jueves, 16 de junio de 2011

EL ASEDIO AL PARLAMENT DE CATALUÑA MARCA UNA COTA MÁXIMA DE VIOLENCIA

LA INDIGNACIÓN CONTRA LOS “INDIGNADOS ANTISISTEMA”
Para este jueves corresponde la crónica y os comentarios previsibles tras los episodios que se produjeron el miércoles en las proximidades del Parlament de Cataluña, cuando un grupo numeroso de personas trató de impedir el acceso de los parlamentarios a sus escaños para debatir y aprobar los presupuestos de los Generalitat del año en curso, los presupuestos del gran recorte del gasto. Estaba cantado y era del todo previsible que se produjeran incidentes y las crónicas de este día abundan en comentar “la indignidad de los indignados”, la “indignación contra los indignados”, o de la diferencia entre ser “indignado” y comportarse indignamente... Lo cierto es que unos ochenta diputados parlamentarios catalanes hubieron de recibir ayuda para recibir a la Cámara. Los indignados pasaban a ser denominados y considerados violentos, o “elementos antisistema” Y no era fácil pasar por alto la consideración de que no existe un episodio de asedio a una Cámara legislativa como éste, con excepción del “tejerazo” que procedió a la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo en el Congreso de los Diputados. En este caso, las presiones exteriores no impidieron que los presupuest0s catalanes superaran el primer escollo y Artur Mas lograra tramitar las cuentas que consagrarán el tijeretazo del diez por ciento en los gastos de su Govern, un recorte del gasto sin precedentes en sanidad, educación y bienestar social. Pero este asedio al Parlament había tenido precedentes en otros ataques a ceremonias de tomas de posesión de nuevas asambleas regionales o municipales. Pero el que se produjo en la jornada de este miércoles en Barcelona ha rebasado todos los límites y ha activado todas las alar4mas. Los medios informativos escritos no disimulan su alarma: asalto a la democracia; los antisistema secuestran el Parlament y agreden a los diputados: los partidos condenan la violencia mientras se extiende la preocupación... Y las advertebncias de que “el fenómeno indignado” podría acabar de manera abrupta y con pésima opini´çon pública: “Los indignados corren el riesgo de empezar a perder la batalla de la comunicación”, se lee en El País. Por si fuera poco, al episodio barcelonés se añadía otro que tenía a Cayo Lara como protagonista de relieve. El dirigente de Izquierda Unida acudió a una movilización que se había producido contra un desahucio en Madrid. Y los indignados no lo aceptaron como “suyo”, y lo increparon
Se da la circunstancia de que mientras unos atacan con severidad el movimiento de los indignados, otros se esfuerzan en deslindar a los indinados de los “elementos” más o menos antisistema, o “borrokas” que participaron en el episodio barcelonés Muchos de los propios “indignados del 15-M” han querido desligarse y marcar diferencias con quienes emplearon la violencia para cumplir su propósito de paralizar la actividad de la Cámara autonómica barcelonesa. Algo parecido se ha producido con el acoso al que fue sometido el alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, por parte de un grupo de “indignados” con los planes de recortes de actuaciones musicales en las fiestas madrileñas “del Orgullo”. El propio Ruiz Gallar´don ha pasado a convertirse en enemigo públkico número uno contra el movimiento del 15-M, en el que también milita su compañera Esperanza Aguirre: Gallardón exige poner fin y pronto a la deriva del 15-M. También se han mostrado extraordinariamente severos con estos brotes violentos de indignados, o de “presuntos indignados”, tanto José Bono, como Ramón Jáuregui o Mariano Rajoy. Ha faltado, probablemente, y no es descartable que se produzca, en las próximas horas o en la ocasión propicia, una manifestación en el mismo sentido del presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. .Lo cierto es que empieza a predominar la idea que este mismo jueves divulgar el diario ABC: El 15-M degenera la democracia; los indignados, divididos y a la deriva tras un mes de protestas, se quedan sin razones y sólo crecen en agresividad”. Es decir, de poco vale que “los auténticos indignados” se esfuercen en desmarcarse de la violencia minoritaria de quienes se han unido al grupo de “enrabiados”. Nadie duda de que el ataque más grave a un Parlamento desde el golpe del 23-F reclama la condena unánime, en el episodio que desde La Razón se ha descrito como “democracia zarandeada”, si bien aprovechja la ocasión para arremeter contra el ministro Rubalcaba, que ha sido bastante ajeno a las actuaciones policiales en Cataluña por ser competencia exclusiva de la Generalitat y del Govern. Rubalcaba, cabe recordar, ofreció el miércoles al conseller Felip Puig, reforzar sus efectivos para afrontar una situación complicada.
Tras los episodios de Barcelona o Madrid, en el “menú” de este jueves aparece otra cita ante las Corts valencianas, con ocasión de la toma de posesión para su nuevo mandato, del president Frances Camps. Cabe suponer que en Valencia se habrá tomado nota de lo sucedido en Barcelona y de los efectos catastróficos que estos episodios han tenido en la imagen, inicialmente pacífica y tranquila, del movimiento de los llamados “indignados” por una democracia que, en su opinión, no funciona como debiera...

No hay comentarios: