Diez mil millones más en recortes y ajuste de gastos en Educación y Sanidad
La política informativa del Gobierno de Mariano Rajoy ha dado ejemplos, en los últimos tiempos de no saber por dónde va ni cómo afrontar las complicaciones que le plantea “el directorio de Bruselas”. Estuvo lejos de complacer al referido Directorio “la ocurrencia” de incorporar la amnistía fiscal en los presupuestos, y pese a las palabras de aliento que siempre dan a los políticos españoles, ha resultado claro que esos grandes números de 2012 no han terminado de complacer. Sobre todo, por lo que tiene de incierto el cumplimiento de los objetivos de déficit de los Gobiernos autonómicos. Y como no terminan de fiarse de las cuestas españolas, se exige más y más. Lo había reclamado, en primer lugar, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que reclamó más reformas. Luego, trajo el recado el que para algunos empieza a vislumbrarse como “el embajador de Merkel”, el ministro Luis de Guindos. Sus buenas relaciones con Junker, Olli Renh y el citado Draghi le permiten saber lo que se cuece en Bruselas, y qué más se pide a las autoridades españolas. De manera que el pasado jueves pudo anticiparse a los demás colegas e incluso al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para advertir que serían inevitables nuevos recortes, esta vez en Sanidad y Educación, las dos materias básicas de los Gobiernos autonómicos. De Guindos nos sumió a todos en el estupor más profundo: Rajoy llegó a anunciar hasta una docena de reformas “en cartera”, pero no estaban entre ellas las que el ministro incorporó, Educación y Sanidad... Hasta el punto de que dejó a todos perplejos y aturdidos. Esos nuevos recortes no estaban en los planteamientos de Rajoy ni de su Gobierno, que finalmente, anunciaba en nota de prensa, fechada en la Moncloa en la tarde-noche del lunes, que se disponía a afrontar esos nuevos tajos. De manera que los directivos del PP, versión Gobierno y versión Moncloa, hubieron de ponerse de acuerdo con rapidez para no hacer el ridículo de nuevo. Y aún así, el portavoz del Partido, Carlos Floriano discrepaba abiertamente de las palabras del señor de Guindos, que “enmarco en una visión meramente personal”... A Floriano, la versión que exponía en solitario De Guindos no le merecía crédito alguno, -De Guindos condicionaba la gratuidad del sistema al nivel de renta-, y sí en cambio, lo que relataba la ministra Ana Mato. De haber sido otros tiempos, a estas comparecencias parciales y por libre, se las hubiera calificado de “ocurrencias”, o de improvisaciones. A Zapatero le acusaron repetidas veces de esa clase de incoherencias, pero probablemente ninguna del alcance de las de ahora: nada menos que diez mil millones, que se han de restar de los gastos de las dos grandísimas asignaturas autonómicas, Educación y Sanidad. ¿Cómo se hace eso? Pues, posiblemente a estas horas Mato y Wert, Wert y Mato, ya tendrán algunas aproximaciones a una decisión difícil, que a todos ha dejado desconcertados y contritos. ¿No decíamos que los gastos sanitarios autonómicos habían superado en quince mil millones lo comprometido para todo el año pasado? Pues no sólo se deberá compensar ese gasto excesivo y creciente, sino que deberá reducirse significativamente. ¿Cómo? Pues, sin duda, los Gobiernos autonómicos deberán recurrir, o al menos reconsiderar, todas las fórmulas posibles. Desde el céntimo sanitario al copago farmacéutico, pasando por la reiteración y duplicidades que se ordenan desde Madrid y desde los correspondientes Gobiernos autonómicos. Negociar los precios de los fármacos de manera común para todos los Gobiernos autonómicos, todos, vean rebajados esos gastos, aplicar con mayor intensidad el principio de los fármacos genéricos, eliminación de servicios que son posibles en algunos territorios y que no se prestan en otros... Cataluña ha hecho ese recorrido en los últimos años, y sabe bien por dónde empezar el drástico recorte. Y otro tanto deberá suceder con la educación, la otra gran asignatura a la que se invita a hacer un drástico recorte. Algunos diarios ya apuntan posibilidades, en esta materia: Dice La Gaceta que “eliminar operaciones prescindibles ahorraría a la Sanidad 700 millones, y que los expertos abogan por suprimir servicios como vasectomías, cirugías estéticas o cambios de sexo.... Desde luego, es sorprendente el repaso del gasto sanitario por ciudadano, y cómo puede variar desde mil cien a mil quinientos euros por ciudadano atendido. En todo caso, lo que viene resultando “de escándalo” es la desinformación, las informaciones contradictorias, el “olvido” de unos ministros y las primicias informativas de otros... Y cada vez más, será inevitable aproximar los criterios de funcionamiento entre las distintas regiones-territorios. Hasta ahora existía un catálogo de prestaciones comunes que ahora será revisado: en esa relación aparecen los mínimos que debe recibir cada ciudadano. Pero ya hemos visto cómo las Comunidades pueden exceder, y a menudo exceden, esos mínimos, y van más allá que en los territorios próximos. Por ejemplo, en atenciones bucodentales, es conocida la generosidad del País Vasco. Otras Comunidades se han especializado en dar tratamientos para dejar de fumar... En adelante, será inevitable reducir diferencias, y comprobar de dónde se pueden obtener más recursos...
martes, 10 de abril de 2012
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