LAS ESPELUZNANTE HISTORIA DE UN ILUMINADO ANTIIZQUIERDISTA
Repentinamente, Noruega y los noruegos, su capital, Oslo, y la isla de
Utoya, han exigido su lugar en el espacio mundial, por causa del
doble atentado que llevó a cabo un individuo cuya razón tratan de
desenredar policías, políticos y psiquiatras. Este "caballero
templario", como se ha definito el múltiple asesino de tal vez hasta
un centenar de personas, se llama Anders Behring Breivik, rubio y
probablemente atractivo elemento, de 32 años, y con un perfil
ideológico definido por la policía como fundamentalista cristiano, y
un ultraderechista que, tras una fachada educada, oocultaba a un
delirante y rabioso antiizquierdista y islamófono, a quien gustaba de
ataviadrse con indumentaria propia de la masonería. Habrá quedado para
la historia, antes de entrar en prisión para mucho tiempo, uno un
pretendido "redentor" de Noruega y de Europa., cuyos crímenes, según
él mismo ha declarado, fueron atroces y necesarios. Atroces, por
supuesto. Y del todo innecesarios, y expresivos de su enloquecido
ritual. Odiaba al Islam y la izquierda, y soñaba con ser un templario.
Y en un largo escrito remitido a Internet, explica que llevaba
preparando la matanza desde hacía dos años, aunque era consciente de
que esa "hazaña" le convertiría en un monstruo. Anders Behring Breivik
ha confesado a la policía noruega que actuó en solitario en los dos
atentados, en Oslo y en la isla de Utoya. El número de víctimas
facilitado este domingo por la policía es de 92 muertos (85 de ellos
en la isla), 97 heridos y varios desaparecidos.Se cree que hay cuatro
o seis jóvenes que pudieran haber perecido en el mar, al tratar de
huir del infierno en que se convitió el islote de Utoya. Pese a su
confesión, los investigadores siguen manejando la posibilidad de que
en la matanza participara alguna persona más. Luego, han tarscendido
algunas actitudes expresadas ante sus interrogadores de la policía:
"Ha admitido los hechos, tanto la bomba como el tiroteo, pero no
admite su responsabilidad penal", ha dicho el jefe en funciones de la
Policía de Oslo, Sveinung Sponheim. "Debéis morir, debéis morir
todos", dijo a los adolescentes de las Juventudes Socialistas reunidos
en Utoya, en un campamento de verano para jóvenes políticos. La
Policía aún debe comprobar todo lo que ha declarado el asesino
confeso, después de que algunos de los testigos del tiroteo en la isla
sostengan que no están seguros de que hubiera uno o más
francotiradores.En todo caso, lo preocupante del caso es la visión del
mundo de Breivik, que se funda, según su propio testimonio y otros
múltiples indicios, en la islamofobia y el racismo. Breivik publicó un
manifiesto de 1.500 páginas publicado en Internet. También es autor de
un vídeo de 12 minutos, ya retirado del portal YouTube, en el que
ilustra la historia de los templarios y denuncia una supuesta invasión
de Europa por parte de creyentes musulmanes. La policía de Oslo no ha
querido comentar si otro documento, presuntamente escrito por Breivik
y titulado 2082, una declaración de independencia europea, fue una de
las pruebas encontradas por los agentes durante su registro de la
granja del detenido. Hay más pruebas de sus enloquecidas teorías: En
el vídeo denuncia una serie de amenazas contra los musulmanes y contra
lo que se describe como "élites multiculturalistas de Europa", que se
habrían negado a "transferir el poder" a la "revolución conservadora".
Así que, amenaza, "la carnicería que se avecina" hará que la II Guerra
Mundial "parezca un picnic". Este "caballero templario", como se
define, termina poniendo una fecha para lo que considera que será la
"última aportación" escrita: un par de horas antes de que detonara la
bomba que destrozó el centro de Oslo. Según parece, el abogado de
Breivik, Geir Lippestad, también dio credibilidad a estas
publicaciones. Cree saber la policía que Breivik detonó la bomba de
Oslo para asesinar conciudadanos y atacar al Gobierno, pero, sobre
todo, como maniobra de distracción para ejecutar al mayor número
posible de 700 adolescentes convocados a Utoya por el Partido
Laborista. Primero les reunió -"acercaros tengo información
importante", les dijo- y luego tuvo 90 minutos para recrearse en la
matanza. "Este es vuestro último día, os voy a matar a todos, hijos
del diablo", gritó. "Los mataba como a perros", contaba temblando
Edvard Fornes, de 16 años, uno de los supervivientes de la masacre,
acogido junto con otros en el pueblo situado frente a la isla del
horror. Describe El País la cara del muchacho al explicar el espanto
del que fue testigo, y se corresponde bien con el aparente estado de
Noruega. Con los brazos caídos, la mirada hundida, apenas expresaba
otra cosa que absoluto pasmo. El chico no vio más que a un pistolero y
no le cabe duda de que el tipo que le apuntó con un rifle es el mismo
cuya foto ha publicado la policía: Anders Behring Breivik. "Solo que
ahora lleva el pelo mucho más corto", comentó. Edvard salvó su vida
cruzando a nado los 700 metros que separan Utoya de tierra firme. Tuvo
suerte, porque el agua está muy fría y el asesino siguió disparando
sobre los muchachos que huían a nado. Fornes no sabe aún cuántos
compañeros ha perdido en la tragedia. En cuanto al pistolero, fue
detenido el mismo viernes y confesó que había estado en Utoya y que
había disparado. Su abogado, Geir Lippestad, declaró en varios medios
noruegos, que su cliente creía que sus acciones eran "atroces" pero
"necesarias". En cuanto a los motivos que alega, se sabe que mantenía
contactos con grupos de ultraderecha noruegos, y que disfrutaba de una
licencia de armas para pistolas y rifles automáticos. Se disfrazó con
un uniforme de policía para perpetrar la matanza en Utoya. Breivik
tiene una pequeña empresa agrícola para la cual se cree que pudo
comprar el fertilizante artificial, seiscientos kilos, del que
probablemente se sirvió para fabricar la bomba de Oslo y los
artefactos que se han encontrado en la isla de Utoya.Cree saberse que
la policía lo redujo mediante gases lacrimógenos que lanzó desde el
aire, cuando aún disparaba contrra los jóvenes. Otras fuentes indican
que él mismo dio por terminada la faena y se entregó voluntariamente a
las fuezas del orden. Este domingo se ha desarrollado la misa por las
víctimas del espeluzante asesinato. En ella intervino el primer
ministro noruego, Jens Stoltenberg, quien habló de "tragedia nacional"
y de algo nunca visto desde la II Guerra Mundial. Se cree que el
asesino de Utoya comparte muchos puntos de vista con partidos nazis,
como el que vincula al partido Laborista con "el marxismo
internaciona". Ahors queda por ver si Breivik contaba con algún
cómplice, después de que algunos testigos dijeran haber visto a dos
hombres en la isla. Los testimonios de los jóvenes son escalofriantes:
Cuando los muchachos huían despavoridos de las balas, el falso policía
les gritaba: "Venid a jugar conmigo, no seáis tímidos". Y cuando
descubría a alguno escondido, Breivik lo mataba. Fornes contaba cómo
encontró a un grupo de chicos parapetados en el campo, "que le
suplicaron una y otra vez que les dejara vivir, pero él disparó sobre
ellos una y otra vez."
La tragedia tardará en olvidarse en Oslo y en Noruega. Prácticamente
el asesino ha extinguido a una parte de toda una generación de
muchachos. Pero todavía los servicios de rescate siguen buscando
cadáveres entre los escombros, y temen que pudiera superarse el
centenar de víctimas mortales.
Nunca había ocurrido algo parecido en Noruega. Nadie hubiera creçído
el viernes por la tarde que se estaba desarrollando un espectacular
crimen, y que lo ejecutaba un joven "de buena pinta" y rabioso
ultraderechista.
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