sábado, 10 de marzo de 2012

SERÁ UNA ÁSPERA CAMPAÑA DE FAVORABLES Y CONTRARIOS

La huelga que temía Rajoy

Ya está aquí, ya está anunciada formalmente la que los dirigentes sindicales aseguran que será la gran huelga, la huelga sin precedentes. Posiblemente sea que ya están promocionándola, que la jalean con todas sus fuerzas. Pero, finalmente, lo que Rajoy pronosticó, que esa reforma laboral le iba a costar una huelga general, está ya en el horno, y con sólo 18 días para su preparación, en los que escucharemos argumentos a favor y en contra. Los favorables, son los que descalifican una normativa que entienden que es regresiva, inútil, injusta, y que se ha llevado a cabo sin haber negociado siquiera con los representantes de la clase trabajadora. Los contrarios a la huelga ya los empezamos a escuchar en el propio pleno del congreso que revalidó la norma: es la ley que necesita el país, y sobre todo, que se hace imprescindible para salir de una situación sumamente difícil, a la que se ha llegado, según entiende el PP, por la ineptitud del Gobierno anterior, sin mayores matices. Desde luego, jamás reconocerán que en la anterior legislatura se pudo comprobar su propia inacción y pasividad en la lucha contra la crisis, y en su firme convencimiento de que “cuanto peor para el PSOE mejor para el PP”, que llegaría antes a la Moncloa. Pero ya todo ha iniciado la vía sin retorno del conflicto que divide a la nación en su conjunto, y que empieza por dividir a los partidarios y a los adversarios de la convocatoria. Es el primer órdago sindical contra Rajoy, como señala El Mundo, “sin darle ni los cien días”. También podría argumentarse lo contrario: que el Gobierno no ha tardado ni esos cien días en mostrar sus políticas más agresivas o regresivas, en esta materia laboral como en tantas otras con las que aspira a dejar huella de su paso por el poder que ha conseguido en las sucesivas elecciones: autonómicas o generales. Por cierto, que la campaña de la huelga general ya empieza coincidiendo con otra campaña electoral, la que debe proceder a la renovación de los parlamentos y Gobiernos de Andalucía y de Asturias. No hay duda de que las dos campañas por y contra la huelga y las electorales, coinciden a la hora de los mítines de cada cual. Explican los sindicalistas que han elaborado un lema,” Quieren acabar con todo”, que es expresivo y significativo de esa actitud y voluntad del PP de no dejar “piedra sobre piedra” del antiguo edificio que trató de construir la izquierda gobernante en tantas materias, desde el aborto a la educación para la ciudadanía, desde el bachillerado a las becas, desde el copago a la política penitenciaria de los etarras que desean iniciar una nueva vida. Por lo demás, es inevitable que la huelga también provoque reacciones muy adversas: no está el país para huelgas, precisamente, ni para paralizaciones de actividad o decrecimiento de la productividad, sino muy al contrario. Está más necesitado y urgido que nunca de relanzar la actividad y de hacerse más y más competitivo. Y una huelga, aun que sea de un solo día, no cooperará a eso, precisamente. ¿Está garantizado su éxito? No hay duda de que el enfado de los trabajadores con la nueva normativa laboral es grande: la divulgación de sus contenidos ha infundido pavor. Nadie tiene ya seguro su puesto de trabajo, ni siquiera su horario laboral. Todo son facilidades para el emprendedor y los viejos derechos han decaído abruptamente, para satisfacción de Merkel, Rajoy, Báñez, Rosell y los mercados. Ya se ha calculado que el cese de la actividad productiva le costará a España, según calcula La Gaceta, del orden de 4.700 millones, que casi duplica la estimación de La Razón: 7,688 millones, casi un punto de déficit... Sobre ese dato puede sostenerse el gran titular de ABC, “una huelga política contra el interés general.”, o el de La Razón, “una huelga contra España”. Serán muchos quienes se sumen a la convocatoria, pero tampoco faltarán quienes, precisamente por temor a ver perjudicada su situación laboral, sólo se adherirán en el deseo de que el 29 de marzo signifique un gran revolcón para el PP gobernante…

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