sábado, 30 de julio de 2011

DESPEDIDAS INCLEMENTES AL ZAPATERO QUE SE VA

COMIENZA OTRO CAPÍTULO EN LA HISTORIA PATRIA
Hay varios Zapatero, en el relato de su vida pública. El anterior a su etapa presidencial es uno de ellos, que pocos conocen y a los que pocos ha interesado. Luego, el Zapatero de la primera y el Zapoatero de su segunda legislatura, que tienen poco que ver. El primero, fue el del éxito indiscutible, que rebajó al siete por ciento la tasa de parados, mientras España crecía a tasas del cuatro por ciento. El de la segunda legislatura es radicalnmente distinto, con sus récords de paro y decrecimiento. Como repetidamente se dijo de Aznar, tambuién a Zapatero "le sobró" la segunda parte de esa doble legislatura de ocho años. Hasta el punto de que le habrá faltado un trimestre para completar los ocho años "reglamentarios" o constitucionales, que se esforzó en cumplir. Pero, desde que, en plena campaña electoral del 2008, apareció en lontananza la crisis económica internacional, la más grave crisis económica conocida, bien puede afirmarse que Zapatero quedó "a su disposición", siempre con algunas más o menos leves resistencias. Primero, resistiéndose a creer que la crisis fuera algo más que un enfriamiento pasajero de la marcha de la economía, y al final, temeroso de ver que los llamados "mercados", la oposición y las agencias de calificación se llevaran por delante cualqueir buen recuerdo de los tiempos mejores...
Esta leguslatura final de algo más de tres años ha estado caracterizada por dos actitudes: desde el Gobierno, obediencia a los "mandatos" y recomendaciones de la UE y del FMI. Desde la oposición del PP, seguimiento de la estrategia de "la gran pasividad", en la creencia de que la crisis, sin el menor esfuerzo propio, conduciría inevitablemente a Mariano Rajoy al palacete de la Moncloa. Rajoy y sus acólitos, entre tanto, reclamaban día tras día anticipo electoral y descalificaban cualqueir medida que sus propios colegas de la Unión Europea adoptaban en sus correspondientes países. La pasividad y el juego a la contra de Rajoy y su PP llegó a crispar, muy a menudo, a un Zapatero fuera de sí, sólo confiado en que la ciudadanía apreciara las dos actitudes de los cortrespondientes grandes partidos. Y siempre creyendo que la crisis remitiría algún día, y que los años 2010 y 2011 permitieran vislumbrar tiempos más felices y de resultados comprobables. ero la salida de la crisis y la recuperación se retrasó y Zapatero empezó a comprobar que no le bastarían el tiempo total de la legislatura. De ahí que, finalmente, impulsara un sucesor y se dejara llevar y asumiera como propio el estribillo de "elecciones cuanto antes, en beneficio de España".
La convocatoria ya tiene fecha, y varias portadas de diarios hablan de "elecciones generalísimas", porque Zapatero acepta hacerse el harakiri final precisamente el día que murió Franco. Zapatero había llegado a ser "el monstruoso origen de la crisis"y no su combatiente supremo yupermanente, muy a menudo en solitario. Su calvario, sin embargo, aún no ha terminado del todo. Los resúmenes de su ejecutoria, es seguro que tardarán en hacerle la debida justicia, o no la harán nunca. Ya se ha labrado el epitario "el peor presidente de todos los tiempos", como Aznar aspiró a ser recordado como "el mejor". Ni tanto ni tan calvo. Siempre hay claroscuros ymatrices en el blanco y en el negro.
Y, después de todo, está iniciándose un nuevo capítulo de una historia de promesas, compromisos, recuerdos y urnas. Hace bien Rajoy en tratar de ignorar públicamente a su nuevo rival, Rubalcaba, convertido en peligroso enemigo desde el primer día. Rubnalcaba tiene muchas menos reservas mentales y le tendrá menor respeto del que le tuvo Zapatero. La campaña será mucho más amena...

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