sábado, 23 de julio de 2011

LA TERCERA CAJA DE AHORROS INTERVENIDA

PRIMERO FUE CAMPS, Y AHORA SU CAM
Resulta curioso comprobar en qué grado la reordenación de las Cajas de
Ahorros, forzada por las normas y filosifía de la Unión Europea, ha
venido silenciando el poder que sobre ellas ejercían los poderes
público regionales. En realidad, la mayor parte de tales poderes
autonómicos han venido comprobando la hiper-exposición que las Cajas
tuvieron en los años de la burbuja inmobiliaria, y cómo habían llegado
a situaciones de no retorno y de salida imposible. De ahí que no se
produjera excesiva resistencia a esa reordenación que vienen
impulsando y dirigiendo Mafo y Salgado, el gobernador Fernández
Ordóñez y la ministra de Economía y Hacienda. En realidad, no se sabe
aún cuál será el escenario final que propiciará esa reordenación em
marcha, salvo que, hasta la fecha, tres cajas han tenido que ser
intervenidas por las autoridades, que han entendido que sera
imprescindible buscarles nuevos horizontes en una fase de exigencia de
mayor productividad y rentabilidad. Primero fue la Caja manchega,
luego la caja andaluza que "pastoraba" una parte del episcopado
malagueño, y ahora le llega el turbno a "la CAM de Camps", como
algunos calificaban a esta entidad que este fin de semana compite en
actualidad y titulares de prensa con los gravísimos y muy trágicos
sucesos del terrorismo noruego. El Banco de España anunciaba el
viernes la destitución de la cúpula directiva de la Caja de Ahorros
del Mediterráneo, a solicitud de la propia entidad financiera, en la
tercera intervención de una caja en España tras las realizadas en Caja
Castilla-La Mancha y CajaSur. Ahora corresponderá al Fondo de
Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) administrar la caja de
ahorros a partir del 23 de julio. El FROB, para estabilizar sus
cuentas, inyectará 2.800 millones de euros a cambio de acciones de la
entidad, y otorgará una línea de crédito por 3.000 millones de euros
de disponibilidad inmediata. Después de su intervención la subastará
al mejor postor. Por su parte, la Caja, en un comunicado, ha explicado
que el porcentaje de participación final del FROB en el accionariado
se conocerá una vez finalice el proceso de valoración. De esta
decisión se deduce que, más allá de la conocida débil solvencia de la
CAM, es la falta de liquidez la que ha obligado a la inesperada
actuación del Banco de España. Y se ha recordado de inmediato que la
CAM fue una de las cinco entidades españolas que suspendió el test de
estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), conocido la semana
pasada, pese a contar con la inyección de 2.800 millones de liquidez
prometida por el FROB. Según el examen, necesitaba 947 millones más de
capital para hacer frente a futuras turbulencias económicas. También
se recuerda el penoso itinerario que ha efectuiado la caja
mediterránea en busca de salidas: Primero formó parte del sistema
institucional de protección (SIP) Banco Base, junto a Cajastur, Caja
Cantabria y Caja Extremadura. Este 'holding' de cajas remitió su
estrategia de recapitalización al Banco de España el 28 de marzo, pero
dos días después los consejos de sus socias no aprobaron la
segregación del negocio, dejando sola a la CAM, la única que dio el
visto bueno a la creación del grupo después de anunciar que la fusión
necesitaría 2.784 millones de euros adicionales del FROB, el doble de
lo inicialmente previsto, para elevar la solvencia del banco debido a
los problemas de la caja alicantina. A esta cifra se sumaba otra
inyección de 1.493 millones en participaciones preferentes pactada con
el Banco de España. Todo ello sumaba 4.277 millones, un 48,6% del
capital de Banco Base según su valor en los libros, una cifra
inasumible para las otras cajas socias.En fin, la CAM fue la primera
caja de ahorros en salir a Bolsa con la emisión de cuotas
participativas, en julio de 2008. Las cuotas participativas son
similares a las acciones, pero no tienen derechos políticos, lo que
hizo que esta caja las emitiese para capitalizarse. La entidad decidió
amortizarlas un día antes de la intervención, pagando 4,77 euros por
cada una de ellas. Su precio en el debut bursátil fue de 5,84 euros
por título.
Ahora, sus administradores han arrojado la toalla. El abundante dinero
público recibido no ha aido suficiente, y sus intentos de "marrimonios
de interés" tampoco han dado los frutos apetecidos. Y probablemente,
la ausencia del "líder Camps" ha venido a ser la puntilla a una caja
desfalleciente y con excesivas averías y agujeros "negros".
Posiblemente todavía haya alguna otra caja que seguirá sus pasos,
porque su rentabilidad y gestión precisarán más que buena voluntad y
apoyos políticos reguionales. La CAM, se ha contado ahora, estaba
"fuera de control" desde hace cuatro o cinco años, y se ha tratado de
evitar sistemáticamente la intervención que ahora le ha llegado como
fórmula final y definitiva: el mejor postor... Ya se especula con sus
posibles dueños últimos, Caixa, Santander y BBVA. Ni siquiera el
dinero del Estado es un salvavidas adecuado.

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