miércoles, 11 de abril de 2012

¿POR QUÉ RAJOY SE NIEGA A DAR LA CARA?

El marasmo del Gobierno, sus recortes, las autonomías y los mercados

Después de repasar unas cuentas hojas de Google, compruebo que no resulta fácil la definición de marasmo, pero hay bastante coincidencia en definir el término como “extenuación y adelgazamiento extremos y progresivos, a causa de alguna enfermedad física o psíquica. Suspensión, inmovilidad, en lo moral o en lo físico. Paralización total de una persona o cosa. Paralización de toda actividad, tanto en lo moral como del paro masivo y la incertidumbre permanente”. Posiblemente sea el término que ahora predomina, y hasta caracteriza, al Gobierno, en cierto sentido bloqueado porque no sabe hacia dónde avanzar. Pudo pensar que su llega a los 'puestos de responsabilidad equivaldrían a confianza de los ciudadanos, de las instituciones y de los mercados, y comprueban que no basta. No basta el anunciado de las reformas que se pretenden acometer, la opinión pública, como los mercados, somos bastante más exigentes: lo queremos “todo y ya”. Todo lo comprometido y de inmediato. Y rompen todos los esquemas los compromisos rotos: la elevación de impuestos cuando se había prometido lo contrario, unos presupuestos que esconden la trampa de la amnistía fiscal para los defraudadores... Tal vez este miércoles, Rajoy rectifique la impresión que dio en la tarde del martes, en el Senado, cuando dio una vuelta al ruedo, en medio de muchas decenas de periodistas que esperaban de él alguna palabras de consuelo y de esperanza, y se salió por una puerta trasera sin decir una sola palabra. Será verdad lo que algunos sospechan: que no se dan clases suficientes, en la vida política, y por mucha experiencia que se tenga, para tomar las riendas de un Estado en dificultades y resolver todos sus problemas en cien días... ¿Todo se resolvería devolviendo las competencias autonómicas al Estado, como planteó Esperanza Aguirre? ¿O la “lideresa” aprovecha la debilidad del presidente para ocultar otro compromiso conculcado, el de la elevación del precio de los transportes públicos en la capital? También se habla profusamente del gran enfado que se habría producido en el Palacio de la Moncloa por virtud de las declaraciones del ministro Luis del Guindos, el primero en proclamar que era inevitable recortar en diez mil millones más la sanidad y la educación, sin duda, tras escuchar las observaciones del “directorio comunitario”. Se suponía que los recortes contenidos en los presupuestos ya eran los últimos, pero llegó De Guindos y sumó diez mil millones más, como quien se toma un café en la barra del Congreso. Siete mil a recortar en Sanidad y tres mil más a recortar en Educación... Y más aún: el anuncio de De Guindos no sólo tranquilizaba a los mercados, sino que los excitaba aún más, y la subida de la prima de riesgo volvía a dispararse...
Ya está, todo mezclado y confuso, sobre la mesa. El futuro de las autonomías y de sus competencias, la falta de idoneidad del “café para todos”, el nivel de recaudación del Estado siempre creciente a pesar de los compromisos, la inactividad de empresas y empresarios españoles, la ineficacia de una banca que no presta créditos, la falta de unos mínimos niveles de consumo... Las prioridades de la Nación en esta hora crítica están por determinar, y desde el Gobierno, el Presidente calla, y la vicepresidenta lanzar un mensaje de que saldremos de ésta... Como suspiraba el del chiste: “¿Hay alguien más ahí?”. Ni siquiera es posible completar la declaración de la renta, porque se ha reventado el sistema por exceso de contribuyentes en espera...
¿Alguien tiene en su cabeza el Estado en su totalidad, y está en condiciones de armar ese juguete? Ésa parece ser la gran esperanza de una ciudadanía confusa y desconfiada, que llegó a suponer que el relevo del Gobierno significaría una nueva esperanza y un relanzamiento de la economía que no terminan de llegar, ni siquiera de adivinarse por parte alguna, y que no dan otra cosa que el temor a una intervención de las grandes instituciones -UE, FMI, mercados...
En cuando a los diarios de este miércoles tampoco ayudan excesivamente a desentrañar la situación ni a verle salidas: Elk ataque a la deuda española se recrudece pese a los nuevos recortes, cuenta El País. El Mundo destaca que Rajhoy se most´ro esquivo en el Congreso y en el Senado y que evitó a los periodistas, para luego añadir que los mercados no se creen las reformas. Dice ABC que el Gobierno niega la necesidad de un recate. Según La Vanguardia, los mercados castigan a España pese a los recortes, mientras De Guindos admite que la economía española está supervisada desde agosto, y que Bruselas bendecirá las cuentas cuando conozca el gasto autonómico. El Periódico de Cataluña ve a Rajoy con el agua al cuello, y destaca también el clamoroso silencio de Rajoy en pleno desconcierto. Añade que España entra en la zona de rescate al desoír las exigencias de Bruselas. Señala La Razón que la UE pide claridad en las cuentas autonómicas, y que la presión sobre España se mantiene. Rajoy guarda silencio sobre las nuevas reformas y el repunte de la prima de riesgo”, titula La Gaceta. Y también: Rajoy resta importancia al desconcierto crítico que se denuncia desde su partido. Y de parecida manera explican la situación los diarios económicos: Los inversores acorralan a España, dice Expansión. En Cinco Días, que el Gobierno intenta sin éxito calmar las dudas sobre el objetivo del déficit. En cuanto a El Economista, asegura que la rebelión de las autonomías amenaza con romper la hoja de ruta de Rajoy y que el presidente convoca el sábado a los “barones” del PP para imponer la disciplina presupuestaria... Pero, el Gobierno vasco rechaza los ajustes en educación y en sanidad y amenaza con los tribunales. Y que Andalucía, Canarias y el País Vasco rechazan el recorte sanitario por valor de siete mil millones...

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