la acusación sobre la responsabilidad de que se permitiera esa fuga después de que Buschi declarara ante el juez de Alcobendas. El juez lo dejó libre de culpa... en el asunto del que acababa de juzgarlo, pero no de todos los casos que se acumulan contra Buschi.

EL CASO BUSCHI.- Pues bien, ahora, al intercambio de acusaciones efectuadas por jueces y policías, se acaba de añadir la portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gabriela Bravo, quien defiende al juez de Alcobendas, ante el que compareció Astrit Buschi, argumentando que "no necesitaba saber qué tipo de delincuente" tenía delante para adoptar la resolución de la causa que está conociendo. "Él no puede decidir en base a otro procedimiento sino a los indicios que hay en esa causa", asegura la portavoz del órgano de gobierno de los jueces, para insistir en que la responsabilidad del juez se limita a conocer "las circunstancias y los indicios" respecto al procedimiento abierto. Además, añadió que son la acusación particular o el Ministerio Fiscal los encargados de solicitar la prisión provisional del acusado, y no lo hicieron en este caso. "Después de la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el juez de oficio no puede acordar una prisión provisional. Tiene que ser la acusación particular, o el Ministerio Fiscal, quien en la comparecencia la tiene que solicitar", explicó. Y recordó que el protocolo normal de actuación establece que, cuando un preso acude a un juzgado, con independencia de la resolución que su titular adopte, debe volver al centro penitenciario. "En el caso de que el juez decida otorgar libertar provisional al condenado por la causa que está conociendo, esa libertad se debe ejecutar en el centro penitenciario", alegó Bravo, quien argumentó que el juez "no sabe exactamente" si tiene alguna otra causa pendiente por la cual debe continuar preso. Por lo tanto, remarcó la portavoz del CGPJ, será en la cárcel donde se compruebe que el acusado no tiene otra causa pendiente.

INVESTIGACIÓN ABIERTA.- En relación con la investigación abierta por el CGPJ para esclarecer los hechos, Gabriela Bravo indicó que las labores de inspección para elaborar un informe se extenderán a lo largo de un mes, y una vez realizado este documento, la comisión disciplinaria establecerá si incoa diligencias informativas, directamente un expediente, o si estima que no hay responsabilidad disciplinaria y la actuación del juez se ha desarrollado conforme a los parámetros legales. En este caso, archivaría la investigación. "Trataremos de dilucidar si hay alguna posibilidad de concretar alguna cuestión por parte del órgano jurisdiccional que pudiera derivar en responsabilidad disciplinaria. Si no es así y se pudiera desprender de los hechos la posible comisión de un delito, se derivaría a los órganos jurisdiccionales competentes", señaló. Finalmente, concluyó que el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Francisco José Vieira, comparecerá en las próximas horas en la sede del Consejo para aportar un dato más en la investigación que está realizando.
Todo permite suponer que tenemos “Caso Buschi” para rato. Salvo que la policía tuviera el acierto y la suerte de proceder nuevamente a su detención en los próximos días, algo que, lamentablemente, no parece demasiado probable...
JOSÉ CAVERO

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