RUBALCABA SE ERIGE EN LIDER MÁXIMO DEL PSOE
En sendas entrevistas del domingo y este lunes, los máximos representantes del PSOE e IU, Rubalcaba y Cayo Lara, han asegurado que arumirán en sus correspondientes programas electorales algunas de las ideas que vienen sosteniendo "los indignados" del Movimiento del 15-M. En cuanto al candidato socialista no ha dejado lugar a dudas al asegurar que se siente y está ejerciendo el liderazgo del PSOE, aunque no haya sido designado secretarion general del partido, sino "únicamente" candidato del partido a la presidencia del Gobierno. Alfredo Pérez Rubalcaba se siente máximo responsable de su partido, pese a que la Secretaría General seguirá aún, hasta la celebración del próximo congreso federal, sobre los hombros de José Luis Rodríguez Zapatero. Preguntado si estaría dispuesto a pilotar el PSOE si perdía las generales del 20 de noviembre frente a Mariano Rajoy, dijo:. “Eso ya lo veremos el 20-N por la noche. Ahora estamos en lo que estamos, preparando el programa”. Pero Zapatero parece haber pasado a un “segundo plano”, le interrumpió el presentador. “Sí, sí”, admitió el candidato, quien añadió: “En este momento, estoy yo en el primer plano. Eso es así. En este momento, el líder del PSOE soy yo, y me produce una gran satisfacción. Siento un gran cariño por el apoyo de todos mis compañeros, y una enorme responsabilidad. Pero, realmente, yo soy el líder. Sí, claro”. Y, como tal, algo tendrá que “decir” en la siempre conflictiva elaboración de las listas de candidatos al Congreso y al Senado... A alguos compañeros de partidos, como a algunos analistas, la pretensión de Rubalcaba de erigirse en líder nmáximo del PSOE sin el congreso corresponduientes, les parece un exceso verbal, aunque posiblemente hiciera esa declaración con el consentimiento y aprobación de Zapatero. Por otra parte, su investidura como “líder” del PSOE no condujo a Rubalcaba a renegar de su pasado como miembro del Ejecutivo: “No voy a renunciar, ni a esconderme, ni voy a decir que no he estado allí. Ni tiene sentido, ni lo voy a hacer, ni lo quiero hacer”. Al tiempo, elogiaba a Zapatero: No se le ha hecho justicia, opinó, aunque cuando se ponga “en perspectiva” la gestión del presidente, se obtendrá “otra visión”.
Sin embargo, esa reivindicación del legado de Zapatero no es incompatible con la “autocrítica”, y con asumir los “errores” del Gobierno. Entre ellos, destacó uno: “Teníamos que haber pinchado decididamente la burbuja inmobiliaria, y lo hicimos tarde y tímidamente, y eso ha pesado sobre nuestra economía”, aseguró primero. Luego incidió en la labor “insuficiente” del Ejecutivo. Reiteradamente se le preguntó cómo va a convencer a los votantes de que desplegará una dirección de actuaciones contra la crisis distinta a la de Zapatero. Rubalcaba dijo entender la “incredulidad absoluta” que pueden sentir muchos ciudadanos, y por eso se empeñará en “escuchar” y en “explicar” sus propuestas “posibles y reales, y sobre todo justas”, como la iniciativa de que los bancos ayuden a crear empleo o el contrato de aprendizaje para jóvenes. Una y otra vez insistió en que “ahora”, cuando la economía española se está “desperezando” y se ve “la luz al final del túnel”, es el momento en el que se puede apretar más a los que menos han padecido el desastre. Citó el ejemplo del Impuesto de Patrimonio, suprimido en 2008 porque “gravaba sólo a las clases medias”. Pero ahora hay que “reinventarlo”, para “decir a las grandes fortunas que es momento de echar una mano”, defendió. Rubalcaba volvió a reconocer la necesidad de las reformas democráticas, tan requeridas por un Movimiento 15-M al que hay que “respetar y escuchar”. La principal es el cambio de la Ley Electoral, que el candidato asumió como un reto “difícil” porque “no sólo depende de la voluntad del PSOE”. Sobre ETA, insistió en que "está más débil que nunca" y que si se hacen las cosas bien, "en poco tiempo" se verá su final. Y nuevamente, evitó el cuerpo a cuerpo con Rajoy. “Si al PP le interesa insultar y enfangar, allá él”, dijo. No obstante, no rehuirá un debate en televisión con el líder de los conservadores porque lo cree una “obligación”. Sí avisó, como respuesta al PP, que las elecciones no son un “ungüento amarillo”, que liquiden la crisis, y se ayudó del caso de Portugal, con los mercados al acecho y la derecha en el poder “haciendo recortes a diestro y siniestro”. El candidato dijo que sigue mirando las encuestas “con cierta distancia”, aunque a partir de ahora, una vez conocida la fecha de los comicios, “tienen más valor” y por tanto hay que observarlas "con un poquitito más de cuidado". Sabe que ganar al PP será “difícil”. Pero en ningún caso, aseguró, afronta la tarea como un "marrón".
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